Llegaron los aranceles ¿Y ahora qué?
Por Jorge Arboleda, Corriente Comunista Revolucionaria Internacional, 4 de marzo de 2025, www.bit.ly/ccrimexico
Después de un mes de amagos sobre
la imposición de aranceles al 25% sobre productos importados de sus principales
aliados comerciales, así como del 10% a productos chinos, el día de hoy el
gobierno de Trump decidió hacer válidos los pronósticos. Más allá de la
retórica de "Estados Unidos Primero", este movimiento parece
el intento del imperialismo yanqui de aprovechar su posición como principal
país importador del mercado global, lo que sería transformar de manera astuta
en una fortaleza, una debilidad con respecto a China, quien es el principal
país exportador del mundo.
Sin embargo, esto es algo que
Estados Unidos puede hacer únicamente sobre sus principales aliados
comerciales, pues es de donde provienen la mayor cantidad de bienes de consumo
que importa. Desde el punto de vista mercantil, esto podría tomarse como un completo
abuso sobre sus socios, lo cual explica la indignación con la que Justin
Trudeau respondió a estos aranceles, imponiendo medidas arancelarias en
respuesta, así como el primer ministro de Ontario amenazó con dejar de
suministrar energía a Estados Unidos desde su provincia.
México, en cambio, está en una
posición más desfavorable, en especial por la mención particular que hizo la
Casa Blanca en su comunicado oficial, al denunciar que el gobierno mexicano no
ha hecho suficiente para detener el tráfico de fentanilo ni la entrada de
migrantes ilegales a Estados Unidos. Esto a pesar de que la semana pasada la
Fiscalía General decidió entregar de manera ilegal a 29 narcotraficantes presos
en México a la justicia de Estados Unidos, pensando que sería un tributo
suficiente para mantener satisfecho al imperio, pues entre los presos
entregados estaba Rafael Caro Quintero, cuya extradición había sido solicitada
por Washington desde su recaptura en 2022, pues la DEA lo culpa del asesinato
de su agente Enrique Camarena en 1985 (sobre esto cabe resaltar que el
resultado de la investigación del exagente de la DEA Héctor Berrellez en 2013 demuestra
que el verdadero asesino de Camarena fue un agente de la CIA después de que
descubriera un entramado entre esta agencia de inteligencia junto con el
gobierno mexicano y el cártel de Guadalajara para financiar a la
contrainsurgencia en Nicaragua). La excusa que dio el gobierno mexicano sobre
esta expulsión ilegal fue que de alguna manera se enteraron de que el poder
judicial tenía intenciones de liberarlos con la finalidad de entorpecer las
negociaciones bilaterales entre México y Estados Unidos acerca de los
aranceles, cosa que es difícil de creer y que parece un pretexto sin fundamento
alguno.
Además de este intento fallido
por mantener contento a Trump, existe la acusación directa desde la Casa Blanca
de que “las organizaciones de narcotráfico tienen alianzas intolerables con
el gobierno de México”. [1]
Esta es una realidad ineludible, a pesar de que Washington usa este argumento como
una forma de presión al gobierno mexicano más que un verdadero intento de hacer
que políticos mexicanos rindan cuentas sobre sus nexos con el narcotráfico y muchos
otros tipos de mafias. Sin embargo, existe el antecedente de Genaro García
Luna, el Secretario de Seguridad Pública de 2006 a 20012, quien hoy está preso
en Estados Unidos acusado de colaborar con el Cártel de Sinaloa, además de que
en una reciente entrevista con la revista The Spectator, Trump mencionó
que le pediría al Fiscal General de su país que investigue a políticos
demócratas y mexicanos sobre su probable alianza con criminales.
Este tema puede pesarle a la
administración de Sheinbaum, debido a que hace un par de semanas surgió un escándalo
por los nexos entre los abogados de “El Mayo” Zambada con Morena, así como la
implicación del Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, con el Cártel de
Sinaloa. Al respecto de estos nexos, recalcamos que, como hemos mencionado en
nuestra Tesis sobre la Guerra contra las Drogas en México, [2]
la relación que existe entre el gobierno mexicano y el narcotráfico se nos
expone invertida, es decir, que son los gobiernos mexicano y estadounidense
quienes siempre han tenido control sobre este negocio ilícito, y la narrativa
de que los narcotraficantes controlan al Estado mexicano solo es propaganda
fantasiosa.
La respuesta del gobierno de México
ha sido hasta ahora enteramente discursiva, pues Claudia Sheinbaum anunció el
día de hoy en su conferencia diaria la convocatoria a una movilización en el
zócalo de la capital este domingo para anunciar las medidas “arancelarias y
no arancelarias” que tomará al respecto. Si bien Sheinbaum ha entendido
bien que esta negociación le da la oportunidad de hacer campaña demagógica y
patriotera para favorecer su imagen, la realidad es que no hay mucho margen de
maniobra desde el punto de vista comercial para el gobierno mexicano ni para la
burguesía nacional que depende en gran medida de la economía gringa. Los pronósticos
de los expertos aseguran que los principales afectados por los aranceles no
serían las empresas mexicanas, sino los consumidores estadounidenses, que
tendrían que pagar más por los productos importados, pero los verdaderos efectos
de esta medida proteccionista aún están por verse.
Por otro lado, aunque es una
realidad que esto es una agresión imperialista contra México, también es verdad es
que de entre todas las cosas que hace Estados Unidos hace sobre nuestro país, esta es
posiblemente una de las que menos afecta a las clases oprimidas.
Después de tratados imperialistas como el TLCAN y luego el TMEC, o de la guerra
contra el narco que ha cobrado más de medio millón de vidas humanas, además de
120 mil desaparecidos y 250 mil desplazados, así como de una depredación
constante de nuestros recursos naturales y megaproyectos de infraestructura que
han destruido los ejidos y la vida comunitaria en las zonas rurales de México,
hacer escándalo por estos aranceles sería únicamente caer en la retórica patriotera
de nuestra clase dominante.
Los mexicanos tenemos muchas razones
por las cuales rebelarnos al imperialismo estadounidense, pero la imposición de
aranceles definitivamente no está arriba de la lista, y al respecto, el
proletariado mexicano debe crear un movimiento antiimperialista completamente
independiente de nuestros explotadores. En ese sentido, el discurso de unidad
nacional contra el imperialismo yanqui por parte del gobierno de Claudia
Sheinbaum es en realidad una trampa burguesa para apoyar a nuestros
explotadores en su búsqueda por mayores ganancias a costa de nuestra explotación.
Un movimiento antiimperialista de la clase obrera debe incluir huelgas en las
empresas multinacionales de Estados Unidos, expropiación de algunas de estas
empresas que tengan un fin estratégico para la economía mexicana, poner fin a todos
los tratados imperialistas como el TMEC, así como los tratados de seguridad
como la ASPAN y el Entendimiento Bicentenario, antes conocido como Iniciativa
Mérida, la cancelación de concesiones a empresas mineras de E.U., así como de
proyectos de infraestructura y energía que benefician solamente al capital
gringo, como el Corredor Interoceánico, el Plan Sonora, o el recientemente
anunciado Plan México. Los revolucionarios y activistas debemos exhibir la
naturaleza burguesa de los reclamos comerciales del gobierno mexicano y crear un
verdadero movimiento antiimperialista independiente.
[1]
Ver en Fact Sheet: President Donald J. Trump Imposes Tariffs on Imports from
Canada, Mexico and China, 1 de febrero de 2025, https://www.whitehouse.gov/fact-sheets/2025/02/fact-sheet-president-donald-j-trump-imposes-tariffs-on-imports-from-canada-mexico-and-china/
[2] Ver
en CCR: Tesis sobre la guerra vs las drogas en México y las tareas de los
revolucionarios, 16 de diciembre de 2024, https://ccrimexico.blogspot.com/2024/12/tesis-sobre-la-guerra-vs-las-drogas-en.html
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