Una distorsión revisionista de
la teoría marxista del imperialismo
Una crítica a la
comprensión de Alan Woods de la CMI/RCI sobre el imperialismo y sus
consecuencias políticas
Por Michael Pröbsting, Corriente
Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI), 12 de mayo de 2025, www.thecommunists.net
Contenido
Introducción
Breve resumen del análisis
marxista del imperialismo
El método ecléctico de los
grantistas
Lenin y Trotsky sobre la
división del mundo imperialista en naciones opresoras y oprimidas
La dialéctica marxista exige
el reconocimiento de la totalidad y su esencia
Diferentes tipos de estados
imperialistas, así como de países semicoloniales
El imperialismo ruso y chino:
una caracterización correcta, pero a menudo olvidada, de la CMI/RCI
Las llamadas "potencias
imperialistas dependientes"
Abriendo las puertas a la
aleatoriedad ecléctica
Similitudes reveladoras con
las teorías revisionistas
Excusa: Trotsky y los estados
balcánicos "imperialistas"
Solo guerras reaccionarias ¿En
la época imperialista?
“Philosophia ancilla
theologiae” o cómo una teoría revisionista sirve de justificación para la
adaptación al socialimperialismo.
Introducción
Una de las principales
diferencias que los auténticos marxistas siempre han tenido con la CMI
(recientemente renombrada Internacional Comunista Revolucionaria, RCI) ha sido
su comprensión del imperialismo y, en particular, su rechazo a la estrategia y
táctica antiimperialistas. Ted Grant, su difunto fundador (de ahí que a esta
corriente se le llame a menudo "grantistas"), y Alan Woods, su actual
líder, elaboraron una teoría cuyo propósito ha sido justificar su negativa a
defender a los países semicoloniales contra las potencias imperialistas. La
Guerra de las Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña en 1982, la agresión
estadounidense-israelí contra Irán o la invasión rusa de Ucrania desde 2022 son
los ejemplos más destacados de esta falta de una postura antiimperialista.
Un extenso ensayo, escrito
originalmente en 2016 pero publicado solo en 2022 tras la invasión de Putin, es
un intento de la dirección de la CMI/RCI, con sede en Londres, de ofrecer una
explicación teórica que justifique dicha política. El documento constituye un
intento serio de elaborar un análisis teórico e histórico del imperialismo. Sin
embargo, si bien contiene varias consideraciones correctas, adolece de un
método empirista y poco dialéctico, algo que lamentablemente no es infrecuente
en el “marxismo” anglosajón. [1]
No sorprende que la teoría del
imperialismo ocupe un lugar central en los debates actuales entre marxistas.
Vivimos en un mundo claramente dominado por la rivalidad entre potencias
imperialistas —viejas y nuevas—, así como por las contradicciones entre las
grandes potencias y los países semicoloniales (el llamado Sur Global).
En general, existen dos
corrientes principales de desviaciones dentro del autoproclamado marxismo que
se oponen a la teoría ortodoxa del imperialismo, tal como fue elaborada por
Lenin. Un grupo de opositores se autoproclama ortodoxo al afirmar que no ha habido
cambios en el imperialismo desde la época de Lenin. Niegan que hayan surgido (o
incluso puedan surgir) nuevos estados imperialistas y niegan el hecho de que
China y Rusia se hayan convertido en tales potencias. De hecho, estos teóricos
son dogmáticos estériles y, por regla general, apoyan directa o indirectamente
el socialimperialismo prooriental; es decir, tienden a alinearse con China y
Rusia contra las potencias occidentales.
El otro bando de los opositores
reconoce que se han producido cambios, pero, al hacerlo, abandona el método
fundamental de la teoría leninista del imperialismo y cae en un empirismo
ecléctico. La tradición de Ted Grant y Alan Woods pertenece obviamente a este
último bando, aunque, en su política práctica, también se adapta a los
prejuicios del bando prorruso.
La CCRI siempre ha defendido la
interpretación marxista ortodoxa del imperialismo y la ha aplicado a las nuevas
condiciones del siglo XXI en diversos libros y folletos. [2]
Hemos analizado el ascenso de China y Rusia como nuevas grandes potencias (así
como el de nuevos estados imperialistas más pequeños como Corea del Sur) [3]
y hemos demostrado por qué otros estados, como, por ejemplo, India o Turquía no
son imperialistas, sino semicolonias (aunque con características peculiares).
Además, hemos publicado varias
polémicas críticas contra quienes defienden las teorías del imperialismo, ya
sea desde una perspectiva dogmática estéril o desde una perspectiva
empirista-ecléctica. [4]
Asimismo, hemos abordado repetidamente las posturas de la CMI/RCI en diversos
conflictos imperialistas. En el siguiente ensayo, nos limitaremos, en la medida
de lo posible, a analizar críticamente los argumentos específicos de la CMI/RCI
en su ensayo mencionado y nos remitiremos a nuestros respectivos trabajos para
una elaboración más detallada.
Un breve resumen del análisis
marxista del imperialismo [5]
Comencemos con un breve resumen
de la comprensión marxista del imperialismo, tal como la elaboraron Lenin y
teóricos afines, y que constituye el fundamento del análisis de la CCRI. Según
esta teoría, el imperialismo representa la etapa final del capitalismo, es
decir, su fase de decadencia, caracterizada por el monopolio, tanto en
el ámbito económico (las grandes corporaciones) como en el político (unas pocas
grandes potencias). La razón fundamental de este desarrollo es la
profundización de las contradicciones internas fundamentales del capitalismo.
Por un lado, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de
producción, que resulta en la sobreacumulación y la alteración de la
composición orgánica del capital y, en consecuencia, en la tendencia a la baja
de la tasa de ganancia; y, por otro lado, la contradicción entre la
internacionalización de las fuerzas productivas y las fronteras de los Estados
nacionales. Como resultado, la rivalidad entre las grandes potencias, así como
la superexplotación imperialista de los países semicoloniales, se acelera y
provoca inevitablemente crisis económicas y conflictos políticos y militares.
En su obra más importante sobre
el imperialismo, “El imperialismo y la escisión del socialismo”, en la
que pudo expresarse libremente (su libro más conocido fue escrito para la
prensa legal con la censura zarista en mente), Lenin ofreció una definición
exhaustiva del imperialismo:
“Hay que empezar por definir,
del modo más exacto completo y posible, qué es el imperialismo. El imperialismo
es una fase histórica especial del capitalismo. Su carácter específico tiene
tres peculiaridades: el imperialismo es 1) capitalismo monopolista; 2)
capitalismo parasitario o en descomposición; 3) capitalismo agonizante. La
sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico
fundamental, la esencia del imperialismo. El monopolismo se manifiesta en cinco
formas principales: 1) cártels, sindicatos y trusts; la concentración de la
producción ha alcanzado el grado que da origen a estas asociaciones
monopolistas de los capitalistas; 2) situación monopolista de los grandes
Bancos: de tres a cinco Bancos gigantescos manejan toda la vida económica de
los EE.UU., de Francia y de Alemania; 3) apropiación de las fuentes de materias
primas por los trusts y la oligarquía financiera (el capital financiero es el
capital industrial monopolista fundido con el capital bancario); 4) se ha iniciado
el reparto (económico) del mundo entre los cártels internacionales. ¡Son ya más
de cien los cártels internacionales que dominan todo el mercado mundial y se lo
reparten "ami gablemente", hasta que la guerra lo redistribuya! La
exportación del capital, como fenómeno particularmente característico a
diferencia de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista,
guarda estrecha relación con el reparto económico y político-territorial del
mundo. 5) Ha terminado el reparto territorial del mundo (de las colonias).”
[6]
En consecuencia, Lenin enfatizó
que la división del mundo en países imperialistas y (semi)coloniales, naciones
opresoras y oprimidas, es una característica esencial del imperialismo:
"El imperialismo es la
opresión creciente de las naciones del mundo por un puñado de grandes potencias
(...) Por esta razón, punto central en el programa socialdemócrata debe ser la
división de las naciones en opresoras y oprimidas, división que constituye la
esencia del imperialismo y que los socialchovinistas y Kautsky eluden
engañosamente. Esta división no tiene importancia desde el punto de vista del
pacifismo burgués o de la utopía pequeñoburguesa de la competencia pacífica de
las naciones independientes en el régimen capitalista, pero es esencial desde
el punto de vista de la lucha revolucionaria contra el imperialismo." [7]
Por supuesto, desde la época de
Lenin, el imperialismo ha evolucionado aún más, como hemos demostrado en
nuestras obras. El resultado de la Segunda Guerra Mundial consolidó el papel
hegemónico de Estados Unidos dentro del campo capitalista, ya que otras potencias
imperialistas fueron derrotadas (Alemania y Japón) o se convirtieron en aliadas
subordinadas (Gran Bretaña y Francia). El dominio de Washington se vio
reforzado por el hecho de que todos los estados imperialistas no tuvieron más
alternativa que aceptar el liderazgo estadounidense para librar su Guerra Fría
contra los estados estalinistas. Por lo tanto, la rivalidad interimperialista
estuvo, durante cierto tiempo, condicionada por otra contradicción: la que
existía entre las potencias occidentales y el campo de los estados estalinistas
liderado por la URSS.
Estas condiciones cambiaron
obviamente con el colapso del estalinismo en 1989-91. Durante un tiempo,
Estados Unidos se mantuvo como potencia hegemónica, pero desde principios del
siglo XXI comenzaron a surgir nuevas potencias imperialistas: primero Rusia [8]
y luego China. [9]
Como resultado, la rivalidad interimperialista volvió a ser un rasgo dominante
del imperialismo moderno. Esto es aún más cierto dado que la alianza a largo
plazo entre Estados Unidos y Europa Occidental se está rompiendo actualmente
debido al cambio radical de Trump en la política exterior de Washington. Este
retroceso de su papel protagónico en las instituciones globales y la ruptura de
alianzas de larga data representa el retroceso del imperialismo estadounidense,
que se ha visto sobreexigido, y constituye una especie de reconocimiento
oficial del declive de su hegemonía. [10]
Otro cambio importante ha sido la
transformación de la mayoría de las colonias en semicolonias, es decir, se
convirtieron en estados formalmente independientes que, sin embargo, siguen
subordinados a las grandes potencias y sobreexplotados por los monopolios
imperialistas. Además, se ha producido un desplazamiento de la producción de
valor capitalista desde los antiguos estados imperialistas occidentales hacia
los países semicoloniales, y posteriormente hacia los nuevos estados
imperialistas del Este (China, Rusia y Corea del Sur). Como resultado, la gran
mayoría del proletariado mundial actual ya no reside en estos países
occidentales. Por consiguiente, la superexplotación de los países
semicoloniales se convierte cada vez más en una condición sine qua non para la
existencia de las antiguas potencias imperialistas.
Como resultado de estos cambios,
algunos países han pasado de ser semicoloniales a ser imperialistas (por
ejemplo, Corea del Sur), mientras que otros han pasado de ser imperialistas a
semicoloniales (por ejemplo, Portugal).
Lenin y Trotsky sobre la
división del mundo imperialista en naciones opresoras y oprimidas
Como se mencionó anteriormente,
los marxistas reconocen que, con el inicio de la era imperialista y la creación
de un sistema mundial capitalista, las naciones de todo el mundo entablaron
relaciones entre sí, relaciones que se basaban en la rivalidad entre potencias
capitalistas o entre países dominantes y dependientes. De ahí que Lenin y los
bolcheviques reconocieran la superexplotación imperialista de los países
(semi)coloniales como una característica clave de la nueva época.
Dado que la CMI/RCI no comprende
esto, es lógico demostrar que este enfoque fue central en el análisis del
imperialismo de Lenin y Trotsky.
“El imperialismo es la fase
superior del desarrollo del capitalismo, fase a la que sólo ha llegado en el
siglo XX. El capitalismo comenzó a sentirse limitado dentro del marco de los
viejos Estados nacionales, sin la formación de los cuales no habría podido
derrocar al feudalismo. El capitalismo ha llevado la concentración a tal punto,
que ramas enteras de la industria se encuentran en manos de asociaciones
patronales, trusts, corporaciones de capitalistas multimillonarios, y casi todo
el globo terrestre está repartido entre estos "potentados del
capital", bien en forma de colonias o bien envolviendo a los países
extranjeros en las tupidas redes de la explotación financiera. La libertad de
comercio y la libre competencia han sido sustituidas por la tendencia al
monopolio, a la conquista de tierras para realizar en ellas inversiones de
capital y llevarse sus materias primas, etc. De liberador de naciones, como lo
fue en su lucha contra el feudalismo, el capitalismo se ha convertido, en su
fase imperialista, en el más grande opresor de naciones. El capitalismo,
progresista en otros tiempos, se ha vuelto reaccionario; ha desarrollado las
fuerzas productivas a tal extremo, que a la humanidad no le queda otro camino
que pasar al socialismo, o bien sufrir durante años, e incluso durante
decenios, la lucha armada de las "grandes" potencias por el
mantenimiento artificial del capitalismo mediante las colonias, los monopolios,
los privilegios y todo género de la opresión nacional.” [11]
Asimismo, Lenin señaló en otro
documento: “En contraposición a esta utopía pequeñoburguesa, oportunista, el
programa de la socialdemocracia debe presentar como fundamental, como lo más
esencial e inevitable bajo el imperialismo, la división de las naciones en
opresoras y oprimidas”. [12]
Trotsky y la Cuarta Internacional
también basaron su enfoque de la lucha de los pueblos oprimidos en el mismo
análisis: la división del mundo en países imperialistas y semicoloniales.
“Toda la humanidad actual,
desde los obreros británicos a los nómades etíopes, vive atada al yugo del
imperialismo. No hay que olvidarlo ni un sólo minuto. Pero esto no significa
que el imperialismo se manifiesta de la misma manera en todos los países. No.
Algunos países son los conductores del imperialismo, otros sus víctimas. Esta
es la línea divisoria fundamental de los estados y naciones modernos.” [13]
“Sin embargo, el mundo sigue
siendo muy heterogéneo. El imperialismo coercitivo de las naciones avanzadas
solo puede existir porque en nuestro planeta persisten naciones atrasadas,
nacionalidades oprimidas, países coloniales y semicoloniales. La lucha de los
pueblos oprimidos por la unificación nacional y la independencia nacional es
doblemente progresista: por un lado, prepara condiciones más favorables para su
propio desarrollo y, por otro, asesta un duro golpe al imperialismo. Esa es, en
particular, la razón por la que, en la lucha entre una república civilizada,
imperialista y democrática, y una monarquía atrasada y bárbara en un país
colonial, los socialistas están completamente del lado del país oprimido, a
pesar de su monarquía, y en contra del país opresor, a pesar de su democracia.”
[14]
La misma idea se plasma en el
documento fundacional de la Cuarta Internacional, el famoso "Programa de
Transición" de Trotsky.
“Pero todos los países del
mundo no son países imperialistas. Al contrario, la mayoría de los países son
víctimas del imperialismo. Algunos países coloniales o semi-coloniales
intentarán, sin duda, utilizar la guerra para sacudir el yugo de la esclavitud.
De su parte la guerra no será imperialista sino emancipadora. El deber del
proletariado internacional será el de ayudar a los países oprimidos en guerra
contra los opresores, este mismo deber se extiende también a la U.R.S.S y a
todo el estado obrero que pueda surgir antes de la guerra. La derrota de todo
gobierno imperialista en la lucha contra un estado obrero o un país colonial es
el menor mal.”[15]
El método ecléctico de los
grantistas
La CMI/RCI afirma que su análisis
del imperialismo se basa en el enfoque de Lenin y reproduce su conocida cita
sobre las cinco características del imperialismo (monopolios, capital
financiero mediante la fusión del capital bancario con el capital industrial,
exportación de capital, asociaciones capitalistas monopolistas internacionales,
culminación del reparto territorial del mundo entre las mayores potencias
capitalistas). Sin embargo, rápidamente queda claro que tales definiciones no
tienen mucha relevancia para ellos.
“El propio Lenin era muy
consciente de las limitaciones de las definiciones. (...) No abordó la cuestión
del imperialismo (ni ninguna otra cuestión) desde el punto de vista de las
definiciones abstractas que pudieran aplicarse mecánicamente sin tener en cuenta
el tiempo y el espacio, pero subrayó la necesidad de analizar el fenómeno como
un proceso vivo y cambiante ‘en su totalidad desarrollo’”.
Aquí, los camaradas confunden dos
cosas. Concluyen erróneamente, a partir del carácter dinámico de la época
imperialista y, por ende, de la posibilidad de que los Estados puedan cambiar
su carácter de clase, que no se pueden definir los Estados. Sí, el capitalismo
como sistema mundial es dinámico y la relación entre los Estados puede cambiar
y, por ende, el carácter de este o aquel Estado también puede cambiar. Sin
embargo, esto no significa que los Estados, al igual que las clases, no tengan
características específicas que caractericen su relación con otros Estados. En
otras palabras, como la época imperialista se caracteriza por la explotación y
la opresión, algunos estados tienen una posición dominante en el orden mundial
capitalista (es decir, son imperialistas) y muchos otros están dominados (es
decir, son semicolonias).
En realidad, tras la afirmación
de oponerse a las “concepciones mecánicas” se esconde la negativa de la
CMI/RCI a elaborar definiciones claras para las diferentes categorías de
Estados. A pesar de la considerable extensión del ensayo, no se encuentra
ninguna definición de qué constituye un Estado imperialista o un país semicolonial.
Incluso solo hablan de países semicoloniales cuando se refieren a la época de
Lenin hace un siglo. Cuando se trata del imperialismo moderno, nunca utilizan
esta categoría marxista, sino que prefieren términos como “antiguos países
coloniales”, que describe lo que estos países eran en el pasado, pero no lo
que son hoy.
Sin embargo, los líderes de la
CMI/RCI son mucho más claros en cuanto a lo que rechazan.
“Algunos parecen concebir un
mundo dividido en sólo dos tipos de países: ricos Estados opresores
imperialistas (fundamentalmente los mismos Estados que Lenin mencionó hace 100
años) y el resto del mundo formado por las naciones dependientes. Dicho régimen
simplemente no se ajusta a los hechos del mundo presente. De hecho, ni siquiera
encaja con el período en que Lenin escribía.”
Es evidente que la negativa a
proporcionar una definición clara de estados imperialistas y semicoloniales
sirve como puerta de entrada al mundo del pragmatismo ecléctico. Según los
líderes de la CMI/RCI, muchos estados pueden ser tanto imperialistas como
dependientes.
“De todo esto se deduce que
desde un punto de vista marxista, es perfectamente posible que una nación
económicamente atrasada, semi-feudal, incluso, oprimida por los Estados más
poderosos, pueda actuar de una manera imperialista: lanzar guerras depredadoras
de conquista, ya sea por los mercados y las materias primas, para la expansión
territorial o por razones políticas. “
En consecuencia, los camaradas
afirman que todos los países que aplican una política exterior agresiva contra
otros son imperialistas, independientemente de su posición en el sistema
imperialista mundial.
“Es un hecho históricamente
verificable que una nación que en un momento haya sido pobre, oprimida,
pisoteada y explotada como una colonia – al obtener su independencia – puede
adoptar una política imperialista agresiva hacia sus vecinos, declarando guerras,
ocupando tierras y demás. De hecho, se podría decir que esto ocurre casi
siempre; las nuevas burguesías tratan de explotar y oprimir a los Estados más
débiles de la región. Hay grandes bandidos, pero también los hay medianos y
también hay pequeños ladrones, y, dentro de ciertos límites, es posible que una
nación dominada juegue un papel imperialista.”
La dialéctica marxista exige
el reconocimiento de la totalidad y su esencia.
Este enfoque carece por completo
del método científico del marxismo. En primer lugar, reemplaza la dialéctica
con el método ecléctico de un enfoque impresionista de ambos. Es cierto, por
supuesto, que los fenómenos sociales son contradictorios y presentan
características diferentes. Sí, un país puede ser dependiente y estar oprimido,
pero también ejercer opresión contra otro pueblo. Existen numerosos ejemplos de
ello en el ámbito de la política mundial. Pensemos en los numerosos estados
semicoloniales que oprimen a minorías étnicas/nacionales en su territorio; por
citar solo algunos ejemplos, Turquía o Irak oprime a los kurdos, Sri Lanka
oprime a los tamiles, Pakistán oprime a los baluchis, Indonesia oprime a Papúa,
Etiopía oprime a minorías nacionales como los somalíes, o Nigeria oprime a las
etnias del sur. Asimismo, estos estados a veces también atacan a países
vecinos; pensemos, por ejemplo, en la guerra de Irak contra Irán en 1980-88 o
su invasión de Kuwait en 1990, en la guerra entre Etiopía y Eritrea en
1998-2000 o en la invasión de Somalia por Etiopía desde 2006.
Sin embargo, para comprender el
carácter de un estado determinado no basta con enumerar descriptivamente sus
características. Los marxistas, más bien, deben comprender la totalidad de
sus características y sus relaciones entre sí, así como la
relación de los estados con otros países y con el sistema mundial. A partir
de esta evaluación, se debe deducir la esencia de dichos estados y su relación
con otros y, sobre esta base, elaborar categorías específicas que ayuden a
identificar dicha esencia.
De hecho, la CMI/RCI ignora la
tesis de Lenin, antes mencionada, de que “la esencia del imperialismo”
como sistema mundial es la “división de las naciones en opresores y
oprimidos”, es decir, refuta la comprensión marxista fundamental del
imperialismo como un sistema global basado en la explotación y la opresión.
En consecuencia, estos camaradas
cometen el error generalizado de definir el carácter de clase de los Estados
analizándolos de forma aislada. Se toma esta o aquella cifra de riqueza, esta o
aquella aventura de política exterior, y de ellas se deriva el supuesto
carácter de clase de un Estado determinado. Sin embargo, este enfoque no es
apropiado para los marxistas, ya que contradice fundamentalmente el método en
el que se basa nuestra cosmovisión filosófica. Es imposible llegar a una
comprensión correcta sin abordar esta cuestión desde la perspectiva de la
dialéctica materialista. Este método, que constituye la base metodológica del
marxismo, nos obliga a analizar cada cosa, cada fenómeno, no de forma aislada,
sino en relación con los demás.
Abram Deborin, el principal
filósofo marxista de la URSS en la década de 1920, antes de la represión
estalinista, formuló muy bien esta cuestión: “Nada en el mundo existe en sí
mismo, sino que todo existe en relación con el resto de la totalidad”. [16]
Este enfoque se basa en la visión
dialéctica de las cosas y su desarrollo, que Lenin formuló de forma concisa en
1915 en su artículo filosófico “Sobre la cuestión de la dialéctica”. En
este artículo, Lenin enfatizó que es fundamental comprender que el desarrollo
(o evolución) en general se basa en la unidad de los contrarios, una
unidad que se caracteriza por la lucha y la interacción o, en otras palabras, por
relaciones de contradicciones en constante movimiento.
“Las dos concepciones
fundamentales (...) del desarrollo (de la evolución) son: el desarrollo en el
sentido de disminución y aumento, como repetición, y el desarrollo en el
sentido de la unidad de los contrarios (el desdoblamiento de la unidad en dos
polos que se excluyen mutuamente y la relación entre ambos). En la primera
concepción del movimiento queda en la sombra el auto-movimiento, su fuerza
motriz, su fuente su motivo (o bien se atribuye su fuente a algo externo: a
Dios, al sujeto, etc.). En la segunda concepción la atención fundamental se
concentra, precisamente, en el conocimiento de la fuente del
"auto"-movimiento. La primera concepción es muerta, pobre, pálida y
seca. La segunda tiene vitalidad. Únicamente la segunda da la clave del "auto-movimiento"
de todo lo existente; sólo ella da la clave de los "saltos", de la
"interrupción de la continuidad del desarrollo", de la
"transformación en contrario", de la destrucción de lo viejo y del
surgimiento de lo nuevo. La unidad (coincidencia, identidad, equivalencia) de
los contrarios es condicional, temporal, transitoria, relativa. La lucha de los
contrarios, que se excluyen mutuamente, es absoluta, como es absoluto el
desarrollo, el movimiento.” [17]
Abordar las cosas, incluidos los
estados, analizándolas en relación con otras es la base fundamental para
alcanzar una comprensión correcta. Por lo tanto, un estado dado debe
considerarse no solo como una unidad separada, sino, ante todo, en su
relación con otros estados y naciones. De igual modo, las clases solo
pueden comprenderse en relación entre sí. Esto es evidente, ya que los estados,
por definición, no podrían existir aislados, sino solo porque también existen
otros estados. Lo mismo ocurre con las clases: no hay burguesía sin clase
obrera. No hay grandes terratenientes sin obreros y campesinos. Del mismo modo,
no hay estados imperialistas sin colonias y semicolonias, y viceversa. No
existe una única gran potencia (excepto en el mundo imaginario de Karl Kautsky
y sus seguidores modernos), sino varias grandes potencias que rivalizan entre
sí. [18]
Finalmente, una correcta
comprensión del carácter de clase de un estado requiere un análisis de su desarrollo
económico, político y militar. Friedrich Engels denominó la " ley del
trueque de la cantidad en cualidad, y viceversa" como una de las leyes
más importantes de la dialéctica materialista. [19]
De hecho, para evitar el eclecticismo impresionista al estilo de Grant/Woods y
calificar indiscriminadamente de imperialistas a un gran número de países, los
marxistas deben realizar estudios de caso concretos para determinar si los
cambios cuantitativos han dado lugar a una nueva calidad. Dichos estudios deben
analizar la fortaleza económica, política y militar de un estado determinado,
sus cambios en el pasado reciente y su posición actual dentro del orden mundial
imperialista. Dicho análisis permitirá determinar si dichos cambios
cuantitativos han dado lugar a un cambio cualitativo en su posición global.
Es probable que los líderes de la
CMI/RCI rechacen nuestra insistencia en dividir el mundo en naciones opresoras
y oprimidas, en estados imperialistas y semicoloniales, calificándolo de “esquematismo
mecanicista”. Pero tal objeción solo revela su eclecticismo teórico. Las
nociones o categorías son el lenguaje del método, su forma de expresarse. Sin
nociones o categorías claras, el método científico está condenado al silencio.
Pero sin un método científico —y para los marxistas esto significa sin el
método del materialismo dialéctico— es imposible reconocer y comprender la
esencia de las cosas y los procesos. La famosa afirmación de Hegel no ha
perdido relevancia: “El método (…) es, por lo tanto, alma y sustancia, y cualquier
cosa es concebida y conocida en su verdad sólo cuando está totalmente sometida
al método”. [20]
Diferentes tipos de estados
imperialistas, así como de países semicoloniales. [21]
Por lo tanto, para comprender el
carácter de clase de un estado dado, es necesario ubicar su posición dentro de
la economía y la política capitalistas mundiales. La relación entre estados
debe considerarse siempre en la totalidad de sus características económicas,
políticas y militares: “la totalidad de las múltiples relaciones de este con
otros” (Lenin). [22]
Un estado imperialista suele establecer relaciones con otros estados y
naciones, a quienes oprime de una u otra forma, y los sobreexplota; es decir,
se apropia de una parte de su valor capitalista producido. Sin embargo, esto
debe considerarse en su totalidad; es decir, si un estado obtiene ciertas
ganancias de la inversión extranjera, pero tiene que pagar mucho más (servicio
de la deuda, repatriación de ganancias, etc.) a la inversión extranjera, los
préstamos, etc., de otros países, este estado generalmente no puede
considerarse imperialista. Asimismo, las diferentes formas de opresión y
sobreexplotación pueden presentarse en diversas combinaciones o solo en una
forma, pero no en otra. Los estados imperialistas más pequeños no suelen atacar
ni amenazar a las semicolonias con las fuerzas armadas. Esto puede ser cierto
incluso para una gran potencia (por ejemplo, Japón). Este último, sin embargo,
sobreexplota a muchas personas oprimidas mediante la exportación de capital,
pero solo en una medida muy pequeña a través de la migración. Esta
sobreexplotación de los migrantes es prominente en Rusia, que, por otro lado,
exporta mucho menos capital que Japón.
Naturalmente, no basta con
dividir a los países en categorías de estados imperialistas o semicoloniales.
Existen, por supuesto, muchos matices diferentes dentro de estos tipos de
estados. Esto ya comienza con las diferencias entre las grandes potencias. Hay
grandes potencias como la más fuerte, Estados Unidos, pero también otras que
eran económicamente fuertes, pero militarmente mucho más débiles en las últimas
décadas (como Japón o Alemania). Como se mencionó anteriormente, es necesario
considerar la totalidad de la posición económica, política y militar de un
estado en la jerarquía global de estados. Por lo tanto, podemos considerar a un
estado dado como imperialista incluso si es económicamente más débil, pero aún
posee una posición política y militar relativamente fuerte (como Rusia antes de
1917 y, de nuevo, desde principios de la década de 2000). Una posición política
y militar tan fuerte puede utilizarse para oprimir a otros países y naciones y
apropiarse de su valor capitalista.
Hemos explicado con gran detalle
en trabajos anteriores que esta desigualdad entre las propias Grandes Potencias
siempre ha sido una característica destacada a lo largo de toda la historia del
capitalismo moderno (por ejemplo, diferencias en el desarrollo industrial, la
productividad económica, la exportación de capital, los préstamos, etc.).
Podemos afirmar, en general, que
la desigualdad en los desarrollos históricos dio lugar a que antiguas potencias
imperialistas “maduras” (como Gran Bretaña o Francia) existieran (y
rivalizaran) con potencias más nuevas y emergentes (como Estados Unidos o
Alemania), así como con potencias más atrasadas (como Rusia, el Imperio
austrohúngaro, Italia o Japón).
El propio Lenin llamó
repetidamente la atención sobre esta desigualdad. En sus Cuadernos sobre el
Imperialismo, por ejemplo, sugirió una “jerarquización” entre las Grandes
Potencias. En una de sus notas, distinguió tres categorías de estados
imperialistas:
“I. Tres países principales
(completamente independientes): Inglaterra (Gran Bretaña), Alemania, Estados
Unidos
II. Secundaria (primera
categoría, pero no completamente independiente): Francia, Rusia, Japón
III. Italia, Austria-Hungría.”
[23]
Además, debemos diferenciar entre
las Grandes Potencias y los Estados imperialistas más pequeños (como Australia,
Bélgica, Suiza, Países Bajos, Austria, los países escandinavos, etc.).
Obviamente, no son iguales a las Grandes Potencias, sino que están subordinados
a ellas. Estos Estados imperialistas más pequeños dependen política y
militarmente de una o varias Grandes Potencias para participar en el orden
imperialista global. Por lo tanto, aseguran su posición privilegiada uniéndose
a alianzas económicas, políticas y militares con las Grandes Potencias como la
UE, la OCDE, el FMI, el Banco Mundial, la OMC, la OTAN y diversas
"alianzas". Sin embargo, estos Estados imperialistas más pequeños no
son sobreexplotados por las Grandes Potencias, sino que participan en la
sobreexplotación del mundo semicolonial al apropiarse de una cantidad
significativa de valor de las semicolonias.
Los clásicos marxistas siempre
han reconocido que puede haber importantes diferencias de poder, régimen
político, etc., entre las distintas potencias imperialistas. En su famoso libro
sobre el imperialismo, Lenin explicó que durante la época imperialista, es
típico ver potencias imperialistas más fuertes y más débiles, más avanzadas y
más atrasadas. Sin embargo, estas disparidades no hicieron que los dos líderes
del partido bolchevique abandonaran su conclusión de que todas estas grandes
potencias eran imperialistas.
“En el caso de Gran Bretaña,
el principal destino del capital son sus colonias, muy grandes también en
América (por ejemplo, Canadá), por no hacer mención a Asia, etc. La enorme
exportación de capital está ligada a sus vastas colonias, de cuya importancia
para el imperialismo se hablará más adelante. El caso de Francia es distinto.
Sus inversiones en el extranjero van destinadas principalmente a Europa, a
Rusia en primer lugar (10.000 millones de francos como mínimo). Se trata sobre
todo de capital de préstamo, de empréstitos públicos, no de inversiones
industriales. A diferencia del imperialismo británico, que es colonial, el
imperialismo francés podría ser calificado de usurario. Alemania representa una
tercera variante: sus colonias son irrelevantes y el capital exportado se
reparte a partes iguales entre Europa y América”. [24]
En el mismo libro, Lenin también
explicó que juzgaba a los estados imperialistas no sólo en términos de su
condición actual, sino también en términos de su dirección de desarrollo. En
otras palabras, reconoció —a diferencia de los socialimperialistas proorientales,
que se niegan a reconocer a China y Rusia como potencias imperialistas— el
carácter y la dinámica de las grandes potencias emergentes como Rusia o Japón
en su época: “Basta formular claramente la pregunta para que sea imposible
darle una respuesta que no sea negativa porque bajo el capitalismo es
inconcebible un reparto de las esferas de influencia, de los intereses, de las
colonias, etc., que no sea por la fuerza de quienes participan en él, la fuerza
económica, financiera, militar, etc. Y la fuerza de los que participan en el
repartocambia de forma desigual, ya que el desarrollo armónico de las distintas
empresas, trusts, ramas industriales y países es imposible bajo el capitalismo.
Hace medio siglo, Alemania era una insignificancia comparando su fuerza
capitalista con la de Gran Bretaña; lo mismo puede decirse al comparar Japón
con Rusia. ¿Es “concebible” que en diez o veinte años la correlación de fuerzas
entre las potencias imperialistas permanezca invariable? Es absolutamente
inconcebible”. [25]
En resumen, es imposible
comprender el imperialismo sin reconocer la desigualdad del capitalismo
mundial, lo que incluye también comprender el desarrollo desigual entre las
propias grandes potencias. No en vano Trotsky consideraba la desigualdad como “la
ley más general del proceso histórico”. [26]
En conclusión, ¿cómo definirían
los marxistas un estado imperialista? La fórmula, que hemos desarrollado en
obras anteriores y que nos parece aún la más precisa, es la siguiente:
“Un estado imperialista es un
estado capitalista cuyos monopolios y aparato estatal ocupan una posición en el
orden mundial donde, ante todo, dominan a otros estados y naciones. Como
resultado, obtienen beneficios extraordinarios y otras ventajas económicas,
políticas y/o militares de dicha relación basada en la superexplotación y la
opresión.” [27]
Asimismo, es necesario
diferenciar entre los distintos tipos de semicolonias. Obviamente, hoy en día
existen enormes diferencias entre Perú y Argentina o Brasil, Congo y Egipto,
Pakistán y Turquía, Nepal y Tailandia, Kazajistán y Polonia. Algunos países están
más industrializados que otros, algunos han alcanzado cierta libertad política
y otros no. Por lo tanto, podemos diferenciar entre semicolonias avanzadas o
industrializadas, como por ejemplo Argentina, Brasil, Egipto, Turquía, Grecia,
Ucrania, Irán, Polonia o Tailandia, por un lado, y semicolonias más pobres o
semiindustrializadas, como Bolivia, Perú, los países del África subsahariana
(excepto Sudáfrica), Pakistán, Afganistán, Indonesia, etc., por otro.
Sin embargo, es importante tener
presente que estos diferentes tipos de semicolonias tienen mucho más en común
que lo que las diferencia, como ya señaló Trotsky:
“Los países coloniales y
semicoloniales -y por lo tanto atrasados- que abarcan a la mayor parte de la
humanidad, difieren extraordinariamente entre sí en cuanto al grado de su
atraso. Ocupan una escala histórica que va del nomadismo y aún el canibalismo hasta
la cultura industrial más moderna. Esta combinación de extremos caracteriza en
mayor o menor grado a todos los países atrasados. Sin embargo, la jerarquía del
atraso, si se puede emplear semejante término, se ve determinada por el peso
específico de los elementos de barbarie y cultura en la vida de cada país
colonial. El África Ecuatorial está muy atrasada respecto de Argelia, Paraguay
respecto de Méjico, Abisinia respecto de la India o China. Tras su dependencia
económica común de la metrópoli imperialista, la dependencia política tiene en
algunos casos el carácter de esclavitud colonial abierta (India, Africa
EcuatoriaI), mientras que en otros se ve ocultada por la ficción de la
independencia estatal (China, América Latina)”. [28]
Para resumir nuestra definición
de semicolonias, proponemos la siguiente fórmula: Un país semicolonial es un
estado capitalista cuya economía y aparato estatal ocupan una posición en el
orden mundial donde, ante todo, están dominados por otros estados y naciones.
Como resultado, generan beneficios extraordinarios y otorgan otras ventajas
económicas, políticas y/o militares a los monopolios y estados imperialistas
mediante su relación basada en la superexplotación y la opresión.
Imperialismo ruso y chino: una
caracterización correcta, pero a menudo olvidada, de la CMI/RCI
Los líderes de la CMI/RCI evalúan
correctamente a China y Rusia como nuevas potencias imperialistas, un análisis
al que llegamos en 2001 (en el caso de Rusia) y 2010 (en el caso de China). Así
escriben los camaradas:
“China tiene todas las
clásicas características del imperialismo, como las señaló Lenin: el
capitalismo monopolista, la exportación de capital, una orientación hacia la
expansión para apoderarse de mercados y esferas de influencia, una política
exterior expansionista diseñada para ganar el control de las rutas comerciales,
etc. El imperialismo ruso tiene un carácter diferente. Sus objetivos son más
limitados y dictados por consideraciones estratégicas y militares”.
Como señalamos en varios
documentos, el problema fundamental del enfoque de los grantistas es que, si
bien, en principio, designan a China y Rusia como potencias imperialistas, a
menudo lo olvidan en sus análisis de la política mundial. En sus documentos
sobre perspectivas mundiales de la última década o en documentos sobre la
guerra de Ucrania, se encuentran numerosas citas donde hablan del imperialismo
estadounidense u occidental, pero mucho menos donde califican a China y Rusia
de imperialistas.
En relación con esto, Woods y la
CMI/RCI han diferenciado repetidamente entre Estados Unidos y Rusia,
calificando al primero como "la fuerza más contrarrevolucionaria del
planeta", mientras que minimizan el carácter imperialista del segundo.
[29]
Esto es similar a la política de los estalinistas durante la Segunda Guerra
Mundial, cuando calificaron a Gran Bretaña como "la fuerza más
reaccionaria del mundo" durante el pacto Hitler-Stalin de 1939-41. (Por
supuesto, antes y después de este pacto, fue a la Alemania nazi a la que
calificaron como "la fuerza más reaccionaria del mundo"). [30]
Cuando la CMI/RCI lanzó una
"campaña para combatir el militarismo y el imperialismo" el
año pasado, sus documentos relevantes solo denunciaron el imperialismo
estadounidense, británico y occidental, pero no mencionaron ni una sola vez que
Rusia también es una potencia imperialista (que lleva tres años librando una
guerra imperialista contra Ucrania). Todas sus consignas se dirigían
exclusivamente contra los imperialistas occidentales, pero no mencionaban a sus
rivales orientales. [31]
La incapacidad de los grantistas
para reconocer plenamente la importancia de la rivalidad interimperialista
entre Estados Unidos, China, Europa Occidental, Rusia y Japón se relaciona con
su rechazo al programa de derrotismo revolucionario de Lenin y Trotsky, es
decir, la oposición intransigente de los socialistas tanto a su propia
burguesía como a cualquier otra burguesía imperialista (no apoyar esfuerzos
militares ni medios no militares de agresión como sanciones económicas o
campañas chovinistas, la confraternización entre obreros y soldados de ambos
bandos, la transformación de la guerra reaccionaria en una guerra civil contra
la clase dominante, etc.). Grant y Woods siempre han criticado el enfoque de
Lenin como una "exageración" y han afirmado falsamente que el
líder del partido bolchevique se habría retractado de este programa después de
1917. [32]
Como puede verse, los errores y
la desprolijidad en la teoría a menudo se relacionan con errores y oportunismo
en la política.
Las llamadas “potencias
imperialistas dependientes”
Los camaradas de la CMI/RCI se
preguntan en su ensayo “¿Puede un país dependiente ser imperialista?”, y
responden afirmativamente.
“¿Es posible que un país
económicamente atrasado sea dependiente del imperialismo y, al mismo tiempo
desempeñe el papel de un Estado imperialista? A primera vista esto parece ser
una contradicción lógica. Pero la dialéctica nos enseña que hay todo tipo de
contradicciones en la vida y en la sociedad. Y lo que parece ser una
contradicción en los términos de la lógica formal se convierte en una realidad
de hecho”.
Concretamente, afirman que varios
países semicoloniales del Sur se han convertido en pequeñas potencias
imperialistas.
“¿Qué ha cambiado tan
radicalmente en los últimos cien años que haría imposible la opresión de un
Estado pequeño por otro Estado pequeño? Las contradicciones fundamentales son
los mismas. Sólo que la crisis del capitalismo se ha profundizado. El sistema se
encuentra hoy en un callejón sin salida más irresoluble que cuando Lenin
escribió El imperialismo. Las contradicciones son aún más agudas y se expresan
en las guerras y conmociones constantes. Nada de esto puede proporcionar una
razón para la afirmación de que la burguesía de los países ex-coloniales no
puedan actuar de la misma manera reaccionaria como las camarillas gobernantes
de los Balcanes en 1912-1913.”
Como ejemplos históricos de esta
tesis, se refieren a la Rusia zarista, así como a los estados capitalistas
balcánicos de principios del siglo XX. El ejemplo de la Rusia zarista es
erróneo, ya que, si bien era económicamente atrasada, también era una potencia
imperialista (y no una semicolonia, como Stalin afirmaría posteriormente). Esto
ha quedado plasmado en numerosos documentos oficiales de los bolcheviques de la
época, como demostramos en varios estudios. [33]
El ejemplo de los estados capitalistas balcánicos a principios del siglo XX
también es problemático, como mostraremos más adelante en un capítulo aparte.
Como ejemplos concretos de “potencias
imperialistas dependientes”, los líderes de la CMI/RCI se refieren
correctamente a Israel, un caso especial de estado colono y puesto avanzado
imperialista en Oriente Medio que se ha convertido en una potencia imperialista
regional por derecho propio. [34]
Pero, lamentablemente, van mucho más allá y califican de imperialistas a varios
países que son, a todas luces, estados semicoloniales dependientes. Entre ellos
se encuentran India, Pakistán, Turquía e Irán.
“La conducta de la India hacia
Cachemira es imperialista en el sentido más claro y más brutal de la palabra.”
“No es sólo la India culpable
de la agresión imperialista en el subcontinente. La camarilla reaccionaria
dominante en Pakistán durante décadas oprimía al pueblo de Bengala Oriental.”
“¿Podemos describir la
conducta de Erdogan, en relación con los kurdos como imperialista? No hay ni
una sola persona en el Kurdistán que dudara un segundo a responder
afirmativamente a esta pregunta.”
“Por supuesto, entendemos que
Turquía, India y Pakistán no se pueden poner en el mismo nivel de las
principales potencias imperialistas, los EE.UU., Europa y Japón. Ellos no lo
hacen y no pueden jugar el mismo papel, al igual que Grecia, Serbia y Bulgaria
no podían desafiar el poder de Gran Bretaña, Francia y Alemania en 1916. Ellos
han aparecido en el escenario de la historia demasiado tarde como para ser
capaces de pugnar con las naciones más ricas y poderosas por la hegemonía
mundial. Pero esta afirmación general, siendo correcta, no agota la cuestión en
absoluto. Las camarillas gobernantes de estos países tienen sus propios
intereses que no necesariamente coinciden con los de Washington, Londres o
Berlín. Y pueden desempeñar y desempeñan el papel de imperialismos regionales,
tratando de imponer su voluntad a los estados vecinos. Son estados
imperialistas débiles que aspiran a convertirse en fuertes a costa de sus
vecinos.”
Además, el ensayo sugiere que los
estados BRICS —es decir, no solo China y Rusia, sino también India, Brasil y
Sudáfrica— también podrían ser imperialistas.
“¿Son los BRICS países
dominados? Algunos sí, otros no. Pero si lo son o no lo son no quiere decir que
no puedan jugar el papel de imperialistas.”
De igual manera, la sección rusa
del IMT/RCI califica a Irán de "formidable imperialista regional"
en un ensayo publicado recientemente.
“Si bien el pretexto de la
administración Trump para amenazar a Irán es su supuesto programa nuclear, los
planes militares estadounidenses contra Irán forman parte de una ofensiva
estadounidense-israelí que se ha estado gestando durante décadas para remodelar
Oriente Medio bajo la dominación imperialista directa, y que se lanzó con el
pretexto de los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 para contrarrestar y
frenar la creciente influencia del imperialismo iraní en Oriente Medio. Pero
sería un error hablar del creciente poder de Irán sin mencionar las razones por
las que el imperialismo iraní se ha hecho posible.” [35]
Abriendo las puertas a la
aleatoriedad ecléctica
Como vemos, los líderes del
IMT/RCI viven de un sobrante teóricamente pobre. Se tacha de imperialistas a
países que han alcanzado cierto nivel de desarrollo industrial o que aplican
una política exterior agresiva contra otros países (o contra una minoría
nacional dentro de su propio país). Es obvio que este método ecléctico e
impresionista da pie a una completa confusión teórica. Si Turquía, India,
Pakistán e Irán son imperialistas por la opresión de sus minorías nacionales,
¿por qué no tachar también de imperialistas a Birmania/Myanmar, Indonesia o
Nigeria? Si una política exterior agresiva basta para tachar de imperialista a
un país, ¿por qué no tachar de imperialista a Etiopía, que ha librado una
guerra contra Eritrea y Somalia, o a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes
Unidos (EAU), que han invadido Yemen o que, en el caso de los EAU, interviene
militarmente en otros países como Sudán?
Como señalamos anteriormente, los
marxistas deben identificar la posición de un país determinado dentro del
sistema imperialista mundial y analizar si este país —económica, política y
militarmente— ocupa una posición dominante o dominada. Por lo tanto, es
fundamentalmente erróneo analizar el carácter de clase de un Estado determinado
considerando únicamente su relación con uno o dos países o minorías nacionales.
Es necesario, en cambio, considerar la totalidad de las relaciones. Claro que,
a menudo, ambas características coexisten, pero los marxistas deben identificar
cuál —el opresor o el oprimido— domina.
Además, como dijimos
anteriormente, los marxistas deben diferenciar el nivel de desarrollo de los
países dentro de las categorías de imperialistas y semicoloniales. Puede haber
semicolonias industrializadas, avanzadas y pobres. Puede haber países que llamaríamos
potencias intermedias semicoloniales (por ejemplo, India o Irán). [36]
Pero es necesario analizar concretamente qué elementos dominan en la totalidad
de las relaciones. La Rusia zarista, por ejemplo, dependía financieramente del
capital francés, como bien señala el ensayo de la CMI. Pero sus rasgos
imperialistas y opresores dominaron claramente su carácter de clase, ya que era
un gran imperio colonial que oprimía a numerosas nacionalidades, una de las
mayores potencias militares de su época y un actor clave en la política
mundial.
La CCRI ha publicado algunos
estudios de caso —por ejemplo, sobre Turquía, [37]
Grecia, [38]
Ucrania [39] e
India [40]—
en los que analizamos concretamente la totalidad de sus relaciones políticas,
económicas y militares a nivel global y regional. Demostramos que estos países
tienen esencialmente un carácter semicolonial, a pesar de ser potencias
regionales. En el caso de Pakistán, es evidente que es económica y militarmente
más débil que India.
Brasil siempre ha estado dominado
no por monopolios nacionales, sino por extranjeros, como se analiza en nuestros
dos libros sobre imperialismo. Un estudio sobre Brasil en la década de 1960
demuestra que 31 de las 50 mayores empresas privadas estaban controladas por
capital imperialista. De 276 grandes empresas, más de la mitad estaban
controladas por propietarios extranjeros. [41]
Desde la época de estos estudios, el panorama no ha cambiado. Hoy en día, las
corporaciones imperialistas controlan casi la mitad del comercio exterior de
Brasil y más de la mitad de las 500 mayores empresas privadas brasileñas: “Las
elevadas entradas de IED han supuesto un aumento de la participación extranjera
en la economía brasileña. (…) Las corporaciones extranjeras también aumentaron
su participación en el comercio exterior del país, alcanzando el 41,3% de las
exportaciones y el 49,3% de las importaciones. El papel del capital extranjero
es aún más fuerte cuando consideramos solo a las grandes empresas. Entre las
500 mayores empresas privadas brasileñas, las que estaban bajo control
extranjero representaron el 41,2% de las ventas en 1989. Esta participación
aumentó al 49,9% en 1997 y, en 2003, alcanzó el 51,7%”. [42]
Claramente, Brasil también es una semicolonia capitalista, aunque
industrialmente avanzada.
Lo mismo ocurre con Irán, aunque
está económicamente menos desarrollado que Brasil. Si se considera el PIB per
cápita, como medida de riqueza, Irán ocupa el puesto 124 (en términos nominales
y el 83 según PPA). En contraste, si consideramos otro estado de Oriente Medio,
Israel ocupa el 13.º puesto a nivel mundial. Irán depende en gran medida de la
producción y exportación de petróleo y gas, y sus corporaciones no desempeñan
ningún papel en la economía mundial.
Como dijimos anteriormente, los
marxistas deben evaluar las relaciones entre las diferentes características y
ubicar la esencia de la totalidad de estas relaciones. Esto requiere rechazar
el método ecléctico de Grant/Woods de "uno y otro"; más bien, es
necesario centrarse en identificar la esencia de las relaciones de un estado
dado dentro del sistema imperialista mundial. Así, si bien algunos estados se
volvieron imperialistas en las últimas dos o tres décadas (China, Rusia, Israel
o Corea del Sur), otros se han mantenido esencialmente como semicolonias,
aunque con características específicas (por ejemplo, India, Pakistán, Turquía,
Grecia, Irán, Brasil, Ucrania, etc.).
Similitudes significativas con
las teorías revisionistas
Es necesario señalar dos
similitudes metodológicas entre la teoría del imperialismo de la CMI/RCI y
otros conceptos revisionistas. En primer lugar, su teoría de las “potencias
imperialistas dependientes” presenta fuertes similitudes con la desgastada teoría
del subimperialismo, originada en la escuela de Ruy Mauro Marini y el colectivo
marxista brasileño Política Operária, una teoría que ya he abordado en otro
artículo. [43]
Si bien Grant y Woods no utilizan
la misma terminología, su método es muy similar al de Marini y abre la puerta a
una aleatoriedad ecléctica. Desdibujan la línea entre países imperialistas y
semicoloniales para liberarse de la obligación de defender a estos últimos
frente a las grandes potencias.
En segundo lugar, cabe destacar
que el método de Grant/Woods presenta fuertes similitudes con el de Karl
Kautsky, el principal teórico de la socialdemocracia alemana en la época de
Lenin y Trotsky. Si se toman en cuenta los argumentos de la CMI/RCI para considerar
imperialistas a países como Turquía, Irán, India y Pakistán, se reduce
básicamente a la política agresiva de estos estados contra sus propias minorías
nacionales o contra países vecinos. Como ya señalamos, este enfoque nos
llevaría a clasificar a un número absurdamente elevado de estados como
imperialistas.
De igual manera, Kautsky
identificó la política exterior agresiva como la esencia del imperialismo,
ignorando el dominio político-económico de los monopolios y las grandes
potencias como su esencia.
“Ante todo, debemos tener
claro qué entendemos por imperialismo. Esta palabra se usa constantemente hoy
en día, pero cuanto más se habla y se debate sobre ella, más imprecisa se
vuelve, lo que, por supuesto, dificulta mucho su comprensión. Actualmente, el
significado de la palabra imperialismo se ha expandido tanto que abarca todas
las manifestaciones del capitalismo moderno: cárteles, aranceles
proteccionistas, el dominio de las finanzas y la política colonial. En ese
sentido, naturalmente, el imperialismo es una necesidad vital para el
capitalismo. Pero ese conocimiento es simplemente una tautología; solo dice que
el capitalismo no puede existir sin el capitalismo. Si tomamos la palabra no en
ese sentido general, sino en su determinación histórica, tal como se originó en
Inglaterra, entonces significa solo un tipo particular de esfuerzo político,
provocado, sin duda, por el capitalismo moderno, pero de ninguna manera
coincidente con él.” [44]
Lenin se opuso firmemente a este
enfoque: “Kautsky separa la política del imperialismo de su economía, separa
el monopolismo en política del monopolismo en economía, para desbrozar el
camino a su vulgar reformismo burgués tal como el "desarme", el
"ultraimperialismo" y demás necedades por el estilo. El propósito y
el objeto de esta falsedad teórica se reducen exclusivamente a disimular las
contradicciones más profundas del imperialismo y a justificar de este modo la
teoría de la "unidad" con sus apologistas: con los oportunistas y
socialchovinistas descarados”. [45]
Excursión: Trotsky y los
estados balcánicos “imperialistas”
Como se mencionó anteriormente,
los líderes de la CMI/RCI intentan justificar su distorsión revisionista de la
teoría marxista del imperialismo con dos ejemplos históricos. Uno es la Rusia
zarista, un ejemplo claramente erróneo, reconocido por Lenin y los bolcheviques
como una gran potencia imperialista, aunque económicamente atrasada. El otro
ejemplo es una extensa cita de los escritos de Trotsky durante las guerras de
los Balcanes de 1912-1913, en la que habla del imperialismo serbio, griego y
búlgaro. [46]
Alan Woods y sus amigos afirman
que esta cita daría una apariencia marxista ortodoxa a su teoría.
“Ante estos hechos, ¿cómo
podría describir Trotsky a Bulgaria, Serbia y Grecia como países imperialistas?
¿Tal vez fue una errata? Pero Trotsky no cometía errores de este tipo. Al igual
que Lenin, siempre fue escrupuloso en cuestiones de teoría. La respuesta a esta
aparente paradoja es en realidad muy simple. No hay ninguna ley que diga que
una nación pobre y oprimida no pueda convertirse en un estado violento,
depredador, una vez que esté en condiciones de actuar como tal. Por el
contrario, la dialéctica nos enseña que las cosas pueden transformarse en su
contrario. (…) Estas naciones se mantuvieron económicamente atrasadas y
dominadas por otros Estados más poderosos. Pero, al mismo tiempo que eran
potencias imperialistas regionales – potencias imperialistas débiles que no
podían aspirar a la conquista de Europa pero que aspiraban a hacerse con el
territorio de sus vecinos y a oprimirlos y saquearlos. En ese sentido eran
imperialistas y Trotsky no dudó en usar esa palabra. Su atraso económico y la
debilidad relativa con respecto a las principales potencias imperialistas no
podían utilizarse para encubrir su verdadera naturaleza imperialista.”
Sin embargo, tal intento de
disfrazar su teoría revisionista con un manto de marxismo ortodoxo carece por
completo de fundamento. Ante todo, Trotsky escribió sus artículos sobre las
Guerras de los Balcanes en un período anterior a la aparición de la teoría
ortodoxa del imperialismo. (Lenin escribiría su famoso libro tan solo unos años
después, en 1916). En aquel entonces, aún existían numerosos debates y
diferentes enfoques entre los marxistas.
Esto también se evidencia en el
hecho de que utiliza el término “imperialista” como sinónimo de política
exterior agresiva. Por ejemplo, escribe:
“Ampliar los límites del
Estado, aumentar el número de contribuyentes, multiplicar las fuentes de
enriquecimiento: estos fueron los principios de la sabiduría imperialista que
guiaron la política de todas las camarillas gobernantes de Sofía. Fueron estos principios
—imperialistas, no nacionales— los que también determinaron toda la política de
Bulgaria hacia Macedonia”. [47]
Como se mencionó anteriormente,
los marxistas de la época utilizaban el término “imperialista” de diferentes
maneras, ya que no existía una teoría del imperialismo claramente formulada.
Naturalmente, esto no fue culpa de Trotsky, pero demuestra que una cita de este
período difícilmente puede servir como confirmación creíble de la
reinterpretación que la CMI/RCI hizo de la teoría del imperialismo de Lenin.
En segundo lugar, es importante
tener en cuenta que en ese momento Trotsky no era bolchevique, sino que
oscilaba entre diferentes corrientes (este fue el período en que inició el
oportunista Bloque de Agosto con los mencheviques y los liquidadores). El propio
Lenin, en sus escritos sobre estas guerras, nunca habló de países balcánicos
"imperialistas".
Esto no se debía simplemente a
una diferencia terminológica, sino a posturas contradictorias en la guerra.
Trotsky se opuso a todos los bandos en ambas guerras de los Balcanes: la
primera, en 1912-13, entre el Imperio Otomano contra Bulgaria, Grecia, Serbia y
Montenegro, y la segunda, en 1913, entre Bulgaria contra Serbia, Montenegro,
Rumanía, Grecia y el Imperio Otomano.
Por el contrario, Lenin reconoció
correctamente que en la primera guerra de los Balcanes (pero no en la segunda),
la guerra de los países balcánicos contra el Imperio Otomano no solo fue
contrarrevolucionaria, sino que también tuvo un carácter progresista de
liberación nacional, a pesar de los métodos reaccionarios con que fue librada
por los gobiernos burgueses de estos estados. “La conquista de Macedonia por
Bulgaria y Serbia significa para ella una revolución burguesa, una especie de
1789 o 1848”. Estas palabras de Otto Bauer, el marxista austriaco, revelan de
golpe el significado de los acontecimientos que ahora tienen lugar en los
Balcanes.
La revolución de 1789 en Francia
y la de 1848 en Alemania y otros países fueron revoluciones burguesas, porque
la liberación del país del absolutismo y de los privilegios terratenientes y
feudales, de hecho, proporcionó libertad para el desarrollo del capitalismo.
Pero huelga decir que tales revoluciones eran urgentemente requeridas por los
intereses de la clase obrera; en 1789 y 1848, incluso los obreros “sin
partido”, que no estaban organizados como clase, fueron combatientes destacados
de las revoluciones francesa y alemana.
“Macedonia, como todos los
países balcánicos, es en el orden económico un país muy atrasado. Allí perviven
todavía vigorosos vestigi0s· del régimen de la servidumbre, de la dependencia.
medieval de los campesinos respecto de los terratenientes feudales. (...) Los
terratenientes de Ma«edonia (los llamados spalti) son turcos y mahometanos,
mientras que los labriegos son eslavos y cristianes. El antagonismo de clase
está agravado, pues, por el religioso y el nacional. En consecuencia, las
victorias de servios y búlgaros suponen quebrantos para el dominio del
feudalismo en Macedonia, significan la creación de una clase de campesinos
propietarios de tierras (...)
Si la liberacióa de Macedonia
se hubiese llevado a cabo por vía revolucionaria, es decir, como consecuencia
de la lucha de los campesinos servios, búlgaros y turcos contra los
terratenientes de todas las nacionalidades (y contra los gobiernos de los terratenientes
de los ijalcanes), la liberación habría costado sin duda a estos pueblos cien
veces menos vidas humanas que la guerra actual. Habría sido una liberación
lograda a ua precio infinitamente más bajo y hubiera sido infinitamente más
completa.” [48]
En otro artículo, Lenin señaló:
“A pesar de que en los
Balcanes se ha formado una alianza de monarquías, y no de repúblicas; a pesar
de que esa alianza se ha conseguido gracias a la guerra, y no gracias a la
revolución; a pesar de eso, se ha dado un gran paso adelante hacia la destrucción
de los restos de la Edad Media en toda la Europa Oriental.” [49]
La política reaccionaria de la
burguesía balcánica pretendía fortalecer su posición en la región y obtener una
posición más favorable frente a las potencias imperialistas. Sin embargo, esto
no las convirtió en potencias imperialistas por derecho propio, ya que se
trataba más bien de países semicoloniales dependientes de las grandes
potencias.
“La burguesía de las naciones
oprimidas convierte constantemente las consignas de liberación nacional en un
engaño para los obreros: en la política interior, utiliza estas consignas para
concluir acuerdos reaccionarios con la burguesía de las naciones dominantes
(por ejemplo, los polacos en Austria y Rusia, que se confabulan con la reacción
para oprimir a los hebreos y a los ucranios); en la política exterior trata de
lograr componendas con una de las potencias imperialistas competidoras a fin de
realizar sus objetivos de rapiña (la política de los Estados pequeños en los
Balcanes, etc.).” [50]
Por la misma razón, es decir,
porque Serbia no era un estado imperialista, los bolcheviques declararon
durante la Primera Guerra Mundial que, si la guerra entre la Austria
imperialista y la Serbia se desarrollaba de forma aislada, los socialistas se
aliarían con la burguesía serbia. Obviamente, Lenin habría apoyado a Serbia si
la hubiera considerado un estado imperialista.
“El único elemento nacional de
la guerra presente es la lucha de Servia contra Austria (lo cual, dicho sea de
paso, ha sido señalado en la resolución de la Conferencia de Berna de nuestro
Partido). Sólo en Serbia y entre los serbios es donde tenemos un movimiento de
liberación nacional que cuenta con muchos años de existencia, que abarca a
millones de seres -a las "masas populares" - y cuya
"continuación", es la guerra de Servia contra Austria. Si esta guerra
fuese una guerra aislada, es decir, si no estuviese ligada a la guerra europea,
a los objetivos egoístas y rapaces de Inglaterra, Rusia, etc., todos los
socialistas estarían obligados a desear el triunfo de la burguesía servia: ésta
es la única conclusión acertada y absolutamente necesaria que se deduce del
elemento nacional de la guerra presente.” [51]
¡Qué contraste tan flagrante con
las vergonzosas declaraciones de la CMI/RCI que se niegan a defender a Irán,
Argentina u otras semicolonias contra los saqueadores imperialistas!
¿Solo guerras reaccionarias en
la época imperialista?
La tesis de la CMI/RCI sobre las
“potencias imperialistas dependientes” tiene raíces teóricas más profundas que
revelan su comprensión revisionista del imperialismo. Recordemos la cita
mencionada de su ensayo:
“Es un hecho históricamente
verificable que una nación que en un momento haya sido pobre, oprimida,
pisoteada y explotada como una colonia – al obtener su independencia – puede
adoptar una política imperialista agresiva hacia sus vecinos, declarando guerras,
ocupando tierras y demás. De hecho, se podría decir que esto ocurre casi
siempre; las nuevas burguesías tratan de explotar y oprimir a los Estados más
débiles de la región. Hay grandes bandidos, pero también los hay medianos y
también hay pequeños ladrones, y, dentro de ciertos límites, es posible que una
nación dominada juegue un papel imperialista”.
Observen la formulación de que “se
podría decir que esto ocurre casi siempre; las nuevas burguesías tratan de
explotar y oprimir a los Estados más débiles de la región” y, por lo tanto,
puede “desempeñar un papel imperialista”. Otra cita del ensayo antes
mencionado de la sección rusa de la CMI/RCI expresa el mismo enfoque:
“Y entendiendo esto, los
marxistas revolucionarios de todo el mundo deben estar dispuestos a aplicar una
política de clase correcta, incluso en relación con las guerras. Debemos
comprender que las guerras son solo una continuación de la política por otros
medios. Las guerras libradas por la burguesía de la era del imperialismo son
guerras imperialistas y reaccionarias en su contenido: los gritos de una bestia
moribunda que intenta encontrar una salida a una situación desesperada”.
De nuevo, la misma idea: “las
guerras libradas por la burguesía de la era del imperialismo son guerras
imperialistas y reaccionarias en su contenido”.
Dado que la CMI/RCI ignora que el
orden mundial se caracteriza por una división entre países imperialistas y
semicoloniales, naciones opresoras y oprimidas, niega la posibilidad de que no
solo las masas populares, sino —en ciertas condiciones y bajo la presión de
otras clases— incluso la burguesía de un país semicolonial o una nación
oprimida, puedan librar guerras que no sean reaccionarias, sino progresistas y
liberacionistas.
Naturalmente, la burguesía de los
países oprimidos lucha solo con reticencia e inconsistencia contra las
potencias imperialistas, ¡si es que lo hace! Aun así, lo ha hecho en varias
ocasiones durante el último siglo. Por citar solo algunos ejemplos recientes,
nos referimos a la Guerra de las Malvinas de Argentina contra Gran Bretaña, las
guerras de Irak contra Estados Unidos en 1991 y 2003 o la guerra de Ucrania
contra Rusia desde 2022. La base de esto es que, al estar estos países
oprimidos por el imperialismo, la burguesía nativa es solo en parte una clase
dominante, pero también en parte una clase oprimida. Trotsky fue muy claro en
esto:
“El régimen interno de los
países coloniales y semicoloniales tiene un carácter predominantemente burgués.
Pero la presión del imperialismo extranjero altera y distorsiona de tal manera
la estructura económica y política de estos países que la burguesía nacional
(aun en los países políticamente independientes de América del Sur) apenas
alcanza parcialmente la altura de una clase dirigente. Es verdad que la presión
del capitalismo en países atrasados, no cambia su carácter social básico,
puesto que el opresor y el oprimido representan solamente niveles de desarrollo
diferentes en la misma sociedad burguesa. Sin embargo, la diferencia entre
Inglaterra y la India, el Japón y China, Estados Unidos y México es tan grande,
que diferenciamos estrictamente entre países burgueses opresores y oprimidos y
consideramos nuestro deber apoyar a estos últimos. La burguesía de países
coloniales y semicoloniales es una clase semidirigente, semioprimida.” [52]
De hecho, los líderes de la
CMI/RCI repiten la tesis errónea de Rosa Luxemburgo de que las guerras de
liberación nacional serían imposibles en la época del imperialismo:
“Así es como el medio
histórico del imperialismo moderno determina el carácter de la guerra en los
países individuales y este mismo medio imposibilita la guerra de defensa
nacional”. [53]
Lenin rechazó rotundamente esta
idea:
“Las guerras nacionales contra
las potencias imperialistas. no sólo son posibles y probables, sino también
inevitables y progresistas, revolucionarias, aunque, claro está, para que
tengan éxito es imprescindible aunar los esfuerzos de un inmenso número de
habitantes de los países oprimidos (centenares de millones en el ejemplo de la
India y de China, aportado por nosotros) o que se dé una conjugación
especialmente favorable de los factores que caracterizan la situación
internacional (por ejemplo, paralización de la intervención de las potencias
imperialistas como consecuencia de su agotamiento, de su guerra, de su
antagonismo, etc.), o una insurrección simultánea del proletariado de una de
las grandes potencias contra la burguesía {este caso, el último en nuestra
enumeración, es el primero desde el punto de vista de lo deseable y ven ta joso
para la victoria del proletariado)”. [54]
Sin embargo, cabe señalar que
Rosa Luxemburg formuló sus ideas erróneas al comienzo de la época imperialista.
En aquel entonces, abordar la cuestión nacional en esas nuevas condiciones
históricas suponía un desafío para la teoría marxista. ¡Se necesitaba un genio
como Lenin para presentar una solución tan clara y seria! (¡Incluso Trotsky
estaba confundido sobre este tema antes de 1917!)
¿Pero hoy? ¿Qué excusa tienen los
grantistas para su patético enfoque de la cuestión nacional? ¡Vivimos en el
período final del imperialismo con más de un siglo de experiencia política a
nuestras espaldas! ¿No es este tiempo suficiente para acumular suficiente
experiencia y comprender la superioridad del enfoque bolchevique sobre la
cuestión nacional?
“Philosophia ancilla
theologiae” o cómo una teoría revisionista sirve de justificación para la
adaptación al socialimperialismo
En la Edad Media, los ideólogos
de la Iglesia Católica —un sector clave de la clase dominante de la sociedad
feudal de la época— solían decir: “Philosophia ancilla theologiae” (“La
filosofía está al servicio de la teología”). Leyendo el ensayo de la CMI/RCI,
se puede reformular esta ley y decir que, para los grantistas, la teoría
marxista está al servicio de su política oportunista. Negar la posibilidad de
guerras progresistas por parte de la burguesía de los países semicoloniales o
de las naciones oprimidas sirve de excusa para no ponerse del lado de esos
pueblos en sus conflictos con las potencias imperialistas.
El ensayo que nos ocupa lo
muestra muy claramente. Esto, una vez más, justifica la vergonzosa negativa de
los grantistas a defender a Argentina, un país semicolonial, contra el
imperialismo británico en la Guerra de las Malvinas en 1982.
"Thatcher no podía
aceptar la humillación de una derrota militar y envió un grupo de combate para
recuperar las islas, lo que lograron hacer. ¿Qué posición deberían haber tomado
los marxistas? La posición de los marxistas británicos era oponerse a la guerra,
que considerábamos como una guerra reaccionaria por ambos bandos.
La naturaleza reaccionaria
imperialista de Thatcher era muy clara, aunque trató de esconderse detrás de la
defensa de los isleños contra el régimen fascista argentino (¡algo de lo que no
se había dado cuenta antes!). Pero en el otro lado tampoco había un átomo de
contenido progresista. La Junta reaccionaria utilizó y abusó de los
sentimientos antiimperialistas de las masas para sembrar la confusión y desviar
la atención de los crímenes del régimen ondeando la bandera del patriotismo. Y
temporalmente tuvieron éxito.
¿Cuál era la posición de los
grupos argentinos que decían ser trotskistas? Se colocaron detrás del gobierno
y respaldaron su aventura, abandonando cualquier pretensión de una posición
revolucionaria o de clase. Uno de los dirigentes “trotskistas” incluso fue a
ofrecer sus servicios a la Junta en su supuesta guerra contra el imperialismo.
Esa fue una traición a los principios más elementales del socialismo. Y se
justificó sobre la base falsa de una “nación pobre dependiente” que
supuestamente estaba ‘luchando contra el imperialismo’”.
Como demostramos en otro lugar,
los grantistas llegaron incluso al extremo de declarar en aquel momento que, si
el gobierno conservador de Thatcher en Gran Bretaña era reemplazado por un
gobierno laborista socialista, ¡se aliarían con Gran Bretaña contra Argentina!
Los grantistas repitieron en
varias ocasiones esta vergonzosa deserción del deber elemental de los marxistas
y antiimperialistas de defender a los países semicoloniales y a las naciones
oprimidas de los saqueadores imperialistas. Nos referimos a Irlanda del Norte,
las guerras de Irak de 1991 y 2003, Afganistán de 2001-21 o Ucrania de 2022.
En el ensayo antes mencionado de
la sección rusa de la CMI/RCI, se repite la misma postura capitulacionista en
el caso de Irán.
“A los capitalistas de ambos
lados del frente no les importa la vida de los trabajadores de todas las
nacionalidades, ni siquiera la de los trabajadores de sus propios países. La
principal lección que los trabajadores pueden aprender de todo esto es esta: en
una disputa entre dos bandidos, uno más rico y otro menos rico, ¡no se puede
apoyar a ninguno de los dos!”.
Dado que hemos abordado
repetidamente la falta de apoyo de los grantistas a las luchas
antiimperialistas y cómo esto contradice totalmente la tradición marxista de
Lenin y Trotsky, nos limitamos aquí a unos pocos comentarios y remitimos a los
lectores a explicaciones más extensas. [55]
La CCRI y todos los marxistas
auténticos se han alineado repetidamente con las luchas de liberación en países
(semicoloniales) lideradas por fuerzas (pequeño)burguesas, nacionalistas de
derecha o islamistas, o incluso regímenes autoritarios. Este siempre ha sido el
enfoque del movimiento obrero revolucionario.
Así lo explicó Trotsky en los
años 30: “Supongamos, empero, que el día de mañana Inglaterra entra en un
conflicto militar con Brasil. ¿De qué lado se ubicará la clase obrera en este
conflicto? En este caso, yo personalmente estaría junto al Brasil “fascista”
contra la “democrática” Gran Bretaña. ¿Por qué? Porque no se trataría de un conflicto
entre la democracia y el fascismo. Si Inglaterra ganara, pondría a otro
fascista en Río de Janeiro y ataría al Brasil con dobles cadenas. Si por el
contrario saliera triunfante Brasil, la conciencia nacional y democrática de
este país cobraría un poderoso impulso que llevaría al derrocamiento de la
dictadura de Vargas. Al mismo tiempo, la
derrota de Inglaterra asestaría un buen golpe al imperialismo británico y daría
un impulso al movimiento revolucionario del proletariado inglés. Realmente, hay
que ser muy cabeza hueca para reducir los antagonismos y conflictos militares
mundiales a la lucha entre fascismo y democracia. ¡Hay que saber descubrir a
todos los explotadores, esclavistas y ladrones bajo las máscaras con que se
ocultan!” [56]
De igual manera, la Cuarta
Internacional defendió a Etiopía contra Italia en 1935-36, a pesar de que la
primera contaba con una monarquía absolutista liderada por el emperador Haile
Selassie. “Desde luego, somos partidarios de la derrota de Italia y de la
victoria de Etiopía y, por consiguiente, debemos hacer todo cuanto esté a
nuestro alcance por impedir que el imperialismo italiano reciba apoyo de las
demás potencias imperialistas y, a la vez, facilitar en lo posible el envío de
armamentos, etcétera, a Etiopía”. [57]
Al apoyar estas luchas lideradas
por fuerzas no revolucionarias, los marxistas aplican los principios de la
táctica antiimperialista del frente único, tal como la desarrolló la
Internacional Comunista en la época de Lenin y Trotsky. (Véanse las Tesis sobre
la Cuestión Oriental, adoptadas en su Cuarto Congreso en 1922). [58]
Esto significa que los socialistas combinan el apoyo a las actividades
prácticas con la defensa de un programa obrero independiente y, al mismo
tiempo, la crítica a las fuerzas (pequeño)burguesas por sus errores y
traiciones. Trotsky explicó: “Al participar en la lucha militar bajo las
órdenes de Chiang Kai-shek, puesto que desgraciadamente él tiene el mando de la
guerra por la independencia, nos preparamos políticamente para el derrocamiento
de Chiang Kai-shek esa es la única política revolucionaria”. [59]
Es sobre la base de estos
principios que la CCRI (o su organización predecesora) siempre ha brindado un
apoyo crítico pero incondicional a las luchas de los países (semi)coloniales o
de los pueblos oprimidos nacionalmente liderados por fuerzas
(pequeño)burguesas. Lo hicimos en Argentina durante la Guerra de las Malvinas
contra Gran Bretaña, a pesar de que estaba dirigida por un régimen militar
reaccionario. en Irak, en las dos guerras de 1991 y 2003 (y la posterior
ocupación) contra el imperialismo estadounidense y sus aliados, a pesar de que
la resistencia estuvo liderada por fuerzas pequeñoburguesas baazistas e
islamistas; la resistencia liderada por los talibanes en Afganistán contra los
ocupantes imperialistas entre 2001 y 2021; la resistencia irlandesa, liderada
por el Sinn Féin/IRA, contra los ocupantes británicos; la resistencia
palestina, liderada por Hamás y otras organizaciones nacionalistas e
islamistas, o la resistencia del pueblo ucraniano, liderada por el gobierno
prooccidental de Zelenski, contra la invasión rusa. [60]
En resumen, los grantistas o bien
niegan rotundamente la existencia de una opresión imperialista (o nacional) o
bien afirman que esta sería superada (o subordinada) por otros factores como
una “guerra por poderes”, el derecho a la autodeterminación nacional de unos
pocos colonos (Malvinas) o los “derechos” de un grupo nacional opresor
(Israel/Palestina, Irlanda del Norte). En cualquier caso, nunca apoyan las
luchas de los oprimidos tal como se desarrollan concretamente bajo un liderazgo
no revolucionario.
La teoría y la práctica siempre
están estrechamente vinculadas. Esto es cierto tanto para las fuerzas
revolucionarias como para las revisionistas. En el caso de la CMI/RCI de Alan
Woods, vemos que su distorsión de la teoría del imperialismo de Lenin sirve
como justificación para abandonar un enfoque antiimperialista consistente en
defensa de los oprimidos contra las potencias imperialistas.
Los auténticos comunistas de la
CMI/RCI deberían reevaluar críticamente la historia de su organización y
rechazar su teoría revisionista del imperialismo. Esto es urgente no solo para
construir una organización sobre una base marxista correcta, sino también para
tener una orientación correcta en la lucha de clases actual. Las luchas de
liberación de los pueblos oprimidos contra las grandes potencias son una
característica clave del imperialismo en el siglo XXI. ¡Una internacional
comunista revolucionaria es consecuentemente internacionalista y
antiimperialista o no es comunista en absoluto!
[1] CMI:
El Imperialismo hoy y el carácter de Rusia y China, 6 de marzo de 2022, https://marxismo.mx/el-imperialismo-hoy-y-el-caracter-de-rusia-y-china/
[2] Para
nuestra comprensión de la teoría marxista del imperialismo, véase los
siguientes libros de Michael Pröbsting: Antiimperialismo en la era de la
rivalidad de las grandes potencias. Los factores que impulsan la creciente
rivalidad entre EE. UU., China, Rusia, la UE y Japón. Una crítica del análisis
de la izquierda y un resumen de la perspectiva marxista, RCIT Books, Viena,
2019, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/libro-anti-imperialismo-en-la-era-de-la-rivalidad-de-las-grandes-potencias/;
The Great Robbery of the South. Continuity
and Changes in the Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly
Capital. Consequences for the Marxist Theory of Imperialism, RCIT Books, 2013, https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/
[3] Ver
sobre esto en p. ej. Hong
Su-Cheon: War Crisis on the Korean Peninsula and the Rivaly between US and
Chinese Imperialism, Article in Korean language, Spring 2019), https://www.thecommunists.net/home/%ED%95%9C%EA%B5%AD%EC%96%B4/crisis-on-korean-peninsula-us-and-chinese-imperialism/; por el mismo autor: The
Acceleration of the Great Power Rivalry in the Present Period and the Task of
Socialists in Korea, Article in Korean language, March 2019), https://www.thecommunists.net/home/%ED%95%9C%EA%B5%AD%EC%96%B4/struggle-for-imperialist-hegemony-socialism/. Michael Pröbsting: The Nature of
South Korean Imperialism and the Tactical Consequences for Revolutionaries
(Theses), 06.12.2019, https://www.thecommunists.net/theory/nature-of-south-korean-imperialism-and-revolutionary-tactics-theses/; por el mismo autor: South Korea as
an Imperialist Power. On the nature of South Korean monopoly capital and the
ensuing programmatic tasks of the workers vanguard, December 2019, https://www.thecommunists.net/theory/study-on-south-korea-as-an-imperialist-power/
[4] Para
nuestra última contribución al debate con representantes del bando dogmático,
véase, por ejemplo, Michael Pröbsting: One Should Not Camouflage Capitalist and
Imperialist China as “Socialist”. A Reply to Immanuel Ness and John Bellamy
Foster, 8 de abril de 2025, https://spectrejournal.com/one-should-not-camouflage-capitalist-and-imperialist-china-as-socialist/;
por el mismo autor: Marxists Debate: Is China an Imperialist Power? enero–
marzo de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/debate-on-capitalism-in-china/;
Para nuestra última contribución al debate con representantes del campo
ecléctico, véase, por ejemplo, Michael Pröbsting:Misunderstanding Imperialism
and its Crisis. A reply to Alex Callinicos (SWP/IST) on Great Power rivalry and
imperialist super-exploitation of semi-colonial countries, 27 March 2025, https://www.thecommunists.net/theory/misunderstanding-imperialism-and-its-crisis-reply-to-alex-callinicos/;
por el mismo autor: ¿Vivimos en la era del “Imperio” o del Imperialismo? Otra
respuesta a Claudio Katz sobre la actualidad de la teoría marxista del
imperialismo, 16 de noviembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/are-we-living-in-the-age-of-empire-or-of-imperialism-3rd-reply-to-claudio-katz/#anker_1;
El imperialismo: ¿un sistema de “cooperación antagónica” o de contradicciones
antagónicas? Respuesta a una contribución de Promise Li a la teoría marxista
del imperialismo, 23 de noviembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/imperialism-a-system-of-antagonistic-cooperation-or-of-antagonistic-contradictions/#anker_2.
Para más trabajos sobre este tema consulte la subpágina en nuestro sitio web: https://www.thecommunists.net/theory/china-russia-as-imperialist-powers/
[5] Este
capítulo se basa en un capítulo similar del ensayo mencionado anteriormente:
Misunderstanding Imperialism and its Crisis.
[6] V.
I. Lenin: El imperialismo y la escisión del socialismo (1916), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/10-1916.htm
[7] V.
I. Lenin: El proletariado revolucionario y el derecho de las naciones a la
autodeterminación (1915), en Lenin Obras Completas Ed. Progreso Tomo 27, p. 66
[8] Para
nuestro análisis del capitalismo en Rusia y su ascenso a potencia imperialista,
véanse varios folletos de Michael Pröbsting: Las características peculiares del
imperialismo ruso. Un estudio de los monopolios, la exportación de capital y la
superexplotación de Rusia a la luz de la teoría marxista, 10 de agosto de 2021,
https://www.thecommunists.net/theory/the-peculiar-features-of-russian-imperialism/#anker_7;
por el mismo autor: Lenin’s Theory of Imperialism and the Rise of Russia as a
Great Power. On the
Understanding and Misunderstanding of Today’s Inter-Imperialist Rivalry in the
Light of Lenin’s Theory of Imperialism. Another Reply to Our Critics Who Deny
Russia’s Imperialist Character, agosto de 2014, http://www.thecommunists.net/theory/imperialism-theory-and-russia/; Russia as a Great Imperialist
Power. The formation of Russian Monopoly Capital and its Empire – A Reply to
our Critics, 18 March 2014, http://www.thecommunists.net/theory/imperialist-russia/; El imperialismo ruso y sus
monopolios, en Periodistas Unidos, 20 de septiembre de 2022, https://periodistasunidos.com.mx/opinion/el-imperialismo-ruso-y-sus-monopolios-2/; Once Again on Russian Imperialism
(Reply to Critics). A rebuttal of a theory which claims that Russia is not an
imperialist state but would be rather “comparable to Brazil and Iran”, 30 de
marzo de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/once-again-on-russian-imperialism-reply-to-critics/
[9] Hemos
publicado varias obras sobre el capitalismo en China y su ascenso a potencia
imperialista. Las más
importantes son las siguientes: Michael Pröbsting: Chinese Imperialism and the
World Economy, an essay published in the second edition of “The Palgrave
Encyclopedia of Imperialism and Anti-Imperialism” (edited by Immanuel Ness and
Zak Cope), Palgrave Macmillan, Cham, 2020, https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007%2F978-3-319-91206-6_179-1; por el mismo autor: On the
transformation of social property relations under China’s party-state regime,
LINKS, 28 de septiembre de 2024, https://links.org.au/transformation-social-property-relations-under-chinas-party-state-regime; On the specific class character of
China’s ruling bureaucracy and its transformation in the past decades, LINKS,
15 de septiembre de 2024, https://links.org.au/specific-class-character-chinas-ruling-bureaucracy-and-its-transformation-past-decades; China: una potencia imperialista… ¿o
todavía no? ¡Una cuestión teórica con consecuencias muy prácticas! Continuando
el Debate con Esteban Mercatante y el PTS/FT sobre el carácter de clase de
China y sus consecuencias para la estrategia revolucionaria, 22 de enero de
2022, https://www.thecommunists.net/theory/china-imperialist-power-or-not-yet/#anker_1;
China‘s transformation into an imperialist power. A study of the economic,
political and military aspects of China as a Great Power (2012), https://www.thecommunists.net/publications/revcom-1-10/#anker_4;
¿Cómo es posible que algunos marxistas sigan dudando de que China se ha vuelto
capitalista? (Una crítica del PTS/FT) Un análisis del carácter capitalista de
las empresas estatales de China y sus consecuencias políticas, 18 de septiembre
de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino-2/;
Incapaces de ver el bosque por ver los árboles. El empirismo ecléctico y la
falla del PTS/FT en reconocer el carácter imperialista de China, 13 de agosto
de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino/;
China’s Emergence as an Imperialist Power (Article in the US journal 'New
Politics'), in: “New Politics”, verano de 2014 (Vol:XV-1, Whole #: 57).
[10] CCRI:
La segunda presidencia de Trump: causas, contradicciones internas y
consecuencias para la política mundial, 31 de enero de 2025, https://www.thecommunists.net/worldwide/north-america/trump-s-2nd-presidency-its-causes-inner-contradictions-and-consequences-for-world-politics/#anker_1;
El acercamiento entre Trump y Putin señala el fin de la “Asociación
Transatlántica”. Sobre el declive de la (ex) potencia hegemónica
estadounidense, la profunda crisis del imperialismo europeo y las consecuencias
para las tácticas socialistas, 21 de febrero de 2025, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/trump-putin-rapprochement-signals-end-of-trans-atlantic-partnership/#anker_1
[11] G.
Zinoviev y V. I. Lenin: El socialismo y la guerra (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm
[12] V.
I. Lenin: La revolución socialista y el derecho de las naciones a la
autodeterminación (1916), en Lenin Obras Completas Tomo 27 Ed. Progreso, p. 269
[13] León
Trotsky: Combatir al imperialismo para combatir al fascismo (1938), https://ceip.org.ar/Combatir-al-imperialismo-para-combatir-al-fascismo-1
[14] Leon Trotsky: Lenin and Imperialist War
(1938); en: Trotsky Writings 1938-39, p. 165
[15] León
Trotsky: La agonía del capitalismo y las tareas de la IV Internacional. El programa
de transición (1938), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm
[16] Abram Deborin: Lenin über Dialektik (1925); en: Unter
dem Banner des Marxismus, 1. Jahrgang (1925-26), S. 404 [our
translation]
[17] V.
I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm
[18] Esto,
por cierto, también aplica a los estados obreros (incluidos los deformados).
Dichos países representan, en forma de estado, el estado del equilibrio
internacional entre las clases antagónicas. Esto también fue cierto en el caso
de los estados estalinistas, si bien esta relación se vio complicada por la
maquinaria burocrática de la casta gobernante. Véase al respecto nuestro
análisis de los estados estalinistas: Michael Pröbsting: Cuba’s Revolution Sold
Out? The Road from Revolution to the Restoration of Capitalism (Capítulo II),
agosto de 2013, RCIT Books, https://www.thecommunists.net/theory/cuba-s-revolution-sold-out/;
ver también por el mismo autor: China: sobre el estalinismo, la Restauración
capitalista y la teoría marxista del Estado. Notas sobre la transformación de
las relaciones sociales de propiedad bajo el régimen de un solo partido, 15 de
septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-on-stalinism-capitalist-restoration-and-marxist-state-theory/#anker_1;
China: Does the Stalinist Regime Support or Oppose Capitalism? Reply to a critique of the ICL
(Spartacists), 22 September 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-does-the-stalinist-regime-support-or-oppose-capitalism/.
[19] Federico
Engels: Dialéctica de la naturaleza, Ed. Grijalbo, México D.F. 1961, p.41
[20] G.
W. F. Hegel: La Ciencia de la Lógica, Ed. Solar 1968, p. 727
[21] Este
capítulo se basa en una parte del capítulo IV del libro antes mencionado “El
antiimperialismo en la era de la rivalidad de las grandes potencias”.
[22] V.
I. Lenin: Resumen de "La Ciencia de la Lógica de Hegel" (1914), Lenin
Obras Completas, Tomo 29, Ed. Progreso, p. 199
[23] V.
I. Lenin: Cuaderno Beta (sobre el imperialismo), Lenin. Obras Completas, Tomo
43, Ed. Akal, p. 191
[24] V.
I. Lenin: El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916) Ed. Fundación
Federico Engels, p. 39
[25] V.
I. Lenin: El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916) Ed. Fundación
Federico Engels, p. 72
[26] León
Trotsky: Historia de la Revolución Rusa (1930), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1932/histrev/tomo1/cap_01.htm
[27] Creemos
que esta definición de Estado imperialista está de acuerdo con la breve
definición que dio Lenin en uno de sus escritos sobre el imperialismo en 1916: "...grandes
potencias imperialistas (es decir, potencias que oprimen a toda una serie de
pueblos y los tienen sometidos al capital financiero, etc.)..." (V. I.
Lenin: Una caricatura del marxismo y el "economismo imperialista"
(1916), Ed. Akal, España 1977, p. 7
[28] León
Trotsky: La revolución china (1938), https://ceip.org.ar/La-Revolucion-China
[29] Ver
sobre esto en p. ej. Michael
Pröbsting: Russia and the Theory of “Lesser-Evil” Imperialism, On some
Stalinists and “Trotskyists” who formally recognize Russia’s class character
but reject the political consequences, 28 de julio de 2022, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/russia-and-the-theory-of-lesser-evil-imperialism/
[30] Ver
sobre esto en p. ej. Michael
Pröbsting: The IMT/RCI’s Theory of “Lesser-Evil” Imperialism: A Historical
Analogy. A comparison with the Stalinists’ approach in the period of the
Hitler-Stalin Pact 1939-41, 3 de octubre de 2024, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/the-imt-rci-s-theory-of-lesser-evil-imperialism-a-historical-analogy/
[31] Ver
sobre esto en p. ej. Michael
Pröbsting: Pacifist – Not Anti-Imperialist. On the IMT/RCI’s “campaign to fight
militarism and imperialism”, 18 de septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/on-the-imt-rci-s-campaign-to-fight-militarism-and-imperialism/.
[32] Ver
sobre esto en p. ej. Michael
Pröbsting: Did Lenin Really Abandon the Strategy of “Revolutionary Defeatism”
against Imperialist War? A critique of the IMT/RCI and its so-called “orthodox
Marxism”, 24 September 2024, https://www.thecommunists.net/theory/did-lenin-really-abandon-the-strategy-of-revolutionary-defeatism-against-imperialist-war/. Para una discusión crítica
más detallada de la distorsión que hacen los grantistas del enfoque de Lenin y
Trotsky sobre el derrotismo revolucionario, véase, por ejemplo, el libro de
Michael Pröbsting: The Great Robbery of the South. Continuity and Changes in the
Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly Capital Consequences
for the Marxist Theory of Imperialism, RCIT Books, 2013, https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/, pp. 357-365
[33] Véase
al respecto, por ejemplo, el capítulo IX de nuestro libro ya mencionado,
"Antiimperialismo en la era de la rivalidad de las grandes
potencias". Véanse
también los folletos ya mencionados, “Lenin’s Theory of Imperialism and the
Rise of Russia as a Great Power” and “Russia as a Great Imperialist Power”.
[34] Véase en el capítulo “The
uniqueness of Israel as a colonial settler and oppressor state” en Michael
Pröbsting: On some Questions of the Zionist Oppression and the Permanent
Revolution in Palestine. Thoughts on some exceptionalities of the Israeli
state, the national oppression of the Palestinian people and its consequences
for the program of the Bolshevik-Communists in Palestine, mayo de 2013, https://www.thecommunists.net/theory/permanent-revolution-in-palestine/
[35] OKI: Америка против Ирана: истоки
ближневосточного конфликта и позиция коммунистов-интернационалистов, 17 апреля
2025 г. https://okintern.net/articles/america-vs-iran-the-origins-of-the-middle-east-conflict-and-the-position-of-internationalist-communists/
(traducción hecha por nosotros)
[36] Michael Pröbsting:
Semi-Colonial Intermediate Powers and the Theory of Sub-Imperialism. A
contribution to an ongoing debate amongst Marxists and a proposal to tackle a
theoretical problem, 1 de Agosto de 2019, https://www.thecommunists.net/theory/semi-colonial-intermediate-powers-and-the-theory-of-sub-imperialism/
[37] Michael
Pröbsting: ¿Es Turquía una potencia (sub)imperialista? Las características
económicas, políticas y militares del estado turco, su carácter de clase y las
consecuencias programáticas para los socialistas. Una contribución a un debate
en curso entre los marxistas, 25 de septiembre de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/is-tuerkiye-a-sub-imperialist-power/#anker_5;
del mismo autor: Türkiye: sub-imperialist power or semi-colony? en: Critique:
Journal of Socialist Theory (Volume 50, Issue 4, 2022), https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/03017605.2023.2199592
[38] Michael Pröbsting: Greece: A
Modern Semi-Colony. The Contradictory Development of Greek Capitalism, Its
Failed Attempts to Become a Minor Imperialist Power, and Its Present Situation
as an Advanced Semi-Colonial Country with Some Specific Features, RCIT Books,
Vienna 2015, https://www.thecommunists.net/theory/greece-semi-colony/
[39] Michael
Pröbsting: Ucrania: una semicolonia capitalista. Sobre la explotación y
deformación de la economía de Ucrania por parte de los monopolios imperialistas
y los oligarcas desde la restauración capitalista en 1991, enero de 2023, https://www.thecommunists.net/theory/ukraine-a-capitalist-semi-colony/#anker_9
[40] Michael Pröbsting: The
China-India Conflict: Its Causes and Consequences. What are the background and
the nature of the tensions between China and India in the Sikkim border region?
What should be the tactical conclusions for Socialists and Activists of the
Liberation Movements? Agosto de 2017, https://www.thecommunists.net/theory/china-india-rivalry/; por el mismo autor: Is India a New
Emerging Great Power? In: Critique: Journal of Socialist Theory (Volume 48,
Issue 1, 2020) https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/03017605.2019.1706783; India: A Regional Power With
Failed Ambitions, en: Problems In Political Economy (Vol. 4. 2020), https://yadi.sk/i/kyqjrL4Y74im8A
[41] Ver en Celso Furtado:
Economic Development of Latin America. Historical Background and Contemporary
Problems, New York 1984, pp. 204-206
[42] Celio Hiratuka: Foreign
Direct Investment and Transnational Corporations in Brazil: Recent Trends and
Impacts on Economic Development, April 2008, pp. 5-6
[43] Ver
en Michael Pröbsting: El imperialismo: ¿un sistema de “cooperación antagónica”
o de contradicciones antagónicas? Respuesta a una contribución de Promise Li a
la teoría marxista del imperialismo, 23 de noviembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/imperialism-a-system-of-antagonistic-cooperation-or-of-antagonistic-contradictions/#anker_2;
ver también el capítulo IV ("Los criterios marxistas para una gran
potencia imperialista") en nuestro libro mencionado anteriormente
"Anti-imperialismo en la Era de la Rivalidad de las Grandes
Potencias"
[44] Karl Kautsky: Imperialism
(1914), in: Richard B. Day and Daniel Gaido (Eds.): Discovering Imperialism.
Social Democracy to World War I, Brill, Leiden 2012, p. 757
[45] V.
I. Lenin: El imperialismo y la escisión del socialismo (1916), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/10-1916.htm
[46] Leon Trotsky, The Balkan Wars
(1912-13): The War Correspondence, Pathfinder Press, New York 1980, pp. 364-366
[47] Leon Trotsky, The Balkan Wars
(1912-13), p. 365
[48] V.
I. Lenin: El significado social de las victorias serbio-búlgaras (1912), en
Lenin Obras Completas Tomo 22 Ed. Progreso, p. 195
[49] V.
I. Lenin: Un nuevo capítulo en la historia universal (1912), en Lenin Obras
Completas Tomo 22 Ed. Progreso, p. 162
[50] V.
I. Lenin: La revolución socialista y el derecho de las naciones a la
autodeterminación (1916) en Lenin Obras Completas Tomo 27 Ed. Progreso, p. 270
[51] V.
I. Lenin: La bancarrota de la II Internacional (1915), en Lenin Obras Completas
Tomo 26, Ed. Progreso, p. 271
[52] León
Trotsky: ¿Ni un Estado Obrero ni un Estado Burgués? (1937), https://ceip.org.ar/Ni-un-Estado-Obrero-ni-un-Estado-Burgues
[53] Rosa
Luxemburgo: La crisis de la socialdemocracia alemana (El folleto de Junius)
(1915), en https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelasocialdemocraciaalemana_0.pdf,
p. 58
[54] V.
I. Lenin: El folleto de Junius (1916), en Lenin Obras Completas Tomo 30, Ed. Progreso p. 9
[55] Ver por j. Michael Pröbsting:
The Poverty of Neo-Imperialist Economism. Imperialism and the national question
- a critique of Ted Grant and his school (CWI, ISA, IMT), 9 January 2023, https://www.thecommunists.net/theory/grantism-imperialism-and-national-question/; ver también el capítulo 13 del
libro anteriormente mencionado The Great Robbery of the South; por el mismo
autor: Spare the Dummy … and Trotsky! Reply to a not very intelligent polemic
of Alan Woods’ IMT on the slogan of “Arms for the Ukraine”, 11 November 2022, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/imt-slogan-of-arms-for-the-ukraine/. Para la elaboración de la
táctica del frente único antiimperialista por parte de la RCIT nos remitimos al
capítulo 13 del libro antes mencionado “The Great Robbery of the South” y el
capítulo XXI del libro anteriormente mencionado "Anti-imperialismo en la
era de la rivalidad de las grandes potencias".
[56] León
Trotsky: La lucha antimperialista es la clave de la liberación. Una entrevista
con Mateo Fossa (1938), https://ceip.org.ar/La-lucha-antimperialista-es-la-clave-de-la-liberacion
[57] León
Trotsky: El conflicto ítalo-etíope (1935), https://ceip.org.ar/El-conflicto-italo-etiope
[58] Tesis
sobre la cuestión de oriente (1922), en Los Primeros Cuatro Congresos de la
Internacional Comunista (1919-1923), p. 224, https://www.marxists.org/espanol/tematica/internacionales/comintern/4-Primeros3-Inter-2-edic.pdf
[59] León
Trotsky: Sobre la Guerra sino-japonesa (1937), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/eis/1937.Sobreguerchino-japonesa.pdf
[60] Para
una visión general de nuestra historia de apoyo a las luchas antiimperialistas
en las últimas cuatro décadas (con enlaces a documentos, imágenes y vídeos),
véase, por ejemplo, un ensayo de Michael Pröbsting: La lucha de los
revolucionarios en el corazón imperialista contra las guerras de su “propia”
clase dominante. Ejemplos de la historia de la CCRI y su organización
predecesora en las últimas cuatro décadas, 2 de septiembre de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/the-struggle-of-revolutionaries-in-imperialist-heartlands-against-wars-of-their-own-ruling-class/#anker_1
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