El infierno en Jalisco. Un nuevo crematorio clandestino con restos de cientos de víctimas


El infierno en Jalisco. Un nuevo crematorio clandestino con restos de cientos de víctimas


Por Jorge Arboleda, Corriente Comunista Revolucionaria, 7 de marzo de 2025, www.bit.ly/ccrimexico


Hace dos días, el colectivo de búsqueda Guerreros Buscadores, integrado por familiares de personas desaparecidas, logró ingresar a un rancho que fue recientemente incautado por las autoridades en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. El rancho era al parecer un campo de entrenamiento, pues en las imágenes que el colectivo compartió se aprecian almacenados señalamientos de tránsito usados como tiro al blanco. También se encontró ropa con las siglas del Cártel Jalisco Nueva Generación, así como libretas con nombres y apodos anotados, en los que se encontraban listas encabezadas por "comandos instructores" y "apoyos", lo que indicaría que era también un centro de reclutamiento. También se encontraron cartas de despedida de personas a sus familiares, por lo que se piensa también que las personas reclutadas estaban privadas de su libertad. Sin embargo, el descubrimiento más importante de este lugar fue el de restos óseos, así como de cientos de prendas de ropa y hasta 400 pares de zapatos abandonados, pues se concluye que además este rancho era usado como crematorio clandestino para desaparecer el rastro de las víctimas de este grupo criminal.

La desaparición de personas es uno de los mayores problemas que vive México desde el inicio de la guerra contra el narco. Las cifras oficiales hablan de más de 120 mil personas desde 2006 a la fecha, sin embargo, la desaparición en México no sucede únicamente por rapto, asesinato o abandono, sino que existe un esfuerzo constante por desaparecer cualquier rastro de personas desaparecidas, como muestra el descubrimiento de este rancho, que es uno de incontables crematorios clandestinos que hay en el país, y lo que resalta de este hallazgo en particular es la enorme cantidad de víctimas.

Una de las principales quejas de integrantes de colectivos de búsqueda es que en muchas ocasiones pueden ver a lo lejos algunos crematorios en pleno funcionamiento, pero al pedir apoyo de las autoridades, estas nunca aparecen y no dan respuesta. Además, activistas denuncian que cuando el gobierno inspeccionó por primera vez este rancho en septiembre pasado, declararon que no habían encontrado nada de relevancia. 

Los integrantes de los colectivos de búsqueda son regularmente personas con una fortaleza mental y emocional muy grande, que logran establecer grandes lazos de fraternidad entre ellos sin importar lo lejos que se encuentre un colectivo del otro, pero a pesar de que han existido muchos esfuerzos por crear un movimiento nacional de familiares de víctimas de desaparición forzada, esto no se ha logrado aún, ya que la principal labor de estas personas está en recorrer el país en busca de fosas clandestinas y difundiendo la información de sus seres queridos con la esperanza de que alguien les pueda dar información relevante, lo cual es una labor gigantesca, que en ocasiones los aleja de sus demás familiares, y carecen de estabilidad laboral debido al tiempo que emplean en su trabajo de búsqueda.

La razón específica por la cual los grupos criminales de este tipo cometen este tipo de atrocidades nunca es clara, aunque el periodista Federico Mastrogiovanni explora algunas explicaciones en su libro Ni vivos, ni muertos: la desaparición forzada en México como estrategia de terror, que como el título indica, uno de los objetivos de la desaparición forzada es la de causar terror en la gente, así como distraer a las personas cercanas a los desaparecidos, confundir a la población en general, y contribuir a la maquinaria de guerra contra las drogas. Mastrogiovanni además, expone en su obra la complicidad y participación que tienen las autoridades mexicanas en todos los casos de desaparición que estudia, concluyendo en que esto no tiene ningún sentido si se tratara de una guerra entre grupos de narcotraficantes, sino que obedece completamente a una política de Estado.

Un pueblo que sufre la pérdida de seres queridos por asesinato en un contexto de conflicto por territorio o de lucha contra el gobierno y la clase dominante, a menudo pasa por un duelo que puede durar cierto tiempo, para después generar coraje y sobreponerse para luchar de nuevo. Sin embargo, un pueblo que sufre por desconocer el paradero de sus integrantes padece un duelo sin fin que los obliga luchar ante todo por encontrarles. Es por eso que la desaparición forzada juega un papel desmovilizador terrible en la sociedad mexicana.

Existe una Comisión Nacional de Búsqueda, la cual fue creada por el gobierno en 2017, sin embargo se encuentra completamente rebasada por el abrumador número de desapariciones, además del contexto de guerra en el que estas suceden. Además, al ser un órgano gubernamental, realmente no está hecha para tener las facultades suficientes para asistir en la búsqueda de personas desaparecidas, sino más bien juega un papel de contención en esta tarea.

Si bien este crematorio clandestino no es ni el primero ni el más grande que se haya encontrado, la gran cantidad de evidencia encontrada en él ha creado mucha indignación en el pueblo de México. La Corriente Comunista Revolucionaria hace el constante llamado al pueblo mexicano a crear grupos de autodefensas que operen democráticamente para proteger a las comunidades de estos grupos criminales, tomando siempre en cuenta que la guerra contra el narco es una guerra imperialista impuesta a nosotros desde EE.UU., en la que el gobierno de nuestro país es completamente cómplice, y que tanto policías como el ejército y la marina son participes en este tipo de crímenes de lesa humanidad. Nosotros llamamos a tomar como ejemplo de organización las policías comunitarias que se han conformado en la Montaña de Guerrero, así como en la costa de Michoacán y en Chiapas, específicamente la CRAC-PC, la policía comunitaria de Santa María Ostula, y el grupo de autodefensas El Machete de Pantelhó. La única salida a este infierno es transformar esta guerra imperialista en una guerra civil revolucionaria en la que el pueblo pobre tome el poder del pais, creando un gobierno de los trabajadores, campesinos e indígenas.

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