El imperialismo: ¿un sistema de “cooperación antagónica” o de contradicciones antagónicas?

El imperialismo: ¿un sistema de “cooperación antagónica” o de contradicciones antagónicas?

Respuesta a una contribución de Promise Li a la teoría marxista del imperialismo

Un ensayo (con 8 tablas y 2 figuras) de Michael Pröbsting, 23 de noviembre de 2024

 

Contenido

Introducción

Un breve resumen del concepto de imperialismo de Li como “cooperación antagónica”

¿Fueron Thalheimer y Bujarin realmente los pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”?

Una base metodológica defectuosa: la teoría no dialéctica del equilibrio de Bujarin

Una crítica desde el punto de vista de la dialéctica materialista

El capitalismo en el siglo XXI: ¿restaurando su dinámica de crecimiento?

¿Sobreestimamos el ascenso del imperialismo chino y ruso?

¿Es la interdependencia capitalista un obstáculo para la guerra interimperialista?

Conclusiones

 

*****

 


 

Introducción

 

Como señalé recientemente en una respuesta al economista argentino Claudio Katz, el debate entre los marxistas sobre la teoría del imperialismo se ha intensificado en los últimos años. [1] Hace unas semanas, otro escritor socialista, Promise Li, publicó otra contribución a este debate. [2]

Promise Li es un socialista de Hong Kong que ahora reside en Los Ángeles, donde es miembro activo de Tempest Collective y Solidarity (U.S.). Su contribución es una elaboración de su concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” que distingue, por un lado, de aquellos que consideran al “Imperio estadounidense” como la única fuerza imperialista y, por otro lado, de aquellos que apoyan la teoría ortodoxa del imperialismo de Lenin. Como se refiere a mí (correctamente) como partidario de este último bando, me gustaría responder a su crítica. Ilustraré –tanto metodológicamente como empíricamente– que el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” no permite comprender la dinámica de la situación mundial en el período actual.

Como se trata de un tema amplio, trataré de limitarme a tratar los argumentos y críticas específicos presentados por Li. Para una elaboración más completa de mi comprensión de la teoría marxista del imperialismo, remito a los lectores a trabajos anteriores. [3]

 

Un breve resumen del concepto de imperialismo de Li como “cooperación antagónica”

 

En primer lugar, me gustaría señalar que Promise Li, a diferencia de otros participantes en el debate, rechaza sistemáticamente cualquier acuerdo con el imperialismo chino. Como señaló en una entrevista, “la izquierda debe centrarse en construir vínculos entre quienes resisten a los imperialismos estadounidense y chino”. [4] Por lo tanto, se distingue positivamente de los escritores (proto)estalinistas que adhieren a un antiimperialismo miope que denuncia enérgicamente los crímenes de Washington, pero es muy comedido cuando se trata de los crímenes de Pekín y Moscú. Sin duda, la experiencia de primera mano de Li con la brutal realidad del régimen de Xi en Hong Kong ha sido bastante útil para su comprensión.

Sin embargo, su concepto de imperialismo es problemático, ya que minimiza la creciente rivalidad interimperialista y sobreestima la estabilidad y la cooperación entre las grandes potencias. En cambio, considero que el sistema mundial capitalista está en decadencia a largo plazo. En un período como éste, las contradicciones entre las potencias imperialistas de Occidente y Oriente (Estados Unidos, Europa occidental, Japón, China y Rusia), así como entre estas potencias y los países semicoloniales, no pueden sino intensificarse. El imperialismo no es un sistema caracterizado por una “cooperación antagónica”, sino más bien por contradicciones antagónicas.

Antes de analizar las fallas del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”, comenzaremos con un resumen de la presentación de Li. Relaciona los orígenes de su teoría con los escritos del comunista alemán August Thalheimer y Nikolai Bukharin, un destacado teórico bolchevique. El concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” fue retomado posteriormente por el colectivo marxista brasileño Política Operária (POLOP), al que pertenecía, entre otros, Ruy Mauro Marini, más conocido por su teoría del subimperialismo.

Cabe señalar de paso que la teoría del subimperialismo, al igual que el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”, carece de un enfoque dialéctico. Sin embargo, en este punto no abordaremos esta cuestión y remitiremos a los lectores a otros trabajos en los que tratamos la teoría del subimperialismo. [5]

Partiendo de esa base metodológica, Promise Li aplica este concepto para analizar el orden mundial imperialista actual. “Podemos modificar la definición de Thalheimer y considerar la cooperación antagónica como una etapa particular del imperialismo en la que los términos de la competencia entre capitales nacionales toman forma a través de, o están mediados por, la “interpenetración de intereses y dominios imperiales mutuos”, en lugar de considerar la cooperación y la competencia como tendencias distintas”.

En relación con esto, el autor enfatiza la relativa estabilidad del sistema mundial capitalista. Por supuesto, reconoce su crisis repetida, sin embargo, piensa que prevalece la tendencia hacia la cooperación entre las potencias.

Sin restar importancia a la amenaza siempre presente de crisis antagónicas y rivalidades entre estados, este análisis pone de relieve la capacidad del sistema imperialista mundial de mantener dinámicas cooperativas para maximizar las vías de acumulación global”.

En consecuencia, Li delinea su concepto de otras teorías como, por un lado, la de que un “Imperio liderado por Estados Unidos” dominaría el mundo y, por otro lado, de la teoría marxista ortodoxa del imperialismo.

No debemos pasar por alto el reajuste del capitalismo de su propia constitución para desarrollar nuevos términos para la recuperación y la estabilización. La cooperación antagónica, un marco conceptual desarrollado por los marxistas en Alemania y Brasil de posguerra, proporciona las mejores herramientas para analizar esta etapa particular del imperialismo. A diferencia de la teorización unipolar de la Tricontinental o la rivalidad multipolar de quienes siguen a los teóricos bolcheviques, que enfatizan demasiado la rivalidad entre potencias imperialistas, la cooperación antagónica entiende el sistema imperialista como una totalidad interdependiente que puede dar cabida a la interdependencia entre bloques geopolíticos y más allá de ellos. Además, a diferencia de los dos modelos descritos anteriormente, la cooperación antagónica también permite la heterogeneidad de las relaciones de poder dentro de este paradigma, aun cuando la estructura general de dependencia entre las economías centrales y periféricas sigue existiendo. Por un lado, la rivalidad entre Estados Unidos y China no implica su igualdad en el sistema imperialista global, que todavía está dirigido y dominado por los primeros. Lo que Claudio Katz llama “imperios en formación”, y otros países intermedios o subimperiales, también están cultivando la capacidad de controlar ocasionalmente el poder estadounidense a través de medios militares, económicos o de otro tipo. Pero esto no indica ni una afrenta antiimperialista a la hegemonía estadounidense ni una igualdad directa del campo de juego como un nuevo terreno de rivalidad interimperialista”.

La interdependencia económica ha demostrado una sorprendente capacidad de recuperación incluso entre bloques geopolíticos rivales. Las teorías existentes sobre el imperialismo no logran dar cuenta plenamente de estas dimensiones aparentemente contradictorias del sistema mundial actual. Tricontinental teoriza la etapa actual del imperialismo como “hiperimperialismo”, caracterizada por un “bloque militar liderado por Estados Unidos” unipolar como la única fuerza imperialista que hace que todas las demás contradicciones globales sean secundarias o “no antagónicas”. Para los autores de Tricontinental, este bloque imperialista está siendo desafiado por una “agrupación socialista liderada por China” multipolar, que representa “las crecientes aspiraciones de soberanía nacional, modernización económica y multilateralismo, que surgen del Sur Global”. Esta perspectiva no tiene en cuenta las implicaciones tanto de la interdependencia entre los dos bloques como del papel emergente de ciertas economías intermedias –por ejemplo, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia– en el desarrollo de hegemonías regionales que facilitan el imperialismo en medio de tensiones geopolíticas.

En contraste con la teoría tricontinental, algunos ven la forma del imperialismo actual como un conflicto interimperialista en la misma línea de la Primera Guerra Mundial, que los revolucionarios bolcheviques V. I. Lenin y Nikolai Bujarin teorizaron por primera vez. Esta visión minimiza excesivamente el declive de la hegemonía estadounidense y sobreestima el ascenso de nuevos imperialistas como contrapeso al imperialismo estadounidense. Estas concepciones erróneas son dos caras de la misma moneda: exageran la dinámica de la rivalidad, oscureciendo así los sitios salientes de interconexión en el sistema imperialista que pueden generar poderosas oportunidades de solidaridad entre luchas antisistémicas.

 

¿Fueron Thalheimer y Bujarin realmente los pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”?

 

¿Quiénes fueron Bujarin y Thalheimer? Bujarin se unió a los bolcheviques cuando era un militante joven y dedicado y trabajó en el partido clandestino de Moscú antes de unirse a otros revolucionarios rusos en el exilio. Se convirtió en líder bolchevique en 1917 y fue una figura clave en la formulación de la política del partido en la primera década después de la revolución. Bujarin era un teórico talentoso que chocó repetidamente con Lenin en cuestiones como la teoría del imperialismo, la teoría del Estado y la cuestión nacional. Sin embargo, era un intelectual marxista reflexivo e inspirador y Lenin apreciaba su trabajo, llamándolo incluso “el niño mimado del partido”.

Bujarin fue inicialmente portavoz del ala ultraizquierdista del partido, pero en 1923 se unió a la facción de Stalin y desempeñó un papel crucial en la teorización de la estrategia oportunista de la Comintern, la política pro-Kulak del régimen y la expulsión de la Oposición de Izquierda dirigida por León Trotsky. Sin embargo, poco después de la represión de los bolcheviques auténticos a fines de 1927, la burocracia estalinista, que enfrentaba una crisis económica como resultado de su política anterior pro-Kulak, se inclinó hacia la colectivización forzada del campesinado y la superindustrialización. En consecuencia, Stalin –a quien Bujarin ahora consideraba un “nuevo Gengis Kan”– también expulsó al antiguo “favorito del partido”. Sin embargo, a diferencia de los trotskistas, Bujarin y sus partidarios se abstuvieron de lanzar una lucha de oposición y rápidamente capitularon ante Stalin. Éste fue el fin de Bujarin como político independiente y unos años más tarde, durante los horribles juicios-espectáculo de 1936-38, todos fueron fusilados. [6]

August Thalheimer formó parte del ala izquierda de la socialdemocracia alemana antes de 1914 y se unió a la Liga Espartaco de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht durante la Primera Guerra Mundial. Se convirtió en el principal teórico del Partido Comunista en 1921, cuando él y Heinrich Brandler asumieron la dirección. Sin embargo, como fracasaron miserablemente en la situación revolucionaria de la segunda mitad de 1923 (el “Octubre alemán”, que no tuvo lugar), tuvieron que retirarse de las funciones de dirección. Después de la caída de su mentor intelectual Bujarin en 1928, Brandler y Thalheimer formaron la llamada Oposición de Derecha internacional, que criticó a los estalinistas sólo por sus errores ultraizquierdistas (pero no oportunistas) y no llamó a una lucha de oposición contra el régimen. Peor aún, a mediados de los años 30 apoyaron plenamente la política archioportunista del frente popular y se negaron a condenar los juicios-espectáculo de Moscú. No es de sorprender que la Oposición de Derecha internacional se desmoronara a fines de los años 30 y que sólo un pequeño grupo siguiera existiendo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. [7]

A pesar de sus fallas metodológicas, Bujarin y Thalheimer –el primero mucho más que el segundo– fueron teóricos serios que hicieron una serie de contribuciones reflexivas.

El concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” que Promise Li y el colectivo POLOP se basan en un panfleto en alemán de Thalheimer –“Grundlinien und Grundbegriffe der Weltpolitik nach dem 2. WeItkrieg” (Principios y conceptos básicos de la política mundial después de la Segunda Guerra Mundial)– que había publicado en 1946. En este panfleto, el comunista alemán llamaba a la alianza imperialista liderada por los EE.UU. “cooperación antagónica”.

Sin embargo, si bien es cierto que este término se origina en el panfleto de Thalheimer, la referencia de POLOP y Li a este documento es altamente problemática. En esta obra, el comunista alemán vio su término “cooperación antagónica” como una descripción de la situación después de la Segunda Guerra Mundial. Pero reconoció que la cooperación entre las potencias imperialistas se basaba a) en las contradicciones de clase dominantes entre las potencias occidentales y el campo estalinista en expansión y b) en la superioridad absoluta de los EE.UU. Por lo tanto, su análisis de la cooperación interimperialista se basaba en estas características coyunturales.

En consecuencia, la visión de Thalheimer del orden mundial no era la de la “cooperación”, sino más bien la de la inminente Tercera Guerra Mundial, ya que la alianza imperialista se basaba en la agresión colectiva contra el campo estalinista, es decir, los estados obreros degenerados.

Hemos mostrado los factores que han hecho que el afán de expansión territorial de los imperialistas no resulte en una guerra dentro del campo capitalista, sino principalmente en la cooperación imperialista en diferentes grados. Por lo tanto, este afán de expansión territorial sólo puede dirigirse externamente: contra el sector socialista, la Unión Soviética y su esfera de influencia”.

Si estos hechos muestran algo es que, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, el despliegue general en curso para una nueva guerra mundial”. [8]

Sin embargo, la interpretación que Li da al concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” es diferente. Esa cooperación ya no puede basarse en una política común de agresión contra un enemigo común, puesto que la URSS y sus aliados ya no existen desde hace tres décadas. Por lo tanto, Li considera la “cooperación antagónica” como una nueva etapa del imperialismo, independiente de la existencia de un enemigo común que mantendría unidas a las potencias imperialistas (como el campo estalinista dirigido por la URSS en 1945-1991). En cambio, Thalheimer elaboró ​​su concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” como una descripción coyuntural de una situación específica causada por las características peculiares del resultado de la Segunda Guerra Mundial. Para el comunista alemán, esa situación de “cooperación antagónica” ya no existiría cuando el enemigo común hubiera desaparecido.

Del mismo modo, el peculiar análisis de Bujarin sobre el imperialismo, que ciertamente no está exento de defectos, no tenía en absoluto un enfoque que se acercara al concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” defendido por Li. Lejos de suponer un mundo relativamente estable o incluso una cooperación predominante entre las grandes potencias, él veía más bien al imperialismo como un sistema antagónico caracterizado por una aguda rivalidad interimperialista y una tendencia a la guerra entre ellas.

Las fricciones y conflictos que surgen fatalmente entre los grupos nacionales de la burguesía conducen, al desarrollarse a la guerra, como único medio, según los medios dirigentes, de resolver la cuestión. Como lo hemos visto, estas fricciones y conflictos son debidos a modificaciones sobrevenidas en las condiciones de reproducción del capital mundial. La sociedad capitalista, edificada sobre un conglomerado de elementos antagónicos, no puede mantenerse en un equilibrio relativo sino al precio de crisis dolorosas”. [9]

La transición a un sistema de capitalismo financiero reforzó constantemente el proceso por el cual la simple competencia horizontal de mercado se transformó en una competencia compleja. “Como el método de lucha corresponde al tipo de competencia, esto fue inevitablemente seguido por el ‘agravamiento’ de las relaciones en el mercado mundial. Los métodos de presión directa acompañan a la competencia vertical y horizontal, por lo tanto, el sistema del capital financiero mundial implica inevitablemente una lucha armada entre rivales imperialistas. Y aquí radican las raíces fundamentales del imperialismo. (…) El conflicto entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción debe –mientras todo el sistema no explote– reducir temporalmente las fuerzas productivas para que el siguiente ciclo de su desarrollo pueda comenzar entonces en el mismo caparazón capitalista. Esta destrucción de las fuerzas productivas constituye la condición sine qua non del desarrollo capitalista y desde este punto de vista las crisis, los costos de la competencia y –un caso particular de esos costos– las guerras son los inevitables faux frais de la reproducción capitalista”. [10]

Como podemos ver, Bujarin –a diferencia de Li– no vio la internacionalización de la producción y reproducción capitalistas como una característica que limitaría las tensiones interimperialistas. Más bien, lo entendía como un desarrollo que aceleraría los conflictos entre las grandes potencias.

La división internacional del trabajo, la diferencia de las condiciones naturales y sociales, es un prius económico que no puede ser suprimido nu aun por una guerra mundial. Por esta razón existen allí elementos-valores bien definidos y, por consiguiente, las condiciones necesarias para la obtención de un beneficio máximo en el proceso de las operaciones internacionales. De este modo la evolución ultetrior no terminará en una "autarquía" económica, sino en el desarrollo de las relaciones internacionales, al mismo tiempo que en una mayor cohesión nacional y en la aparición de nuevos conflictos en el terreno de la concurrencia mundial”. [11]

Por lo tanto, el teórico bolchevique caracterizó la guerra como una “ley inmanente” del imperialismo: “En la sociedad capitalista, la guerra no es, en verdad, sino uno de los métodos de competencia capitalista aplicado a la esfera de la economía mundial. La guerra resulta así la ley inmanente de una sociedad que vive bajo la presión de las leyes ciegas del mercado mundial, que se desarrolla caóticamente y no de una sociedad que rige conscientemente el proceso de producción y de cambio”. [12]

En resumen, creemos que la referencia de Li y POLOP a Thalheimer y Bujarin como pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” carece de justificación.

 

Una base metodológica defectuosa: la teoría no dialéctica del equilibrio de Bujarin

 

Dicho esto, no negamos que también exista un elemento de justificación cuando Li señala los escritos de Bujarin y Thalheimer. Esto se debe a que el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” comparte ciertas similitudes metodológicas en su modo de pensar con estos dos teóricos. Es decir, todos ellos adoptan –consciente o inconscientemente– la teoría mecanicista del equilibrio que está desprovista de dialéctica.

Como se citó anteriormente, el “análisis [de Li] pone en primer plano la capacidad del sistema mundial imperialista para mantener dinámicas cooperativas para maximizar vías de acumulación global”. Asimismo, cita con aprobación a otro escritor que dice que “prevalece la cooperación [entre los imperialistas, Ed.] para el mantenimiento del sistema”:

Como escribe Sachs: ‘La cooperación antagónica no libera al mundo capitalista de los choques internos en todos los niveles, altibajos. Hay momentos en que el antagonismo parece predominar, cuando las burguesías nacionales amenazan con una política exterior “independiente”, se rebelan contra los planes del Fondo Monetario Internacional y nacionalizan empresas extranjeras particularmente impopulares. El mismo fenómeno ocurre entre las propias potencias imperialistas en momentos de relajación periódica de la tensión internacional. Desaparece cuando hay un nuevo recrudecimiento de la tensión internacional y, como en Francia en 1968, cuando el régimen capitalista se ve en jaque. A largo plazo, prevalece la cooperación para el mantenimiento del sistema”.

Si bien, como se mencionó antes, Bujarin no estaba de acuerdo con cualquier visión del mundo imperialista como un mundo de cooperación, de hecho, simpatizaba con las enseñanzas filosóficas de Alexander Bogdanov, quien se oponía al materialismo dialéctico y elaboraba un sistema llamado “filosofía organizacional”. Bogdánov fue una figura destacada entre los bolcheviques en los años 1904-08, pero Lenin tuvo que librar una lucha feroz contra él y su filosofía cuando las diferencias políticas (combinaba su filosofía idealista con el apoyo a la política ultraizquierdista después de la derrota de la primera revolución rusa en 1905-1907) amenazaron con paralizar el partido. La famosa obra filosófica de Lenin “Materialismo y empiriocriticismo” es básicamente una polémica contra la filosofía de Bogdánov, que carecía tanto de materialismo como de dialéctica. [13]

Bujarin –sobre quien Lenin señaló en su testamento que “nunca ha estudiado la dialéctica y, creo, nunca la ha apreciado plenamente”– adoptó la teoría del equilibrio de Bogdánov. Esta teoría básicamente considera la realidad como un equilibrio (relativo, móvil) que, repetidamente, se ve perturbado por crisis repentinas y, después de algún tiempo, se restablece como un nuevo equilibrio. En otras palabras, el equilibrio sería la posición natural de las cosas. En su libro “Materialismo histórico” Bujarin expresa esta opinión de manera bastante explícita.

Por otra parte, observamos igualmente aquí la "forma" de estos procesos: en primer lugar, el estado de equilibrio; en segundo lugar, la ruptura de este equilibrio; en tercer lugar, el restablecimiento del equilibrio sobre una "nueva" base. Luego la historia recomienza: el nuevo equilibrio es el punto de partida para una nueva alteración, así, ad infinitum.” [14]

Esto no significa que Bujarin ignorara las contradicciones y el movimiento resultante como fuerzas impulsoras cruciales del desarrollo. Sin embargo, él consideraba las contradicciones no tanto como una característica interna y esencial de todas las cosas (incluido el equilibrio), sino más bien como algo externo. Esto se debe a que ignoraba la unidad de los contrarios y la lucha entre sus partes contradictorias como la ley fundamental para comprender la materia y su movimiento. “El desarrollo es “la lucha” de los contrarios”, como dijo Lenin. [15] Por lo tanto, para Bujarin el movimiento no era causado tanto por contradicciones internas como por contradicciones entre diferentes cosas (equilibrios).

Así lo escribió en dicho libro. “Si en una "coyuntura de crecimiento" la estructura de la sociedad se empobreciera y sus desórdenes internos aumentaran, evidenciaría la existencia de una nueva contradicción entre el equilibrio externo y el interno. ¿Qué ocurriría entonces? Si la sociedad ha de continuar creciendo, se verá obligada a reconstruirse y a adaptar su estructura interna al carácter del equilibrio externo. En consecuencia, el equilibrio interno (estructural) es un factor dependiente del equilibrio externo; es una "función" de éste”. [16]

La concepción precisa del equilibrio es más o menos la siguiente: " Decimos que un sistema se halla en estado de equilibrio cuando no puede, sin el concurso de una energía exterior, salir de tal estado". [17]

Por supuesto, Bujarin no negó explícitamente el papel de las contradicciones internas. Era un intelectual marxista demasiado inteligente para eso. Pero a pesar de sus intenciones, subestimó sistemáticamente el papel decisivo de las contradicciones internas como la principal fuerza impulsora del movimiento.

 

Una crítica desde el punto de vista de la dialéctica materialista

 

La conexión entre la teoría mecanicista del equilibrio de Bujarin y el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” resulta ya evidente. La filosofía de restar importancia a la lucha de contrarios y a las contradicciones internas que provocan el movimiento conduce a una comprensión de la realidad como un estado de equilibrio (en movimiento). Sobre una base metodológica de este tipo, uno acaba fácilmente por considerar la situación mundial como una situación caracterizada principalmente por una relativa estabilidad y cooperación entre los imperialistas. Como resultado, uno se confunde y no puede reconocer la dirección del movimiento de la política y la economía mundiales.

El método mecanicista es incapaz de responder correctamente a una pregunta crucial: ¿cuál es la característica determinante de la materia: un estado de equilibrio o una contradicción, un movimiento como resultado de la lucha de contrarios? Desde el punto de vista de la dialéctica materialista, la respuesta correcta es que la lucha de contrarios, la contradicción, es la característica determinante, ya que causa movimiento, transformación, progreso. En cambio, el estado de equilibrio es sólo un momento temporal. Hegel tenía toda la razón cuando decía: “la contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad; solamente en la medida en que algo tiene dentro de sí mismo una contradicción se mueve, tiene impulso y actividad”. [18]

Esta era también la idea de Marx y Engels. Este último lo explicó en su “Anti-Dühring”:

El movimiento es el modo de existencia de la materia. Jamás y en ningún lugar ha habido materia sin movimiento, ni puede haberla. Movimiento en el espacio cósmico, movimiento mecánico de masas menores en cada cuerpo celeste, vibraciones moleculares como calor, o como corriente eléctrica o magnética, descomposición y composición químicas, vida orgánica: todo átomo de materia del mundo y en cada momento dado se encuentra en una u otra de esas formas de movimiento, o en varias a la vez. Todo reposo, todo equilibrio es exclusivamente relativo, y no tiene sentido más que respecto de tal o cual forma determinada de movimiento. (...) La materia sin movimiento es tan impensable como el movimiento sin la materia. El movimiento es, por tanto, tan increable y tan indestructible como la materia misma.” [19]

Basándose en este planteamiento, Lenin subrayó en su artículo “Sobre la cuestión de la dialéctica” que el movimiento y la lucha entre los contrarios son absolutos, mientras que la estabilidad, la unidad de los contrarios es relativa.

La unidad (coincidencia, identidad, equivalencia) de los contrarios es condicional, temporal, transitoria, relativa. La lucha de los contrarios, que se excluyen mutuamente, es absoluta, como es absoluto el desarrollo, el movimiento”. [20]

Por tanto, la dialéctica materialista se niega a considerar el equilibrio como la condición “normal” o “básica” de la materia. Es más bien una etapa temporal en un largo proceso de movimiento. Como señaló Engels en sus estudios preliminares para su “Dialéctica de la naturaleza”:

[T]odo movimiento suelto tiende al equilibrio, y la masa del movimiento se sobrepone nuevamente al equilibrio. (...) Todo equilibrio es puramente relativo y temporal”. [21]

Ahora es posible comprender mejor la categoría de equilibrio. Los marxistas no niegan la legitimidad de dicha categoría. Pero hay que entenderlo bien. El movimiento no se produce en el vacío, sino que es causado por la lucha de los contrarios. Esta lucha sólo puede darse si existe una relación entre estos contrarios. La totalidad de estas relaciones constituye una especie de equilibrio (temporal). Pero esta relación está en constante movimiento porque “la realidad es un 'proceso de creación y destrucción'”, como señaló Abram Deborin, el filósofo líder de la gran escuela dialéctica que dominó las discusiones filosóficas en la joven Unión Soviética en los años 20 antes de que fuera aplastada por Stalin. [22]

Por lo tanto, desde el punto de vista de la dialéctica materialista, existe una clara jerarquía dialéctica. N.A. Karev, otro filósofo destacado de la escuela de Deborin y partidario de la Oposición de Izquierda de Trotsky, explicó en una crítica a la teoría del equilibrio de Bogdanov:

Por lo tanto, Engels no dice en absoluto que este o aquel estado de equilibrio no existiría en la realidad. Pero son provisionales, constituyen sólo momentos en el movimiento de las materias, tienen sentido sólo en relación con esta o aquella forma de momentos, son el resultado de un movimiento limitado. Por tanto, los estados de equilibrio son momentos subordinados y temporales en el proceso de movimiento y desarrollo. Lo fundamental y determinante es el movimiento.” null[23]

La crítica de Karev a Bogdanov nos parece también muy apropiada para el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” tal como lo defienden Promise Li y POLOP.

La teoría del equilibrio de Bogdanov se basa básicamente en el punto de vista estático y no en el dinámico, ya que reconoce como determinante el momento del estado estático y no el momento del movimiento de un cuerpo dado. La categoría de equilibrio “en movimiento” no resuelve el problema, ya que considera la movilidad como una ruptura del equilibrio y no al revés – que el estado de equilibrio es un momento provisional y relativo de estabilidad dentro del proceso de movimiento. La unidad de equilibrio y movimiento se entiende aquí enfatizando la categoría de equilibrio mientras que la dialéctica enfatiza el movimiento de un cuerpo, que siempre y en todas partes es inherente a él”. [24]

Esto nos lleva al último punto de nuestro breve digresión filosófica. Subestimar la centralidad de la lucha de contrarios que resulta en el movimiento y enfatizar demasiado el concepto de equilibrio resulta en la incapacidad de evaluar la dinámica y la dirección del desarrollo. Para un mecanicista, que se fija en el estado de equilibrio, las cosas parecen estáticas, sin mucho movimiento. En realidad, se producen profundos desarrollos “debajo de la superficie”, que sólo pueden reconocerse si se aborda dialécticamente un estado dado de cosas (un “equilibrio”) como una expresión temporal de movimientos causados ​​por la lucha de los contrarios.

Para dar una analogía sencilla de la vida cotidiana. Si uno está cocinando agua en casa, no observará grandes cambios la mayor parte del tiempo. El agua parece invariable… hasta los momentos finales, cuando empieza a hervir. ¿Significa esto que durante el 99% del tiempo no ocurre nada y que el agua se encuentra simplemente en un estado de equilibrio? Bueno, no hace falta un doctorado en física para saber que no es así, sino que en este período se está produciendo un proceso “oculto” de calentamiento.

De manera similar, los marxistas que analizan los desarrollos en la política y la economía mundiales no deben detenerse en observar sólo aquellos fenómenos que aparecen en la superficie. Para entender la dirección del desarrollo, con rupturas y explosiones por delante, es necesario mirar más allá de la superficie e identificar los procesos de acumulación de contradicciones. Como dijo una vez Deborin: “En primer lugar, un marxista debe determinar la dirección general del desarrollo”. [25]

Sin embargo, esto sólo es posible si se aplica un método materialista y dialéctico y se evitan los esquemas doctrinarios de la teoría del equilibrio mecanicista, que sólo pintan un cuadro ilusorio de estancamiento soñoliento. Hegel señaló que el método es el “el alma y la sustancia” y que “cualquier cosa es concebida y conocida en su verdad sólo cuando está totalmente sometida al método”. [26] Y, de hecho, sin el método de la dialéctica materialista, no se puede entender la dinámica del imperialismo moderno.

Al final, el método mecanicista a la Bujarin obstruye el reconocimiento de la decadencia del capitalismo y los procesos que lo acompañan de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones.

 

El capitalismo en el siglo XXI: ¿restaurando su dinámica de crecimiento?

 

Como ya se mencionó anteriormente, Promise Li enfatiza en su ensayo que prevalecen los elementos de cooperación entre las potencias imperialistas (y también con las burguesías nacionales en el Sur Global). Asimismo, si bien reconoce que el capitalismo enfrenta crisis repetidas, cree que también ha demostrado la capacidad de superarlas y restablecer el crecimiento (aunque dice que este no es un proceso automático sino que necesita intervención política).

Sin embargo, tampoco debemos confundir esta interdependencia con una tendencia inerte del sistema hacia el equilibrio. En realidad, el mantenimiento de esta cooperación requiere un mantenimiento continuo, especialmente porque el sistema capitalista se ve obligado a abordar la aparición repetida de crisis derivadas de sus contradicciones internas. Las crisis de rentabilidad en los años 1970 y 2000, por ejemplo, exigieron transformaciones fundamentales en la forma en que se organiza el capitalismo para restablecer el crecimiento (y la supresión de la insurgencia de la clase trabajadora). Por lo tanto, las condiciones de la cooperación deben reinventarse conscientemente para que se puedan mantener”.

En contraste, creemos que el capitalismo ha entrado en un período de crisis de largo plazo –o una “curva de declive” (para usar una categoría del concepto de Trotsky de “la curva del desarrollo capitalista” que elaboró ​​en un artículo reflexivo en 1923)– a mediados de la década de 1970. [27] Este proceso de crisis se ha profundizado desde la Gran Recesión de 2008/09 y el nuevo período desde entonces. [28]

Naturalmente, tal decadencia no es un proceso lineal ya que a) la reproducción capitalista procede en ciclos económicos con altibajos y b) también existen tendencias contrarias. Sin embargo, a largo plazo, prevalece la tendencia al declive, y este es un proceso que puede detectarse por numerosos hechos.

Lo más importante es que existe una profunda crisis de civilización reflejada en el devastador cambio climático con consecuencias catastróficas para sectores crecientes de la humanidad. [29] Asimismo, existe una clara tendencia al estancamiento y declive de la economía mundial capitalista, que se traduce en crecientes oleadas de migración, miseria social y más guerras. Relacionado con el mismo proceso está la militarización y rivalidad cada vez más acelerada entre las potencias imperialistas. Dos grandes guerras, en Oriente Medio y Ucrania, en las que participaron grandes potencias, directa o indirectamente, y con el potencial de extenderse a otros países, son ejemplos contundentes de ello.

Como hemos abordado estos temas en varias ocasiones, nos limitaremos a presentar algunas cifras que demuestran la dinámica decreciente de la economía mundial capitalista. Como podemos ver en las cifras de la Tabla 1 y la Figura 1, ha habido una disminución continua de las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), tanto en total como per cápita, desde la década de 1950. Cabe señalar que estas tablas no incluyen las cifras de la Gran Depresión de la economía mundial que comenzó a fines de 2019 y que incluyó la peor recesión desde 1929.

 

Tabla 1: Crecimiento anual promedio del PIB mundial 1960-2019 [30]

1960s                   1970s                    1980s                   1990s                   2000s   2011-2017         2019

4,9%                      3,93%                   2,95%                   2,70%                   2,58%   2,75%                   2,5%

 

Figura 1: Crecimiento anual promedio del PIB mundial per cápita 1950-2019 [31]


 

Esta disminución de las tasas de crecimiento de las economías capitalistas va de la mano con, o más bien ha sido causada por, una disminución correspondiente de la tasa de ganancia, que es, en última instancia, el resultado de la disminución de la proporción de trabajo vivo y el aumento de la proporción de trabajo muerto (máquinas y materias primas) en el capital total. Como Marx señaló una vez, "esta ley, y es la ley más importante de la economía política, es que la tasa de ganancia tiene una tendencia a caer con el progreso de la producción capitalista". [32]

En la Figura 2 mostramos el desarrollo de la tasa de ganancia en las 20 economías más grandes (los estados del G20) en las últimas siete décadas. Como podemos ver, ha habido, como Marx predijo, una tendencia de largo plazo de la tasa de ganancia en las últimas siete décadas.

 

Figura 2: Tasa de ganancia en las economías del G20 1950-2019 [33]


 

Por lo tanto, podemos ver claramente que el capitalismo mundial no ha recuperado sus tasas de crecimiento de épocas anteriores, a pesar de numerosas intervenciones políticas de la clase dominante y a pesar de la “cooperación antagónica”. Sigue atrapado en un largo período de estancamiento y decadencia.

 

¿Sobreestimamos el ascenso del imperialismo chino y ruso?

 

Como muestra la cita anterior, Li cree que yo y otros escritores con ideas afines “restaríamos excesivamente importancia al declive de la hegemonía estadounidense mientras sobrestimamos el ascenso de nuevos imperialistas como contrapeso al imperialismo estadounidense”. Lamentablemente, no proporciona una sola cita para probar su afirmación. Por lo tanto, no tengo la menor idea de por qué Li piensa que subestimo el declive de la hegemonía estadounidense. En cualquier caso, creo que su crítica no está justificada.

Demostramos en varias obras que la clase capitalista de China no solo pudo enriquecerse masivamente a costa de la clase trabajadora nacional, sino que también pudo desafiar a los EE. UU. en el mercado mundial. Nuevamente, me limitaré a demostrar esta evolución con algunas cifras y remito a los lectores interesados ​​a estudios más elaborados. [34]

En las tablas siguientes mostramos que China ha alcanzado rápidamente al hegemón de larga data: el imperialismo estadounidense. En la Tabla 2 vemos que la participación de China en la producción manufacturera mundial era menos de la mitad de la de Estados Unidos en el año 2000 (9,8% frente a 23,7%); sin embargo, en 2022, su participación ya era casi el doble de la de su rival occidental (30,7% frente a 16,1%).

 

Tabla 2. Los seis principales países en el sector manufacturero mundial, 2000 y 2022 [35]

Posición               País                        Participación 2000          Participación 2022

1.                           China                    9,8%                                     30,7%

2.                           EE. UU.                 23,7%                                  16,1%

3.                           Japón                    10,2%                                  6,0%

4.                           Alemania             6,4%                                     4,8%

5.                           Corea del Sur     2,5%                                     3,1%

6.                           India                      1,4%                                     3,1%

 

Vemos un panorama similar cuando observamos la composición nacional de las principales corporaciones del mundo, así como la clasificación mundial de multimillonarios (Tabla 3-5). En todas estas categorías, China se ha convertido en el número 1 o 2, por delante o por detrás de EE. UU.

 

Tabla 3. Los 10 principales países según la clasificación de las empresas de Fortune Global 500 (2023) [36]

Posición               País                                                       Empresas            Participación (en %)

1                             Estados Unidos                                 136                        27,2 %

2                             China (excluido Taiwán)                135                        27,0 %

3                             Japón                                                   41                           8,2 %

4                             Alemania                                            30                           6,0 %

5                             Francia                                                 23                           4,6 %

6                             Corea del Sur                                    18                           3,6 %

7                             Reino Unido                                       15                           3,0 %

8                             Canadá                                                14                           2,8 %

9                             Suiza                                                     11                           2,2 %

10                          Países Bajos                                       10                           2,0 %

 

Tabla 4. Los 5 principales países de la lista Forbes Billionaires 2023 [37]

Posición               País                                                       Número de multimillonarios

1                             Estados Unidos                                 735

2                             China (incl. Hong Kong)                 561

3                             India                                                     169

4                             Alemania                                            126

5                             Rusia                                                    105

 

Tabla 5. Los 10 países más ricos de la lista Hurun Global Rich List 2024 [38]

Posición               País                                                       Número de multimillonarios

1                             China (incl. Hong Kong)                 814

2                             EE. UU.                                                800

3                             India                                                     271

4                             Reino Unido                                       146

5                             Alemania                                            140

6.                           Suiza                                                     106

7.                           Rusia                                                    76

8.                           Italia                                                     69

9.                           Francia                                                 68

10.                         Brasil                                                    64

 

Rusia ha desarrollado también un capital monopolista que domina el mercado interno y que exporta capital a varios países, principalmente de Asia Central y Europa del Este. Su fortaleza económica también ha quedado demostrada por el hecho de que ha logrado resistir una ola de sanciones sin precedentes por parte de todas las potencias occidentales (debido a la guerra en Ucrania) durante casi tres años. Sin embargo, su posición en el mercado mundial es sustancialmente más débil, aunque recientemente ha superado el PIB de Alemania y Japón en términos de PPP (paridad de poder adquisitivo). [39]

Si bien Rusia está claramente por detrás de Estados Unidos y China en términos económicos, es una potencia líder en el campo militar. Tiene el mayor arsenal nuclear y el tercer gasto militar más alto. (Véase los cuadros 6 y 7) Además, ha demostrado su agresividad militar en numerosas intervenciones militares en otros países con el fin de ampliar su influencia, sofocar rebeliones populares o mantener en el poder una dictadura aliada (por ejemplo, Chechenia, Georgia, Kazajstán, Siria, Libia, Malí, etc.) [40]

 

Tabla 6. Fuerzas nucleares mundiales, 2024 [41]

País                                       Arsenal militar total        Inventario total (incl. ojivas retiradas)

Rusia                                     4.380                                   5.580

Estados Unidos                 3.708                                   5.044

China                                    500                                       500

Francia                                280                                       290

Reino Unido                       225                                       225

India                                     172                                       172

Pakistán                               170                                       170

Israel                                     90                                          90

Corea del Norte                50                                          50

 

Tabla 7. Gasto militar, en miles de millones de dólares estadounidenses como porcentaje del gasto mundial, 2023 [42]

Gasto (miles de millones de dólares)       Participación en el gasto mundial

1.            Estados Unidos 916                                                                       37%

2.            China                    296                                                                       12%

3.            Rusia                     109                                                                       4,5%

 

Además, China y Rusia han ampliado considerablemente recientemente sus esferas de influencia, como lo demuestra la ampliación de los BRICS. Cuatro estados (Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos) se unieron formalmente a los cinco miembros originales de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a principios de 2024. Se ha invitado a un país, Arabia Saudita, a unirse, pero aún no ha decidido al respecto. Y en octubre de 2024, otros 13 estados se convirtieron en los llamados "países socios" (Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajstán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam).

Como expliqué con más detalle en mi respuesta a Claudi Katz antes mencionada, los BRICS+ tenían, después de su expansión a nueve estados miembros en 2023, una población combinada de alrededor de 3.500 millones, o el 45% de la población mundial (y ahora es más de la mitad si se incluyen los nuevos "países socios"). Su PIB combinado, dependiendo del método de cálculo, es un poco más de 1/3 detrás de las Grandes Potencias occidentales (G7) o ya ha superado a las antiguas potencias imperialistas. Asimismo, los BRICS+ representan el 38,3% de la producción industrial mundial total, el principal sector de la producción de valor capitalista.

En cuanto a las fuentes de energía, los miembros del BRICS+ poseen el 47% de las reservas mundiales de petróleo y el 50% de sus reservas de gas natural. [43] A partir de 2024, los BRICS, junto con sus nuevos miembros, controlan aproximadamente el 72% de las reservas mundiales de metales de tierras raras. [44]

Por supuesto, es cierto que los BRICS+ no son una alianza homogénea y centralizada. Aun así, se trata de un “grupo no occidental”, como destacaron Modi y Putin, que está dominado por el imperialismo chino y ruso. Además, los países BRICS+ están menos desarrollados desde el punto de vista capitalista y tienen un nivel de vida más bajo.

Sin embargo, aunque Li piensa que sobreestimo el ascenso de China y Rusia como nuevas potencias imperialistas, creo que subestima este proceso y, en consecuencia, también subestima la aceleración de la rivalidad interimperialista. Las amenazas militares y el ruido de sables nucleares entre la OTAN y Rusia, así como las crecientes tensiones militares entre Washington y Pekín en el Mar de China Meridional y en torno a Taiwán, son indicaciones claras de que el sistema imperialista no se caracteriza tanto por una “cooperación antagónica” como por contradicciones antagónicas.

Por lo tanto, no es sorprendente que, como informa el SIPRI, el gasto militar global aumente año tras año desde mediados de la década de 1990 y ahora, con un total de 2.443 billones de dólares, sea aproximadamente el doble de lo que era hace 30 años. [45]

La creciente rivalidad interimperialista no se limita al armamento y las tensiones militares. También hay una creciente guerra comercial entre Estados Unidos, China, la UE y Rusia combinada con un creciente proteccionismo. De hecho, la globalización ha terminado desde la Gran Recesión de 2008, después de décadas de crecimiento masivo (“Globalización”). Desde entonces, es decir, durante más de 15 años, el comercio mundial de mercancías ha disminuido como porcentaje de la producción mundial del 51,2% (2008) al 45,8% (2023). [46]

Por lo tanto, cuando Li dice que “lejos de deshacer el orden mundial neoliberal, la clase capitalista innova nuevos términos para mantener y reformar la globalización”, no entiende completamente la dirección del desarrollo de las relaciones entre las potencias imperialistas.

Por todas estas razones, es difícil entender por qué Li se opone a la categoría de una “nueva guerra fría” entre las potencias occidentales y orientales, calificándola de “ficción ideológica”. ¿No ve el creciente militarismo y la aceleración de la rivalidad que apuntan a otra guerra mundial entre las potencias imperialistas?

Como insistí antes, los marxistas deben “determinar la dirección general del desarrollo” para comprender las rupturas y explosiones venideras. El concepto de Li del imperialismo como “cooperación antagónica” no ayuda a comprender la dinámica de la situación mundial actual.

 

¿Es la interdependencia capitalista un obstáculo para la guerra interimperialista?

 

Tratemos finalmente otro argumento importante que plantea Li en su ensayo. Como se muestra en las citas anteriores, sostiene que la “interdependencia económica” ha sido una característica clave del imperialismo moderno y, como resultado, esto constituiría la base material para la “cooperación antagónica” entre las potencias. Incluso piensa que tal interdependencia económica haría imposible o al menos improbable una guerra interimperialista.

De hecho, la integración económica global todavía existía en formas salientes durante la Primera Guerra Mundial, pero en su mayoría contenida dentro de campos geopolíticos, lo que el historiador Jamie Martin llama “interdependencia tensa”. Sin embargo, el ascenso del neoliberalismo ha desarrollado un nivel de interdependencia que perdura incluso entre bloques de estados rivales, socavando así la posibilidad de una guerra interimperialista abierta presenciada en las primeras dos guerras mundiales”.

Creemos que esto es incorrecto, tanto metodológicamente como históricamente. Como señaló Bujarin correctamente en las citas mencionadas anteriormente, la interdependencia no sólo profundiza los vínculos económicos, sino que también acelera la rivalidad. En los últimos años, China y los Estados Unidos han sido socios comerciales entre sí muy importantes. Sin embargo, esto no ha impedido que estas potencias inicien y aceleren una guerra comercial. Lo mismo ocurre ahora entre China y la Unión Europea, donde esta última ha impuesto aranceles sustanciales a las importaciones chinas. Es cierto que las grandes empresas de ambos lados no están contentas con esta evolución, pero al final tienen que subordinarse a las leyes objetivas del capitalismo y a su inherente rivalidad interimperialista.

Como expliqué en mi libro antes mencionado sobre la rivalidad entre las grandes potencias, también existe un precedente histórico de tal evolución. Gran Bretaña y Alemania, dos grandes rivales en la Primera Guerra Mundial, tenían estrechas relaciones económicas antes de 1914. [47] En la Tabla 8 vemos que Gran Bretaña era el socio comercial más importante de Alemania antes de 1914 (y Estados Unidos era el número 2), mientras que Alemania era casi tan importante como Francia para el comercio británico. Sin embargo, esa interdependencia económica no impidió que estas potencias lanzaran la guerra más devastadora entre sí.

 

Tabla 8. Principales socios comerciales de Gran Bretaña y Alemania, 1890-1913 (porcentaje medio de participación) [48]

Gran Bretaña                                    Alemania

1. EE. UU.: 19,47 %                         1. Gran Bretaña: 13,85 %

2. Francia: 8,99 %                            2. EE. UU.: 11,03 %

3. Alemania: 8,90 %                        3. Austria-Hungría: 10,15 %

 

Por lo tanto, a largo plazo, la creciente interdependencia económica entre las potencias imperialistas no conduce a un sistema capitalista mundial más estable. No crea un tipo de imperialismo caracterizado por la “cooperación antagónica”; el imperialismo sigue siendo, más bien, un sistema lleno de contradicciones antagónicas.

 

Conclusiones

 

1. El concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” no permite comprender la dinámica de la situación mundial en el período actual. Si bien Promise Li reconoce correctamente la naturaleza imperialista no sólo de las antiguas potencias occidentales sino también de las nuevas potencias orientales (China y Rusia), critica erróneamente a los partidarios de la teoría ortodoxa del imperialismo por sobreestimar la rivalidad entre ellas.

2. La referencia de Promise Li y del colectivo brasileño Política Operária a August Thalheimer y Nikolai Bujarin como pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” es engañosa. Bujarin, a pesar de sus debilidades de esquematismo, enfatizó la rivalidad y el antagonismo entre las potencias imperialistas que inevitablemente tenían que desembocar en guerras. Es cierto que Thalheimer elaboró ​​la tesis de la “cooperación antagónica” entre las potencias imperialistas en 1946, pero se trataba de una descripción (correcta) de una situación global específica caracterizada por a) la expansión masiva de los estados estalinistas y b) el resultado de la Segunda Guerra Mundial con los EE.UU. como hegemón absoluto entre los estados imperialistas. Por lo tanto, su tesis de una mayor cooperación entre las potencias imperialistas estaba directamente relacionada con su enfoque agresivo colectivo contra los estados estalinistas, que apuntaba a una nueva guerra mundial. Por lo tanto, Thalheimer consideraba que las tensiones interimperialistas se reducirían porque serían superadas por la aceleración masiva de las tensiones entre los estados imperialistas y los estados obreros degenerados. Sin embargo, desde que el estalinismo colapsó en 1989-91, el concepto de Thalheimer ya no es aplicable al imperialismo actual.

3. Es cierto que Bujarin, el mentor político de Thalheimer, estaba influenciado por la filosofía de Alexander Bogdanov, un acérrimo oponente del materialismo dialéctico. Por eso, defendía una visión del mundo que incorporaba la teoría mecanicista del equilibrio, un concepto que minimiza el papel de las contradicciones internas como fuerza impulsora del movimiento. En consecuencia, los partidarios de este método consideran el equilibrio como la característica principal de la materia, cuando, de hecho, es más bien movimiento. Por eso, el método bujarinista subestima las tendencias de ruptura, crisis y explosiones en la situación mundial y sobreestima su estabilidad y equilibrio. El concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” adolece de tales deficiencias metodológicas.

4. Desde el punto de vista de la dialéctica materialista, las contradicciones internas, causadas por la unidad y la lucha de los contrarios, son la fuerza impulsora del movimiento. El método mecanicista es incapaz de responder correctamente a la pregunta: ¿cuál es la característica determinante de la materia: un estado de equilibrio o contradicción, movimiento como resultado de la lucha de los contrarios? Desde el punto de vista de la dialéctica materialista, la respuesta correcta es que la lucha de los contrarios, la contradicción es la característica determinante, ya que causa movimiento, transformación, progreso. En cambio, el estado de equilibrio es sólo un momento temporal.

5. Existe una clara conexión entre la teoría mecanicista del equilibrio de Bujarin y el concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”. La filosofía de restar importancia a la lucha de contrarios y a las contradicciones internas que provocan el movimiento conduce a una comprensión de la realidad como un estado de equilibrio (en movimiento). Sobre una base metodológica de este tipo, uno acaba fácilmente por considerar la situación mundial como una situación caracterizada principalmente por una relativa estabilidad y cooperación entre los imperialistas. Como resultado, uno se confunde y no puede reconocer la dirección del movimiento de la política y la economía mundiales.

6. En consecuencia, Promise Li no toma suficientemente en cuenta el carácter de crisis y la decadencia del sistema imperialista mundial, tanto económica como políticamente. La economía capitalista mundial está atrapada en un estancamiento y declive a largo plazo, el cambio climático amenaza la supervivencia de la humanidad y la miseria social y las guerras se están extendiendo.

7. La crítica de Promise Li de que sobrestimamos el ascenso del imperialismo chino y ruso ignora los cambios cualitativos en la relación de fuerzas entre las grandes potencias en las últimas dos décadas. Los imperialistas orientales están desafiando seriamente la hegemonía occidental de larga data, económica, política y militarmente. De hecho, la crítica de Li está relacionada con su subestimación de la rivalidad interimperialista y su opinión de que la “cooperación antagónica” sería la característica principal de la situación mundial.

8. Promise Li afirma que la “interdependencia económica” es una característica clave del capitalismo moderno y que esto “socavaría la posibilidad de una guerra interimperialista abierta”. Sin embargo, la historia ha demostrado que esto no es cierto. A largo plazo, la creciente interdependencia económica entre las potencias imperialistas no da como resultado un sistema capitalista mundial más estable. No crea un tipo de imperialismo caracterizado por la “cooperación antagónica”; el imperialismo sigue siendo, más bien, un sistema lleno de contradicciones antagónicas.



[1] Michael Pröbsting: ¿Vivimos en la era del “Imperio” o del Imperialismo? Otra respuesta a Claudio Katz sobre la actualidad de la teoría marxista del imperialismo, 16 de noviembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/are-we-living-in-the-age-of-empire-or-of-imperialism-3rd-reply-to-claudio-katz/#anker_1

[2] Promise Li: Imperialism as Antagonistic Cooperation, 15 de octubre de 2024, https://spectrejournal.com/imperialism-as-antagonistic-cooperation/; https://links.org.au/imperialism-antagonistic-cooperation. Todas las citas son de este ensayo a menos que se indique lo contrario.

[3] Mis trabajos más detallados sobre la teoría marxista del imperialismo son dos libros: Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes potencias. Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la Perspectiva Marxista, RCIT Books, Vienna 2019, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/libro-anti-imperialismo-en-la-era-de-la-rivalidad-de-las-grandes-potencias/; The Great Robbery of the South. Continuity and Changes in the Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly Capital Consequences for the Marxist Theory of Imperialism, RCIT Books, 2013, https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/

[4] Promise Li: US-China rivalry, ‘antagonistic cooperation’ and anti-imperialism in the 21st century, 14 September, 2023, https://links.org.au/us-china-rivalry-antagonistic-cooperation-and-anti-imperialism-21st-century

[5] Para una crítica de la teoría del “subimperialismo”, véase, por ejemplo, mi ensayo: Semi-Colonial Intermediate Powers and the Theory of Sub-Imperialism. A contribution to an ongoing debate amongst Marxists and a proposal to tackle a theoretical problem, 1 August 2019, https://www.thecommunists.net/theory/semi-colonial-intermediate-powers-and-the-theory-of-sub-imperialism/; ver también el Capítulo IV ("Los criterios marxistas para una gran potencia imperialista" de nuestro libro ya mencionado "Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes potencias")

[6] Biografías útiles de Bujarin son, por ejemplo, las de Stephen Cohen: Bujarin y la Revolución Bolchevique. Una Biografía Política, 1888-1938. Editores Siglo XXI; Wladislaw Hedeler: Nikolai Bucharin. Stalins tragischer Opponent. Eine politische Biographie. Matthes & Seitz, Berlin 2015; Adolf G. Löwy: El Comunismo de Bujarin. La Historia Universal es el Juicio Final, Ed. Grijalbo, 1972; Ana Lárina: Lo que no puedo olvidar, Ed. Galaxia Gutenberg, 2007.

[7] Sobre la historia de la Oposición de Derecha en lengua inglesa, véase, por ejemplo: Robert J. Alexander: The Right Opposition. The Lovestoneites and the International Communist Opposition of the 1930s, Greenwood Press, London 1981

[8] August Thalheimer: Grundlinien und Grundbegriffe der Weltpolitik nach dem 2. Weltkrieg, Gruppe Arbeiterpolitik, 1946, p. 11 and 9 (traducción hecha por nosotros)

[9] Nicolai Bujarin: El imperialismo y la economía mundial (195), ed. Cuadernos de Pasado y Presente, Buenos Aires 1971, p. 131

[10] Nikolai Bukharin: The Politics and Economics of the Transition Period (1920), Routledge, Abingdon 2003, pp. 63-64

[11] Nicolai Bujarin: El imperialismo y la economía mundial (195), ed. Cuadernos de Pasado y Presente, Buenos Aires 1971, p. 185

[12] Ibid, 182

[13] Sobre Alexander Bogdanov ver por ejemplo James D. White: Red Hamlet: The Life and Ideas of Alexander Bogdanov, Brill, Leiden 2018; Dietrich Grille: Lenins Rivale: Bogdanov und seine Philosophie, Verlag Wissenschaft und Politik, Cologne 1966; see also the foreword of Bogdanov's Tektology Vol. 1 by Vadim N. Sadovsky and Vladimir V. Kelle, Centre for Systems Studies, University of Hull, 1996, pp. iii-xxii; V.A. Bazarov: Bogdanov as a Thinker, en: Alexander Bogdanov: Empiriomonism. Essays in Philosophy, Books 1–3, Brill, Leiden 2020, pp. xvii-xli.

[14] Nikolai Bujarin: Teoría del Materialismo Histórico: Ensayo popular de sociología (1921), ed. Siglo XXI, Madrid 1974, p. 167

[15] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm

[16] Nicolai Bujarin: Materialismo Histórico, p. 171

[17] Ibid, p. 166

[18] George Friedrich Wilhelm Hegel: La Ciencia de la Lógica vol. 1, ed. Abada, Universidad Autónoma de Madrid 2021, p. 491 (también citado en V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel "La ciencia de la lógica", en Lenin Obras Completas ed. Progreso, p. 121

[19] Federico Engels: Anti-Dühring. La revolución de la ciencia por el señor Eugen Dühring, ed. Fundación Federico Engels, Madrid 2014, p 112 y 113

[20] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm

[21] Federico Engels: Dialéctica de la naturaleza, ed. Grijalbo, México 1961, p. 210

[22] Abram Deborin: Lenin als revolutionärer Dialektiker (1925); in: Nikolai Bucharin, Abram Deborin: Kontroversen über dialektischen und mechanistischen Materialismus, Frankfurt a.M. 1974, p. 54 (traducción hecha por nosotros)

[23] N.A. Karew: Die Theorie des Gleichgewichts und der Marxismus; in: Wilhelm Goerdt (Hrsg.): Die Sowjetphilosophie. Wendigkeit und Bestimmtheit. Dokumente, Darmstadt 1967, p. 139 (traducción hecha por nosotros)

[24] Ibid., pp. 140-141

[25] Abram Deborin: Lenin als revolutionärer Dialektiker (1925); in: Unter dem Banner des Marxismus, 1. Jahrgang (1925-26), p. 224 (traducción hecha por nosotros)

[26] George Friedrich Wilhelm Hegel: La Ciencia de la Lógica vol. 2, ed. Digital Titivillus, p. 508

[27] León Trotsky: La Curva del Desarrollo Capitalista (1923), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1923/junio/21.htm

[28] Para nuestro análisis del período histórico actual, véase, por ejemplo, el capítulo 14 del libro mencionado anteriormente “The Great Robbery of the South” así como los capítulos I y II del libro mencionado anteriormente “Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes potencias”.

[29] Ver, por ej., CCRI: Tesis sobre Agricultura y Ecología, septiembre de 2023, https://www.thecommunists.net/theory/theses-on-agriculture-and-ecology/#anker_1, Almedina Gunić: The Deadly Breath of Imperialism, 23.10.2017, https://www.thecommunists.net/theory/pollution-caused-the-death-of-9-million-people-in-2015/

[30] Murray E.G. Smith, Josh Watterton: Valorization, Financialization & Crisis: A Temporal Value-Theoretic Approach, 2021, p. 5

[31] M. Ayhan Kose, Franziska Ohnsorge (Eds.): A Decade since the Global Recession, Lessons and Challenges for Emerging and Developing Economies, World Bank, 2019, p. 9

[32] Karl Marx: Economic Manuscripts of 1861-63. Capital and Profit. 7) General Law of the Fall in the Rate of Profit with the Progress of Capitalist Production; in: MECW, Volume 33, pp. 104-145; http://www.marxists.org/archive/marx/works/1861/economic/ch57.htm

[33] Michael Roberts: Has globalisation ended? (2022), https://thenextrecession.wordpress.com/2022/04/27/has-globalisation-ended/

[34] He publicado varios trabajos sobre el capitalismo en China y su ascenso a potencia imperialista. Los más importantes son los siguientes: Chinese Imperialism and the World Economy, Un ensayo publicado en la segunda edición de “The Palgrave Encyclopedia of Imperialism and Anti-Imperialism” editado por Immanuel Ness y Zak Cope), Palgrave Macmillan, Cham, 2020, https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007%2F978-3-319-91206-6_179-1; China: sobre la relación entre el Partido “comunista” y los capitalistas. Notas sobre el carácter de clase específico de la burocracia gobernante de China y su transformación en las últimas décadas, 8 de septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-on-the-relationship-between-communist-party-and-capitalists/#anker_1; China: sobre el estalinismo, la Restauración capitalista y la teoría marxista del Estado. Notas sobre la transformación de las relaciones sociales de propiedad bajo el régimen de un solo partido, 15 de septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-on-stalinism-capitalist-restoration-and-marxist-state-theory/#anker_1; China: una potencia imperialista… ¿o todavía no? ¡Una cuestión teórica con consecuencias muy prácticas! Continuando el Debate con Esteban Mercatante y el PTS/FT sobre el carácter de clase de China y sus consecuencias para la estrategia revolucionaria, 22 de eenero de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/china-imperialist-power-or-not-yet/#anker_1; China‘s transformation into an imperialist power. A study of the economic, political and military aspects of China as a Great Power (2012), in: Revolutionary Communism No. 4, https://www.thecommunists.net/publications/revcom-1-10/#anker_4; ¿Cómo es posible que algunos marxistas sigan dudando de que China se ha vuelto capitalista? (Una crítica del PTS/FT), 18 de septiembre de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino-2/; Incapaces de ver el bosque por ver los árboles. El empirismo ecléctico y la falla del PTS/FT en reconocer el carácter imperialista de China, 13 de agosto de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino/; China’s Emergence as an Imperialist Power (Article in the US journal 'New Politics'), in: “New Politics”, Summer 2014 (Vol:XV-1, Whole #: 57). Vea muchos más documentos del RCIT en una subpágina especial en el sitio web de la CCRI: https://www.thecommunists.net/theory/china-russia-as-imperialist-powers/

[35] Cifras del año 2000: APEC: Regional Trends Analysis, May 2021, p. 2; las cifras de Alemania y la India en la primera columna son del año 2005 (UNIDO: Industrial Development Report 2011, p. 194); cifras del año 2022: UNIDO: International Yearbook of Industrial Statistics Edition 2023, pp. 36-37

[36] Fortune Global 500, August 2023, https://fortune.com/ranking/global500/2023/ (las cifras en porcentaje son cálculos nuestros)

[38] Hurun Global Rich List 2024, 26.03.2024, https://www.hurun.net/en-US/Info/Detail?num=K851WM942LBU

[39] Ver por ej. Michael Pröbsting: Russia Overtakes Japan to Become Fourth Largest Economy in the World, 5 de julio de 2024, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/russia-overtakes-japan-to-become-fourth-largest-economy-in-the-world/

[40] He publicado varias obras sobre el capitalismo en Rusia y su ascenso a potencia imperialista. Las más importantes son los siguientes folletos: Las características peculiares del imperialismo ruso. Un estudio de los monopolios, la exportación de capital y la superexplotación de Rusia a la luz de la teoría marxista, 10 de agosto de 2021, https://www.thecommunists.net/theory/the-peculiar-features-of-russian-imperialism/#anker_7; Lenin’s Theory of Imperialism and the Rise of Russia as a Great Power. On the Understanding and Misunderstanding of Today’s Inter-Imperialist Rivalry in the Light of Lenin’s Theory of Imperialism. Another Reply to Our Critics Who Deny Russia’s Imperialist Character, August 2014, http://www.thecommunists.net/theory/imperialism-theory-and-russia/; Russia as a Great Imperialist Power. The formation of Russian Monopoly Capital and its Empire, 18 March 2014, http://www.thecommunists.net/theory/imperialist-russia/.

[41] SIPRI Yearbook 2024: Armaments, Disarmament and International Security, p. 272

[42] Nan Tian, Diego Lopes Da Silva, Xiao Liang and Lorenzo Scarazzato: Trends in World Military Expenditure, SIPRI, 2023, p. 2

[43] Ver sobre esto: Henry Meyer, S'thembile Cele, and Simone Iglesias: Putin Hosts BRICS Leaders, Showing He Is Far From Isolated, Bloomberg, 22 de octubre de 2024, https://www.bloomberg.com/news/articles/2024-10-22/putin-hosts-brics-leaders-in-russia-defying-attempts-from-west-to-isolate-him; Dr Kalim Siddiqui: The BRICS Expansion and the End of Western Economic and Geopolitical Dominance, 30 de octubre de 2024, https://worldfinancialreview.com/the-brics-expansion-and-the-end-of-western-economic-and-geopolitical-dominance/; Walid Abuhelal: Can the Brics end US hegemony in the Middle East? Middle East Eye, 22 de octubre de 2024 https://www.middleeasteye.net/opinion/can-brics-end-us-hegemony-middle-east; Anthoni van Nieuwkerk: BRICS+ wants new world order sans shared values or identity, 30 de octubre de 2024 https://asiatimes.com/2024/10/brics-wants-new-world-order-sans-shared-values-or-identity/

[44] Ben Aris: Can the BRICS beat the G7? Intellinews, 19 de octubre de 2024, https://www.intellinews.com/can-the-brics-beat-the-g7-348632/?source=south-africa

[45] Nan Tian et al: Trends in World Military Expenditure, p. 2

[46] World Bank: Merchandise trade (% of GDP), accessed on 21 de novieembre de 2024, https://data.worldbank.org/indicator/TG.VAL.TOTL.GD.ZS?view=chart

[47] Ver por ejemplo. Helga Nussbaum: Der europäische Wirtschaftsraum. Verflechtung, Angleichung, Diskrepanz, in: Fritz Klein, Karl Otmar von Aretin (Eds): Europea um 1900, Akademie-Verlag, Berlin 1989, p. 49

[48] Stefano Battilossi: The Determinants of Multinational Banking during the First Globalization, 1870-1914, Working Papers 114, Oesterreichische Nationalbank (Banco Central Austriaco), 2006, p. 40

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