Trump impone aranceles del 50% a productos brasileños: ¡Abajo la coerción imperialista!
Declaración de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI), 14 de julio de 2025, www.thecommunists.net
1. El presidente estadounidense, Trump, ha lanzado una ofensiva comercial masiva contra Brasil. Amenaza con imponer nuevos aranceles del 50% a las importaciones brasileñas por un valor de 42 mil millones de dólares. Dado que este gravamen se sumaría a otros aranceles sectoriales, encarecería el acero brasileño, entre otros productos. Trump también anunció que ordenaría una investigación de la llamada Sección 301 sobre Brasil, que permitiría a Estados Unidos tomar medidas comerciales aún más amplias contra el país. La Casa Blanca deplora los supuestos "ataques continuos de Brasil contra las actividades de comercio digital de empresas estadounidenses”. Además, Trump exige el fin de los cargos penales contra su aliado, el expresidente Jair Bolsonaro, y califica el juicio de "cacería de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE".
2. El ataque de Trump forma parte de una ofensiva global del imperialismo estadounidense para revertir su declive como potencia hegemónica a largo plazo. Washington espera reconstruir su dominio estadounidense mediante una política exterior agresiva contra sus rivales imperialistas, así como contra los países semicoloniales del Sur Global. Por ello, la Casa Blanca amenaza con imponer aranceles masivos también contra China, la Unión Europea, Canadá, México, India, Indonesia y decenas de otros países. Como parte de la misma ofensiva global, Trump también apoya las guerras de agresión de Israel en Oriente Medio y atacó a Irán con las bombas no nucleares más poderosas del mundo («destructoras de búnkeres»).
3. Brasil quedó en la mira de Trump por varias razones. Es el país más grande de Latinoamérica, una región clave que la Casa Blanca quiere recuperar bajo el pleno dominio estadounidense. Además, Brasil es un miembro importante de la alianza BRICS+, una alianza, aunque heterogénea, de 19 países liderada por el imperialismo chino y ruso, que representa alrededor del 40% de la producción global y casi el 55% de la población mundial. Finalmente, Trump apoya a su aliado cercano, Bolsonaro, ya que busca reinstaurarlo en el poder en las elecciones presidenciales de octubre de 2026.
4. La Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) denuncia los aranceles de Trump como un instrumento de coerción imperialista. Su propósito es reforzar la dominación estadounidense sobre Brasil. La tarea de la clase trabajadora y las masas populares es rechazar este ataque imperialista a la soberanía nacional. Organizaciones de masas como la CUT, la CTB y el MTST deben movilizarse contra el ataque de Trump y obligar al gobierno de Lula/Alckmin a tomar contramedidas efectivas. Hay muchas maneras de atacar a los yanquis, dado que Brasil tiene un superávit comercial con Estados Unidos y muchas corporaciones estadounidenses obtienen enormes ganancias en el país.
5. Denunciamos también el apoyo de Trump al extremista de derecha Bolsonaro, quien se ha "autoexiliado" en Estados Unidos. El expresidente mantiene relaciones profundas y duraderas con fuerzas ultrarreaccionarias del ejército y el aparato de seguridad. Bolsonaro y sus partidarios deben ser combatidos mediante movilizaciones masivas y militantes en las calles. Sin embargo, advertimos contra cualquier ilusión en juicios burgueses. ¡Bolsonaro y compañía deben ser sometidos a un juicio popular organizado por el movimiento obrero! Asimismo, nos negamos a brindar apoyo político alguno al gobierno de frente popular de Lula/Alckmin. Este es una coalición del reformista PT, diversas fuerzas liberales burguesas como el PSB, el estalinista PCdoB y el centrista de izquierda PSOL. La clase trabajadora debe combatir el peligro de la derecha mediante movilizaciones masivas independientes y acciones directas, ¡no mediante el apoyo político al gobierno de Lula/Alckmin!
6. La CCRI reitera que Brasil no es un Estado (sub)imperialista, sino un país semicolonial industrialmente avanzado. Exporta principalmente bienes primarios o semiprocesados e importa grandes cantidades de maquinaria y productos de alta tecnología. Aproximadamente la mitad de las grandes corporaciones privadas brasileñas son de propiedad extranjera. La deuda externa del país supera los 607,000 millones de dólares estadounidenses, lo que equivale al 29% de su Ingreso Nacional Bruto anual. En consecuencia, Brasil se ve obligado a pagar más de la mitad de sus ingresos por exportaciones (54%) como servicio de la deuda a instituciones financieras imperialistas. En otras palabras, contrariamente a la teoría revisionista de que Brasil sería un Estado (sub)imperialista, es más bien un país, ante todo, superexplotado y oprimido por los monopolios y potencias imperialistas (principalmente Estados Unidos y China).
7. La lucha por la liberación nacional de la dominación imperialista sigue siendo una tarea clave para la clase trabajadora brasileña. Un gobierno obrero y popular nacionalizaría las corporaciones extranjeras bajo control obrero, cancelaría las deudas externas del país, pondría fin a la subordinación a instituciones imperialistas como el FMI y el Banco Mundial y ampliaría la industria nacional de Brasil como parte de un plan de reconstrucción socialista.
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