El imperialismo: ¿un sistema de “cooperación antagónica” o de contradicciones antagónicas?
Respuesta a una
contribución de Promise Li a la teoría marxista del imperialismo
Un ensayo (con 8 tablas y 2
figuras) de Michael Pröbsting, 23 de noviembre de 2024
Contenido
Introducción
Un breve resumen del concepto
de imperialismo de Li como “cooperación antagónica”
¿Fueron Thalheimer y Bujarin
realmente los pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica”?
Una base metodológica
defectuosa: la teoría no dialéctica del equilibrio de Bujarin
Una crítica desde el punto de
vista de la dialéctica materialista
El capitalismo en el siglo
XXI: ¿restaurando su dinámica de crecimiento?
¿Sobreestimamos el ascenso del
imperialismo chino y ruso?
¿Es la interdependencia
capitalista un obstáculo para la guerra interimperialista?
Conclusiones
*****
Introducción
Como señalé recientemente en una
respuesta al economista argentino Claudio Katz, el debate entre los marxistas
sobre la teoría del imperialismo se ha intensificado en los últimos años. [1]
Hace unas semanas, otro escritor socialista, Promise Li, publicó otra
contribución a este debate. [2]
Promise Li es un socialista de
Hong Kong que ahora reside en Los Ángeles, donde es miembro activo de Tempest
Collective y Solidarity (U.S.). Su contribución es una elaboración de su
concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” que distingue,
por un lado, de aquellos que consideran al “Imperio estadounidense” como la
única fuerza imperialista y, por otro lado, de aquellos que apoyan la teoría
ortodoxa del imperialismo de Lenin. Como se refiere a mí (correctamente) como
partidario de este último bando, me gustaría responder a su crítica. Ilustraré
–tanto metodológicamente como empíricamente– que el concepto de imperialismo
como “cooperación antagónica” no permite comprender la dinámica de la
situación mundial en el período actual.
Como se trata de un tema amplio,
trataré de limitarme a tratar los argumentos y críticas específicos presentados
por Li. Para una elaboración más completa de mi comprensión de la teoría
marxista del imperialismo, remito a los lectores a trabajos anteriores. [3]
Un breve resumen del concepto
de imperialismo de Li como “cooperación antagónica”
En primer lugar, me gustaría
señalar que Promise Li, a diferencia de otros participantes en el debate,
rechaza sistemáticamente cualquier acuerdo con el imperialismo chino. Como
señaló en una entrevista, “la izquierda debe centrarse en construir vínculos
entre quienes resisten a los imperialismos estadounidense y chino”. [4]
Por lo tanto, se distingue positivamente de los escritores (proto)estalinistas
que adhieren a un antiimperialismo miope que denuncia enérgicamente los
crímenes de Washington, pero es muy comedido cuando se trata de los crímenes de
Pekín y Moscú. Sin duda, la experiencia de primera mano de Li con la brutal
realidad del régimen de Xi en Hong Kong ha sido bastante útil para su
comprensión.
Sin embargo, su concepto de
imperialismo es problemático, ya que minimiza la creciente rivalidad
interimperialista y sobreestima la estabilidad y la cooperación entre las
grandes potencias. En cambio, considero que el sistema mundial capitalista está
en decadencia a largo plazo. En un período como éste, las contradicciones entre
las potencias imperialistas de Occidente y Oriente (Estados Unidos, Europa
occidental, Japón, China y Rusia), así como entre estas potencias y los países
semicoloniales, no pueden sino intensificarse. El imperialismo no es un sistema
caracterizado por una “cooperación antagónica”, sino más bien por contradicciones
antagónicas.
Antes de analizar las fallas del
concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”, comenzaremos con un
resumen de la presentación de Li. Relaciona los orígenes de su teoría con los
escritos del comunista alemán August Thalheimer y Nikolai Bukharin, un
destacado teórico bolchevique. El concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica” fue retomado posteriormente por el colectivo marxista brasileño
Política Operária (POLOP), al que pertenecía, entre otros, Ruy Mauro Marini,
más conocido por su teoría del subimperialismo.
Cabe señalar de paso que la
teoría del subimperialismo, al igual que el concepto de imperialismo
como “cooperación antagónica”, carece de un enfoque dialéctico. Sin embargo, en
este punto no abordaremos esta cuestión y remitiremos a los lectores a otros
trabajos en los que tratamos la teoría del subimperialismo. [5]
Partiendo de esa base
metodológica, Promise Li aplica este concepto para analizar el orden mundial
imperialista actual. “Podemos modificar la definición de Thalheimer y
considerar la cooperación antagónica como una etapa particular del imperialismo
en la que los términos de la competencia entre capitales nacionales toman forma
a través de, o están mediados por, la “interpenetración de intereses y dominios
imperiales mutuos”, en lugar de considerar la cooperación y la competencia como
tendencias distintas”.
En relación con esto, el autor
enfatiza la relativa estabilidad del sistema mundial capitalista. Por supuesto,
reconoce su crisis repetida, sin embargo, piensa que prevalece la tendencia
hacia la cooperación entre las potencias.
“Sin restar importancia a la
amenaza siempre presente de crisis antagónicas y rivalidades entre estados,
este análisis pone de relieve la capacidad del sistema imperialista mundial de
mantener dinámicas cooperativas para maximizar las vías de acumulación global”.
En consecuencia, Li delinea su
concepto de otras teorías como, por un lado, la de que un “Imperio liderado por
Estados Unidos” dominaría el mundo y, por otro lado, de la teoría marxista
ortodoxa del imperialismo.
“No debemos pasar por alto el
reajuste del capitalismo de su propia constitución para desarrollar nuevos
términos para la recuperación y la estabilización. La cooperación antagónica,
un marco conceptual desarrollado por los marxistas en Alemania y Brasil de
posguerra, proporciona las mejores herramientas para analizar esta etapa
particular del imperialismo. A diferencia de la teorización unipolar de la
Tricontinental o la rivalidad multipolar de quienes siguen a los teóricos
bolcheviques, que enfatizan demasiado la rivalidad entre potencias
imperialistas, la cooperación antagónica entiende el sistema imperialista como
una totalidad interdependiente que puede dar cabida a la interdependencia entre
bloques geopolíticos y más allá de ellos. Además, a diferencia de los dos
modelos descritos anteriormente, la cooperación antagónica también permite la
heterogeneidad de las relaciones de poder dentro de este paradigma, aun cuando
la estructura general de dependencia entre las economías centrales y
periféricas sigue existiendo. Por un lado, la rivalidad entre Estados Unidos y
China no implica su igualdad en el sistema imperialista global, que todavía
está dirigido y dominado por los primeros. Lo que Claudio Katz llama “imperios
en formación”, y otros países intermedios o subimperiales, también están
cultivando la capacidad de controlar ocasionalmente el poder estadounidense a
través de medios militares, económicos o de otro tipo. Pero esto no indica ni
una afrenta antiimperialista a la hegemonía estadounidense ni una igualdad
directa del campo de juego como un nuevo terreno de rivalidad interimperialista”.
“La interdependencia económica
ha demostrado una sorprendente capacidad de recuperación incluso entre bloques
geopolíticos rivales. Las teorías existentes sobre el imperialismo no logran
dar cuenta plenamente de estas dimensiones aparentemente contradictorias del
sistema mundial actual. Tricontinental teoriza la etapa actual del imperialismo
como “hiperimperialismo”, caracterizada por un “bloque militar liderado por
Estados Unidos” unipolar como la única fuerza imperialista que hace que todas
las demás contradicciones globales sean secundarias o “no antagónicas”.
Para los autores de Tricontinental, este bloque imperialista está siendo
desafiado por una “agrupación socialista liderada por China” multipolar,
que representa “las crecientes aspiraciones de soberanía nacional,
modernización económica y multilateralismo, que surgen del Sur Global”.
Esta perspectiva no tiene en cuenta las implicaciones tanto de la
interdependencia entre los dos bloques como del papel emergente de ciertas
economías intermedias –por ejemplo, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia–
en el desarrollo de hegemonías regionales que facilitan el imperialismo en
medio de tensiones geopolíticas.
En contraste con la teoría
tricontinental, algunos ven la forma del imperialismo actual como un conflicto
interimperialista en la misma línea de la Primera Guerra Mundial, que los
revolucionarios bolcheviques V. I. Lenin y Nikolai Bujarin teorizaron por primera
vez. Esta visión minimiza excesivamente el declive de la hegemonía
estadounidense y sobreestima el ascenso de nuevos imperialistas como contrapeso
al imperialismo estadounidense. Estas concepciones erróneas son dos caras de la
misma moneda: exageran la dinámica de la rivalidad, oscureciendo así los sitios
salientes de interconexión en el sistema imperialista que pueden generar
poderosas oportunidades de solidaridad entre luchas antisistémicas.
¿Fueron Thalheimer y Bujarin
realmente los pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica”?
¿Quiénes fueron Bujarin y
Thalheimer? Bujarin se unió a los bolcheviques cuando era un militante joven y
dedicado y trabajó en el partido clandestino de Moscú antes de unirse a otros
revolucionarios rusos en el exilio. Se convirtió en líder bolchevique en 1917 y
fue una figura clave en la formulación de la política del partido en la primera
década después de la revolución. Bujarin era un teórico talentoso que chocó
repetidamente con Lenin en cuestiones como la teoría del imperialismo, la
teoría del Estado y la cuestión nacional. Sin embargo, era un intelectual
marxista reflexivo e inspirador y Lenin apreciaba su trabajo, llamándolo
incluso “el niño mimado del partido”.
Bujarin fue inicialmente portavoz
del ala ultraizquierdista del partido, pero en 1923 se unió a la facción de
Stalin y desempeñó un papel crucial en la teorización de la estrategia
oportunista de la Comintern, la política pro-Kulak del régimen y la expulsión
de la Oposición de Izquierda dirigida por León Trotsky. Sin embargo,
poco después de la represión de los bolcheviques auténticos a fines de 1927, la
burocracia estalinista, que enfrentaba una crisis económica como resultado de
su política anterior pro-Kulak, se inclinó hacia la colectivización forzada del
campesinado y la superindustrialización. En consecuencia, Stalin –a quien
Bujarin ahora consideraba un “nuevo Gengis Kan”– también expulsó al
antiguo “favorito del partido”. Sin embargo, a diferencia de los
trotskistas, Bujarin y sus partidarios se abstuvieron de lanzar una lucha de
oposición y rápidamente capitularon ante Stalin. Éste fue el fin de Bujarin
como político independiente y unos años más tarde, durante los horribles
juicios-espectáculo de 1936-38, todos fueron fusilados. [6]
August Thalheimer formó parte del
ala izquierda de la socialdemocracia alemana antes de 1914 y se unió a la Liga
Espartaco de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht durante la Primera Guerra
Mundial. Se convirtió en el principal teórico del Partido Comunista en 1921,
cuando él y Heinrich Brandler asumieron la dirección. Sin embargo, como
fracasaron miserablemente en la situación revolucionaria de la segunda mitad de
1923 (el “Octubre alemán”, que no tuvo lugar), tuvieron que retirarse de
las funciones de dirección. Después de la caída de su mentor intelectual
Bujarin en 1928, Brandler y Thalheimer formaron la llamada Oposición de
Derecha internacional, que criticó a los estalinistas sólo por sus errores
ultraizquierdistas (pero no oportunistas) y no llamó a una lucha de oposición
contra el régimen. Peor aún, a mediados de los años 30 apoyaron plenamente la
política archioportunista del frente popular y se negaron a condenar los
juicios-espectáculo de Moscú. No es de sorprender que la Oposición de
Derecha internacional se desmoronara a fines de los años 30 y que sólo un
pequeño grupo siguiera existiendo en Alemania después de la Segunda Guerra
Mundial. [7]
A pesar de sus fallas
metodológicas, Bujarin y Thalheimer –el primero mucho más que el segundo–
fueron teóricos serios que hicieron una serie de contribuciones reflexivas.
El concepto de imperialismo como
“cooperación antagónica” que Promise Li y el colectivo POLOP se basan en
un panfleto en alemán de Thalheimer –“Grundlinien und Grundbegriffe der
Weltpolitik nach dem 2. WeItkrieg” (Principios y conceptos básicos de la
política mundial después de la Segunda Guerra Mundial)– que había publicado
en 1946. En este panfleto, el comunista alemán llamaba a la alianza
imperialista liderada por los EE.UU. “cooperación antagónica”.
Sin embargo, si bien es cierto
que este término se origina en el panfleto de Thalheimer, la referencia de
POLOP y Li a este documento es altamente problemática. En esta obra, el
comunista alemán vio su término “cooperación antagónica” como una
descripción de la situación después de la Segunda Guerra Mundial. Pero
reconoció que la cooperación entre las potencias imperialistas se basaba a) en
las contradicciones de clase dominantes entre las potencias occidentales y el
campo estalinista en expansión y b) en la superioridad absoluta de los EE.UU.
Por lo tanto, su análisis de la cooperación interimperialista se basaba en
estas características coyunturales.
En consecuencia, la visión de
Thalheimer del orden mundial no era la de la “cooperación”, sino más bien la de
la inminente Tercera Guerra Mundial, ya que la alianza imperialista se basaba
en la agresión colectiva contra el campo estalinista, es decir, los estados
obreros degenerados.
“Hemos mostrado los factores
que han hecho que el afán de expansión territorial de los imperialistas no
resulte en una guerra dentro del campo capitalista, sino principalmente en la
cooperación imperialista en diferentes grados. Por lo tanto, este afán de
expansión territorial sólo puede dirigirse externamente: contra el sector
socialista, la Unión Soviética y su esfera de influencia”.
“Si estos hechos muestran algo
es que, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, el despliegue
general en curso para una nueva guerra mundial”. [8]
Sin embargo, la interpretación
que Li da al concepto de imperialismo como “cooperación antagónica” es
diferente. Esa cooperación ya no puede basarse en una política común de
agresión contra un enemigo común, puesto que la URSS y sus aliados ya no
existen desde hace tres décadas. Por lo tanto, Li considera la “cooperación
antagónica” como una nueva etapa del imperialismo, independiente de la
existencia de un enemigo común que mantendría unidas a las potencias
imperialistas (como el campo estalinista dirigido por la URSS en 1945-1991). En
cambio, Thalheimer elaboró su concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica” como una descripción coyuntural de una situación específica
causada por las características peculiares del resultado de la Segunda Guerra
Mundial. Para el comunista alemán, esa situación de “cooperación antagónica”
ya no existiría cuando el enemigo común hubiera desaparecido.
Del mismo modo, el peculiar
análisis de Bujarin sobre el imperialismo, que ciertamente no está exento de
defectos, no tenía en absoluto un enfoque que se acercara al concepto de
imperialismo como “cooperación antagónica” defendido por Li. Lejos de
suponer un mundo relativamente estable o incluso una cooperación predominante
entre las grandes potencias, él veía más bien al imperialismo como un sistema
antagónico caracterizado por una aguda rivalidad interimperialista y una
tendencia a la guerra entre ellas.
“Las fricciones y conflictos
que surgen fatalmente entre los grupos nacionales de la burguesía conducen, al
desarrollarse a la guerra, como único medio, según los medios dirigentes, de
resolver la cuestión. Como lo hemos visto, estas fricciones y conflictos son
debidos a modificaciones sobrevenidas en las condiciones de reproducción del
capital mundial. La sociedad capitalista, edificada sobre un conglomerado de
elementos antagónicos, no puede mantenerse en un equilibrio relativo sino al
precio de crisis dolorosas”. [9]
“La transición a un sistema de
capitalismo financiero reforzó constantemente el proceso por el cual la simple
competencia horizontal de mercado se transformó en una competencia compleja.
“Como el método de lucha corresponde al tipo de competencia, esto fue
inevitablemente seguido por el ‘agravamiento’ de las relaciones en el mercado
mundial. Los métodos de presión directa acompañan a la competencia vertical y
horizontal, por lo tanto, el sistema del capital financiero mundial implica
inevitablemente una lucha armada entre rivales imperialistas. Y aquí radican
las raíces fundamentales del imperialismo. (…) El conflicto entre el desarrollo
de las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción debe
–mientras todo el sistema no explote– reducir temporalmente las fuerzas
productivas para que el siguiente ciclo de su desarrollo pueda comenzar
entonces en el mismo caparazón capitalista. Esta destrucción de las fuerzas
productivas constituye la condición sine qua non del desarrollo capitalista y desde
este punto de vista las crisis, los costos de la competencia y –un caso
particular de esos costos– las guerras son los inevitables faux frais de la
reproducción capitalista”. [10]
Como podemos ver, Bujarin –a
diferencia de Li– no vio la internacionalización de la producción y
reproducción capitalistas como una característica que limitaría las tensiones
interimperialistas. Más bien, lo entendía como un desarrollo que aceleraría los
conflictos entre las grandes potencias.
“La división internacional del
trabajo, la diferencia de las condiciones naturales y sociales, es un prius
económico que no puede ser suprimido nu aun por una guerra mundial. Por esta
razón existen allí elementos-valores bien definidos y, por consiguiente, las
condiciones necesarias para la obtención de un beneficio máximo en el proceso
de las operaciones internacionales. De este modo la evolución ultetrior no
terminará en una "autarquía" económica, sino en el desarrollo de las
relaciones internacionales, al mismo tiempo que en una mayor cohesión nacional
y en la aparición de nuevos conflictos en el terreno de la concurrencia mundial”.
[11]
Por lo tanto, el teórico
bolchevique caracterizó la guerra como una “ley inmanente” del imperialismo: “En
la sociedad capitalista, la guerra no es, en verdad, sino uno de los métodos de
competencia capitalista aplicado a la esfera de la economía mundial. La guerra
resulta así la ley inmanente de una sociedad que vive bajo la presión de las
leyes ciegas del mercado mundial, que se desarrolla caóticamente y no de una
sociedad que rige conscientemente el proceso de producción y de cambio”. [12]
En resumen, creemos que la
referencia de Li y POLOP a Thalheimer y Bujarin como pioneros del concepto de
imperialismo como “cooperación antagónica” carece de justificación.
Una base metodológica
defectuosa: la teoría no dialéctica del equilibrio de Bujarin
Dicho esto, no negamos que
también exista un elemento de justificación cuando Li señala los escritos de
Bujarin y Thalheimer. Esto se debe a que el concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica” comparte ciertas similitudes metodológicas en su modo de pensar
con estos dos teóricos. Es decir, todos ellos adoptan –consciente o
inconscientemente– la teoría mecanicista del equilibrio que está desprovista de
dialéctica.
Como se citó anteriormente, el “análisis
[de Li] pone en primer plano la capacidad del sistema mundial imperialista para
mantener dinámicas cooperativas para maximizar vías de acumulación global”.
Asimismo, cita con aprobación a otro escritor que dice que “prevalece la
cooperación [entre los imperialistas, Ed.] para el mantenimiento del sistema”:
“Como escribe Sachs: ‘La
cooperación antagónica no libera al mundo capitalista de los choques internos
en todos los niveles, altibajos. Hay momentos en que el antagonismo parece
predominar, cuando las burguesías nacionales amenazan con una política exterior
“independiente”, se rebelan contra los planes del Fondo Monetario Internacional
y nacionalizan empresas extranjeras particularmente impopulares. El mismo
fenómeno ocurre entre las propias potencias imperialistas en momentos de
relajación periódica de la tensión internacional. Desaparece cuando hay un
nuevo recrudecimiento de la tensión internacional y, como en Francia en 1968,
cuando el régimen capitalista se ve en jaque. A largo plazo, prevalece la
cooperación para el mantenimiento del sistema”.
Si bien, como se mencionó antes,
Bujarin no estaba de acuerdo con cualquier visión del mundo imperialista como
un mundo de cooperación, de hecho, simpatizaba con las enseñanzas filosóficas
de Alexander Bogdanov, quien se oponía al materialismo dialéctico y elaboraba
un sistema llamado “filosofía organizacional”. Bogdánov fue una figura
destacada entre los bolcheviques en los años 1904-08, pero Lenin tuvo que
librar una lucha feroz contra él y su filosofía cuando las diferencias
políticas (combinaba su filosofía idealista con el apoyo a la política
ultraizquierdista después de la derrota de la primera revolución rusa en 1905-1907)
amenazaron con paralizar el partido. La famosa obra filosófica de Lenin “Materialismo
y empiriocriticismo” es básicamente una polémica contra la filosofía de
Bogdánov, que carecía tanto de materialismo como de dialéctica. [13]
Bujarin –sobre quien Lenin señaló
en su testamento que “nunca ha estudiado la dialéctica y, creo, nunca la ha
apreciado plenamente”– adoptó la teoría del equilibrio de Bogdánov. Esta
teoría básicamente considera la realidad como un equilibrio (relativo, móvil)
que, repetidamente, se ve perturbado por crisis repentinas y, después de algún
tiempo, se restablece como un nuevo equilibrio. En otras palabras, el
equilibrio sería la posición natural de las cosas. En su libro “Materialismo
histórico” Bujarin expresa esta opinión de manera bastante explícita.
“Por otra parte, observamos
igualmente aquí la "forma" de estos procesos: en primer lugar, el
estado de equilibrio; en segundo lugar, la ruptura de este equilibrio; en
tercer lugar, el restablecimiento del equilibrio sobre una "nueva"
base. Luego la historia recomienza: el nuevo equilibrio es el punto de partida
para una nueva alteración, así, ad infinitum.” [14]
Esto no significa que Bujarin
ignorara las contradicciones y el movimiento resultante como fuerzas impulsoras
cruciales del desarrollo. Sin embargo, él consideraba las contradicciones no
tanto como una característica interna y esencial de todas las cosas (incluido
el equilibrio), sino más bien como algo externo. Esto se debe a que ignoraba la
unidad de los contrarios y la lucha entre sus partes contradictorias como la
ley fundamental para comprender la materia y su movimiento. “El desarrollo
es “la lucha” de los contrarios”, como dijo Lenin. [15]
Por lo tanto, para Bujarin el movimiento no era causado tanto por
contradicciones internas como por contradicciones entre diferentes cosas
(equilibrios).
Así lo escribió en dicho libro. “Si
en una "coyuntura de crecimiento" la estructura de la sociedad se
empobreciera y sus desórdenes internos aumentaran, evidenciaría la existencia
de una nueva contradicción entre el equilibrio externo y el interno. ¿Qué
ocurriría entonces? Si la sociedad ha de continuar creciendo, se verá obligada
a reconstruirse y a adaptar su estructura interna al carácter del equilibrio
externo. En consecuencia, el equilibrio interno (estructural) es un factor
dependiente del equilibrio externo; es una "función" de éste”. [16]
“La concepción precisa del
equilibrio es más o menos la siguiente: " Decimos que un sistema se halla
en estado de equilibrio cuando no puede, sin el concurso de una energía
exterior, salir de tal estado". [17]
Por supuesto, Bujarin no negó
explícitamente el papel de las contradicciones internas. Era un intelectual
marxista demasiado inteligente para eso. Pero a pesar de sus intenciones,
subestimó sistemáticamente el papel decisivo de las contradicciones internas
como la principal fuerza impulsora del movimiento.
Una crítica desde el punto de
vista de la dialéctica materialista
La conexión entre la teoría
mecanicista del equilibrio de Bujarin y el concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica” resulta ya evidente. La filosofía de restar importancia a la
lucha de contrarios y a las contradicciones internas que provocan el movimiento
conduce a una comprensión de la realidad como un estado de equilibrio (en
movimiento). Sobre una base metodológica de este tipo, uno acaba fácilmente por
considerar la situación mundial como una situación caracterizada principalmente
por una relativa estabilidad y cooperación entre los imperialistas. Como
resultado, uno se confunde y no puede reconocer la dirección del movimiento de
la política y la economía mundiales.
El método mecanicista es incapaz
de responder correctamente a una pregunta crucial: ¿cuál es la característica
determinante de la materia: un estado de equilibrio o una contradicción, un
movimiento como resultado de la lucha de contrarios? Desde el punto de vista de
la dialéctica materialista, la respuesta correcta es que la lucha de
contrarios, la contradicción, es la característica determinante, ya que causa
movimiento, transformación, progreso. En cambio, el estado de equilibrio es sólo
un momento temporal. Hegel tenía toda la razón cuando decía: “la
contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad; solamente en la medida
en que algo tiene dentro de sí mismo una contradicción se mueve, tiene impulso
y actividad”. [18]
Esta era también la idea de Marx
y Engels. Este último lo explicó en su “Anti-Dühring”:
“El movimiento es el modo de
existencia de la materia. Jamás y en ningún lugar ha habido materia sin
movimiento, ni puede haberla. Movimiento en el espacio cósmico, movimiento
mecánico de masas menores en cada cuerpo celeste, vibraciones moleculares como calor,
o como corriente eléctrica o magnética, descomposición y composición químicas,
vida orgánica: todo átomo de materia del mundo y en cada momento dado se
encuentra en una u otra de esas formas de movimiento, o en varias a la vez.
Todo reposo, todo equilibrio es exclusivamente relativo, y no tiene sentido más
que respecto de tal o cual forma determinada de movimiento. (...) La materia
sin movimiento es tan impensable como el movimiento sin la materia. El
movimiento es, por tanto, tan increable y tan indestructible como la materia
misma.” [19]
Basándose en este planteamiento,
Lenin subrayó en su artículo “Sobre la cuestión de la dialéctica” que el
movimiento y la lucha entre los contrarios son absolutos, mientras que la
estabilidad, la unidad de los contrarios es relativa.
“La unidad (coincidencia,
identidad, equivalencia) de los contrarios es condicional, temporal,
transitoria, relativa. La lucha de los contrarios, que se excluyen mutuamente,
es absoluta, como es absoluto el desarrollo, el movimiento”. [20]
Por tanto, la dialéctica materialista
se niega a considerar el equilibrio como la condición “normal” o “básica” de la
materia. Es más bien una etapa temporal en un largo proceso de movimiento. Como
señaló Engels en sus estudios preliminares para su “Dialéctica de la
naturaleza”:
“[T]odo movimiento suelto
tiende al equilibrio, y la masa del movimiento se sobrepone nuevamente al
equilibrio. (...) Todo equilibrio es puramente relativo y temporal”. [21]
Ahora es posible comprender mejor
la categoría de equilibrio. Los marxistas no niegan la legitimidad de dicha
categoría. Pero hay que entenderlo bien. El movimiento no se produce en el
vacío, sino que es causado por la lucha de los contrarios. Esta lucha sólo
puede darse si existe una relación entre estos contrarios. La totalidad de
estas relaciones constituye una especie de equilibrio (temporal). Pero esta
relación está en constante movimiento porque “la realidad es un 'proceso de
creación y destrucción'”, como señaló Abram Deborin, el filósofo líder de
la gran escuela dialéctica que dominó las discusiones filosóficas en la joven
Unión Soviética en los años 20 antes de que fuera aplastada por Stalin. [22]
Por lo tanto, desde el punto de
vista de la dialéctica materialista, existe una clara jerarquía dialéctica.
N.A. Karev, otro filósofo destacado de la escuela de Deborin y partidario de la
Oposición de Izquierda de Trotsky, explicó en una crítica a la teoría del
equilibrio de Bogdanov:
“Por lo tanto, Engels no dice
en absoluto que este o aquel estado de equilibrio no existiría en la realidad.
Pero son provisionales, constituyen sólo momentos en el movimiento de las
materias, tienen sentido sólo en relación con esta o aquella forma de momentos,
son el resultado de un movimiento limitado. Por tanto, los estados de
equilibrio son momentos subordinados y temporales en el proceso de movimiento y
desarrollo. Lo fundamental y determinante es el movimiento.” null[23]
La crítica de Karev a Bogdanov
nos parece también muy apropiada para el concepto de imperialismo como “cooperación
antagónica” tal como lo defienden Promise Li y POLOP.
“La teoría del equilibrio de
Bogdanov se basa básicamente en el punto de vista estático y no en el dinámico,
ya que reconoce como determinante el momento del estado estático y no el
momento del movimiento de un cuerpo dado. La categoría de equilibrio “en movimiento”
no resuelve el problema, ya que considera la movilidad como una ruptura del
equilibrio y no al revés – que el estado de equilibrio es un momento
provisional y relativo de estabilidad dentro del proceso de movimiento. La
unidad de equilibrio y movimiento se entiende aquí enfatizando la categoría de
equilibrio mientras que la dialéctica enfatiza el movimiento de un cuerpo, que
siempre y en todas partes es inherente a él”. [24]
Esto nos lleva al último punto de
nuestro breve digresión filosófica. Subestimar la centralidad de la lucha de
contrarios que resulta en el movimiento y enfatizar demasiado el concepto de
equilibrio resulta en la incapacidad de evaluar la dinámica y la dirección del
desarrollo. Para un mecanicista, que se fija en el estado de equilibrio, las
cosas parecen estáticas, sin mucho movimiento. En realidad, se producen
profundos desarrollos “debajo de la superficie”, que sólo pueden reconocerse si
se aborda dialécticamente un estado dado de cosas (un “equilibrio”) como una
expresión temporal de movimientos causados por la lucha de los contrarios.
Para dar una analogía sencilla de
la vida cotidiana. Si uno está cocinando agua en casa, no observará grandes
cambios la mayor parte del tiempo. El agua parece invariable… hasta los
momentos finales, cuando empieza a hervir. ¿Significa esto que durante el 99%
del tiempo no ocurre nada y que el agua se encuentra simplemente en un estado
de equilibrio? Bueno, no hace falta un doctorado en física para saber que no es
así, sino que en este período se está produciendo un proceso “oculto” de
calentamiento.
De manera similar, los marxistas
que analizan los desarrollos en la política y la economía mundiales no deben
detenerse en observar sólo aquellos fenómenos que aparecen en la superficie.
Para entender la dirección del desarrollo, con rupturas y explosiones por
delante, es necesario mirar más allá de la superficie e identificar los
procesos de acumulación de contradicciones. Como dijo una vez Deborin: “En
primer lugar, un marxista debe determinar la dirección general del desarrollo”.
[25]
Sin embargo, esto sólo es posible
si se aplica un método materialista y dialéctico y se evitan los esquemas
doctrinarios de la teoría del equilibrio mecanicista, que sólo pintan un cuadro
ilusorio de estancamiento soñoliento. Hegel señaló que el método es el “el alma
y la sustancia” y que “cualquier cosa es concebida y conocida en su
verdad sólo cuando está totalmente sometida al método”. [26]
Y, de hecho, sin el método de la dialéctica materialista, no se puede entender
la dinámica del imperialismo moderno.
Al final, el método mecanicista a
la Bujarin obstruye el reconocimiento de la decadencia del capitalismo y los
procesos que lo acompañan de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones.
El capitalismo en el siglo
XXI: ¿restaurando su dinámica de crecimiento?
Como ya se mencionó
anteriormente, Promise Li enfatiza en su ensayo que prevalecen los elementos de
cooperación entre las potencias imperialistas (y también con las burguesías
nacionales en el Sur Global). Asimismo, si bien reconoce que el capitalismo enfrenta
crisis repetidas, cree que también ha demostrado la capacidad de superarlas y
restablecer el crecimiento (aunque dice que este no es un proceso automático
sino que necesita intervención política).
“Sin embargo, tampoco debemos
confundir esta interdependencia con una tendencia inerte del sistema hacia el
equilibrio. En realidad, el mantenimiento de esta cooperación requiere un
mantenimiento continuo, especialmente porque el sistema capitalista se ve
obligado a abordar la aparición repetida de crisis derivadas de sus
contradicciones internas. Las crisis de rentabilidad en los años 1970 y 2000,
por ejemplo, exigieron transformaciones fundamentales en la forma en que se
organiza el capitalismo para restablecer el crecimiento (y la supresión de la
insurgencia de la clase trabajadora). Por lo tanto, las condiciones de la
cooperación deben reinventarse conscientemente para que se puedan mantener”.
En contraste, creemos que el
capitalismo ha entrado en un período de crisis de largo plazo –o una “curva
de declive” (para usar una categoría del concepto de Trotsky de “la curva
del desarrollo capitalista” que elaboró en un artículo reflexivo en 1923)–
a mediados de la década de 1970. [27]
Este proceso de crisis se ha profundizado desde la Gran Recesión de 2008/09 y
el nuevo período desde entonces. [28]
Naturalmente, tal decadencia no
es un proceso lineal ya que a) la reproducción capitalista procede en ciclos
económicos con altibajos y b) también existen tendencias contrarias. Sin
embargo, a largo plazo, prevalece la tendencia al declive, y este es un proceso
que puede detectarse por numerosos hechos.
Lo más importante es que existe
una profunda crisis de civilización reflejada en el devastador cambio climático
con consecuencias catastróficas para sectores crecientes de la humanidad. [29]
Asimismo, existe una clara tendencia al estancamiento y declive de la economía
mundial capitalista, que se traduce en crecientes oleadas de migración, miseria
social y más guerras. Relacionado con el mismo proceso está la militarización y
rivalidad cada vez más acelerada entre las potencias imperialistas. Dos grandes
guerras, en Oriente Medio y Ucrania, en las que participaron grandes potencias,
directa o indirectamente, y con el potencial de extenderse a otros países, son
ejemplos contundentes de ello.
Como hemos abordado estos temas
en varias ocasiones, nos limitaremos a presentar algunas cifras que demuestran
la dinámica decreciente de la economía mundial capitalista. Como podemos ver en
las cifras de la Tabla 1 y la Figura 1, ha habido una disminución continua de
las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), tanto en total como
per cápita, desde la década de 1950. Cabe señalar que estas tablas no incluyen
las cifras de la Gran Depresión de la economía mundial que comenzó a fines de
2019 y que incluyó la peor recesión desde 1929.
Tabla 1: Crecimiento anual
promedio del PIB mundial 1960-2019 [30]
1960s 1970s
1980s
1990s
2000s
2011-2017 2019
4,9% 3,93% 2,95%
2,70%
2,58%
2,75% 2,5%
Figura 1: Crecimiento anual
promedio del PIB mundial per cápita 1950-2019 [31]
Esta disminución de las tasas de
crecimiento de las economías capitalistas va de la mano con, o más bien ha sido
causada por, una disminución correspondiente de la tasa de ganancia, que es, en
última instancia, el resultado de la disminución de la proporción de trabajo
vivo y el aumento de la proporción de trabajo muerto (máquinas y materias
primas) en el capital total. Como Marx señaló una vez, "esta ley, y es la
ley más importante de la economía política, es que la tasa de ganancia tiene
una tendencia a caer con el progreso de la producción capitalista". [32]
En la Figura 2 mostramos el
desarrollo de la tasa de ganancia en las 20 economías más grandes (los estados
del G20) en las últimas siete décadas. Como podemos ver, ha habido, como Marx
predijo, una tendencia de largo plazo de la tasa de ganancia en las últimas
siete décadas.
Figura 2: Tasa de ganancia en
las economías del G20 1950-2019 [33]
Por lo tanto, podemos ver
claramente que el capitalismo mundial no ha recuperado sus tasas de crecimiento
de épocas anteriores, a pesar de numerosas intervenciones políticas de la clase
dominante y a pesar de la “cooperación antagónica”. Sigue atrapado en un
largo período de estancamiento y decadencia.
¿Sobreestimamos el ascenso del
imperialismo chino y ruso?
Como muestra la cita anterior, Li
cree que yo y otros escritores con ideas afines “restaríamos excesivamente
importancia al declive de la hegemonía estadounidense mientras sobrestimamos el
ascenso de nuevos imperialistas como contrapeso al imperialismo estadounidense”.
Lamentablemente, no proporciona una sola cita para probar su afirmación. Por lo
tanto, no tengo la menor idea de por qué Li piensa que subestimo el declive de
la hegemonía estadounidense. En cualquier caso, creo que su crítica no está
justificada.
Demostramos en varias obras que
la clase capitalista de China no solo pudo enriquecerse masivamente a costa de
la clase trabajadora nacional, sino que también pudo desafiar a los EE. UU. en
el mercado mundial. Nuevamente, me limitaré a demostrar esta evolución con
algunas cifras y remito a los lectores interesados a estudios más elaborados.
[34]
En las tablas siguientes
mostramos que China ha alcanzado rápidamente al hegemón de larga data: el
imperialismo estadounidense. En la Tabla 2 vemos que la participación de China
en la producción manufacturera mundial era menos de la mitad de la de Estados
Unidos en el año 2000 (9,8% frente a 23,7%); sin embargo, en 2022, su
participación ya era casi el doble de la de su rival occidental (30,7% frente a
16,1%).
Tabla 2. Los seis principales
países en el sector manufacturero mundial, 2000 y 2022 [35]
Posición País Participación 2000 Participación 2022
1. China 9,8% 30,7%
2. EE. UU. 23,7% 16,1%
3. Japón 10,2% 6,0%
4. Alemania 6,4% 4,8%
5. Corea del Sur 2,5% 3,1%
6. India 1,4%
3,1%
Vemos un panorama similar cuando
observamos la composición nacional de las principales corporaciones del mundo,
así como la clasificación mundial de multimillonarios (Tabla 3-5). En todas
estas categorías, China se ha convertido en el número 1 o 2, por delante o por
detrás de EE. UU.
Tabla 3. Los 10 principales
países según la clasificación de las empresas de Fortune Global 500 (2023) [36]
Posición País Empresas Participación (en %)
1 Estados Unidos 136 27,2 %
2 China (excluido
Taiwán) 135 27,0 %
3 Japón 41
8,2 %
4 Alemania 30 6,0 %
5 Francia 23
4,6 %
6 Corea del Sur 18 3,6 %
7 Reino Unido 15 3,0 %
8 Canadá 14
2,8 %
9 Suiza 11
2,2 %
10 Países Bajos 10 2,0 %
Tabla 4. Los 5 principales
países de la lista Forbes Billionaires 2023 [37]
Posición País Número de
multimillonarios
1 Estados Unidos 735
2 China (incl. Hong
Kong) 561
3 India 169
4 Alemania 126
5 Rusia 105
Tabla 5. Los 10 países más
ricos de la lista Hurun Global Rich List 2024 [38]
Posición País Número de
multimillonarios
1 China (incl. Hong
Kong) 814
2 EE. UU. 800
3 India 271
4 Reino Unido 146
5 Alemania 140
6. Suiza 106
7. Rusia 76
8. Italia 69
9. Francia 68
10. Brasil 64
Rusia ha desarrollado también un
capital monopolista que domina el mercado interno y que exporta capital a
varios países, principalmente de Asia Central y Europa del Este. Su fortaleza
económica también ha quedado demostrada por el hecho de que ha logrado resistir
una ola de sanciones sin precedentes por parte de todas las potencias
occidentales (debido a la guerra en Ucrania) durante casi tres años. Sin
embargo, su posición en el mercado mundial es sustancialmente más débil, aunque
recientemente ha superado el PIB de Alemania y Japón en términos de PPP
(paridad de poder adquisitivo). [39]
Si bien Rusia está claramente por
detrás de Estados Unidos y China en términos económicos, es una potencia líder
en el campo militar. Tiene el mayor arsenal nuclear y el tercer gasto militar
más alto. (Véase los cuadros 6 y 7) Además, ha demostrado su agresividad
militar en numerosas intervenciones militares en otros países con el fin de
ampliar su influencia, sofocar rebeliones populares o mantener en el poder una
dictadura aliada (por ejemplo, Chechenia, Georgia, Kazajstán, Siria, Libia,
Malí, etc.) [40]
Tabla 6. Fuerzas nucleares
mundiales, 2024 [41]
País Arsenal
militar total Inventario total
(incl. ojivas retiradas)
Rusia 4.380 5.580
Estados Unidos 3.708 5.044
China 500 500
Francia 280
290
Reino Unido 225 225
India 172 172
Pakistán 170 170
Israel 90 90
Corea del Norte 50 50
Tabla 7. Gasto militar, en
miles de millones de dólares estadounidenses como porcentaje del gasto mundial,
2023 [42]
Gasto (miles de
millones de dólares) Participación
en el gasto mundial
1. Estados Unidos 916 37%
2. China 296 12%
3. Rusia 109
4,5%
Además, China y Rusia han
ampliado considerablemente recientemente sus esferas de influencia, como lo
demuestra la ampliación de los BRICS. Cuatro estados (Egipto, Etiopía, Irán y
Emiratos Árabes Unidos) se unieron formalmente a los cinco miembros originales
de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a principios de 2024. Se
ha invitado a un país, Arabia Saudita, a unirse, pero aún no ha decidido al
respecto. Y en octubre de 2024, otros 13 estados se convirtieron en los
llamados "países socios" (Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba,
Indonesia, Kazajstán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán
y Vietnam).
Como expliqué con más detalle en
mi respuesta a Claudi Katz antes mencionada, los BRICS+ tenían, después de su
expansión a nueve estados miembros en 2023, una población combinada de
alrededor de 3.500 millones, o el 45% de la población mundial (y ahora es más
de la mitad si se incluyen los nuevos "países socios"). Su PIB
combinado, dependiendo del método de cálculo, es un poco más de 1/3 detrás de
las Grandes Potencias occidentales (G7) o ya ha superado a las antiguas
potencias imperialistas. Asimismo, los BRICS+ representan el 38,3% de la
producción industrial mundial total, el principal sector de la producción de
valor capitalista.
En cuanto a las fuentes de
energía, los miembros del BRICS+ poseen el 47% de las reservas mundiales de
petróleo y el 50% de sus reservas de gas natural. [43]
A partir de 2024, los BRICS, junto con sus nuevos miembros, controlan
aproximadamente el 72% de las reservas mundiales de metales de tierras raras. [44]
Por supuesto, es cierto que los
BRICS+ no son una alianza homogénea y centralizada. Aun así, se trata de un “grupo
no occidental”, como destacaron Modi y Putin, que está dominado por el
imperialismo chino y ruso. Además, los países BRICS+ están menos desarrollados
desde el punto de vista capitalista y tienen un nivel de vida más bajo.
Sin embargo, aunque Li piensa que
sobreestimo el ascenso de China y Rusia como nuevas potencias imperialistas,
creo que subestima este proceso y, en consecuencia, también subestima la
aceleración de la rivalidad interimperialista. Las amenazas militares y el
ruido de sables nucleares entre la OTAN y Rusia, así como las crecientes
tensiones militares entre Washington y Pekín en el Mar de China Meridional y en
torno a Taiwán, son indicaciones claras de que el sistema imperialista no se
caracteriza tanto por una “cooperación antagónica” como por contradicciones
antagónicas.
Por lo tanto, no es sorprendente
que, como informa el SIPRI, el gasto militar global aumente año tras año desde
mediados de la década de 1990 y ahora, con un total de 2.443 billones de
dólares, sea aproximadamente el doble de lo que era hace 30 años. [45]
La creciente rivalidad interimperialista
no se limita al armamento y las tensiones militares. También hay una creciente
guerra comercial entre Estados Unidos, China, la UE y Rusia combinada con un
creciente proteccionismo. De hecho, la globalización ha terminado desde la Gran
Recesión de 2008, después de décadas de crecimiento masivo (“Globalización”).
Desde entonces, es decir, durante más de 15 años, el comercio mundial de
mercancías ha disminuido como porcentaje de la producción mundial del 51,2%
(2008) al 45,8% (2023). [46]
Por lo tanto, cuando Li dice que
“lejos de deshacer el orden mundial neoliberal, la clase capitalista innova
nuevos términos para mantener y reformar la globalización”, no entiende
completamente la dirección del desarrollo de las relaciones entre las potencias
imperialistas.
Por todas estas razones, es
difícil entender por qué Li se opone a la categoría de una “nueva guerra
fría” entre las potencias occidentales y orientales, calificándola de “ficción
ideológica”. ¿No ve el creciente militarismo y la aceleración de la
rivalidad que apuntan a otra guerra mundial entre las potencias imperialistas?
Como insistí antes, los marxistas
deben “determinar la dirección general del desarrollo” para comprender
las rupturas y explosiones venideras. El concepto de Li del imperialismo como “cooperación
antagónica” no ayuda a comprender la dinámica de la situación mundial
actual.
¿Es la interdependencia
capitalista un obstáculo para la guerra interimperialista?
Tratemos finalmente otro
argumento importante que plantea Li en su ensayo. Como se muestra en las citas
anteriores, sostiene que la “interdependencia económica” ha sido una
característica clave del imperialismo moderno y, como resultado, esto
constituiría la base material para la “cooperación antagónica” entre las
potencias. Incluso piensa que tal interdependencia económica haría imposible o
al menos improbable una guerra interimperialista.
“De hecho, la integración
económica global todavía existía en formas salientes durante la Primera Guerra
Mundial, pero en su mayoría contenida dentro de campos geopolíticos, lo que el
historiador Jamie Martin llama “interdependencia tensa”. Sin embargo, el
ascenso del neoliberalismo ha desarrollado un nivel de interdependencia que
perdura incluso entre bloques de estados rivales, socavando así la posibilidad
de una guerra interimperialista abierta presenciada en las primeras dos guerras
mundiales”.
Creemos que esto es incorrecto,
tanto metodológicamente como históricamente. Como señaló Bujarin correctamente
en las citas mencionadas anteriormente, la interdependencia no sólo profundiza
los vínculos económicos, sino que también acelera la rivalidad. En los últimos
años, China y los Estados Unidos han sido socios comerciales entre sí muy
importantes. Sin embargo, esto no ha impedido que estas potencias inicien y
aceleren una guerra comercial. Lo mismo ocurre ahora entre China y la Unión
Europea, donde esta última ha impuesto aranceles sustanciales a las
importaciones chinas. Es cierto que las grandes empresas de ambos lados no
están contentas con esta evolución, pero al final tienen que subordinarse a las
leyes objetivas del capitalismo y a su inherente rivalidad interimperialista.
Como expliqué en mi libro antes
mencionado sobre la rivalidad entre las grandes potencias, también existe un
precedente histórico de tal evolución. Gran Bretaña y Alemania, dos grandes
rivales en la Primera Guerra Mundial, tenían estrechas relaciones económicas
antes de 1914. [47]
En la Tabla 8 vemos que Gran Bretaña era el socio comercial más importante de
Alemania antes de 1914 (y Estados Unidos era el número 2), mientras que
Alemania era casi tan importante como Francia para el comercio británico. Sin
embargo, esa interdependencia económica no impidió que estas potencias lanzaran
la guerra más devastadora entre sí.
Tabla 8. Principales socios
comerciales de Gran Bretaña y Alemania, 1890-1913 (porcentaje medio de
participación) [48]
Gran Bretaña
Alemania
1. EE. UU.:
19,47 % 1. Gran
Bretaña: 13,85 %
2. Francia:
8,99 % 2. EE.
UU.: 11,03 %
3. Alemania: 8,90 % 3. Austria-Hungría: 10,15
%
Por lo tanto, a largo plazo, la
creciente interdependencia económica entre las potencias imperialistas no
conduce a un sistema capitalista mundial más estable. No crea un tipo de
imperialismo caracterizado por la “cooperación antagónica”; el
imperialismo sigue siendo, más bien, un sistema lleno de contradicciones
antagónicas.
Conclusiones
1. El concepto de imperialismo
como “cooperación antagónica” no permite comprender la dinámica de la
situación mundial en el período actual. Si bien Promise Li reconoce
correctamente la naturaleza imperialista no sólo de las antiguas potencias
occidentales sino también de las nuevas potencias orientales (China y Rusia),
critica erróneamente a los partidarios de la teoría ortodoxa del imperialismo
por sobreestimar la rivalidad entre ellas.
2. La referencia de Promise Li y
del colectivo brasileño Política Operária a August Thalheimer y Nikolai Bujarin
como pioneros del concepto de imperialismo como “cooperación antagónica”
es engañosa. Bujarin, a pesar de sus debilidades de esquematismo, enfatizó la
rivalidad y el antagonismo entre las potencias imperialistas que
inevitablemente tenían que desembocar en guerras. Es cierto que Thalheimer
elaboró la tesis de la “cooperación antagónica” entre las potencias
imperialistas en 1946, pero se trataba de una descripción (correcta) de una
situación global específica caracterizada por a) la expansión masiva de los
estados estalinistas y b) el resultado de la Segunda Guerra Mundial con los
EE.UU. como hegemón absoluto entre los estados imperialistas. Por lo tanto, su
tesis de una mayor cooperación entre las potencias imperialistas estaba
directamente relacionada con su enfoque agresivo colectivo contra los estados
estalinistas, que apuntaba a una nueva guerra mundial. Por lo tanto, Thalheimer
consideraba que las tensiones interimperialistas se reducirían porque serían
superadas por la aceleración masiva de las tensiones entre los estados
imperialistas y los estados obreros degenerados. Sin embargo, desde que el
estalinismo colapsó en 1989-91, el concepto de Thalheimer ya no es aplicable al
imperialismo actual.
3. Es cierto que Bujarin, el
mentor político de Thalheimer, estaba influenciado por la filosofía de
Alexander Bogdanov, un acérrimo oponente del materialismo dialéctico. Por eso,
defendía una visión del mundo que incorporaba la teoría mecanicista del equilibrio,
un concepto que minimiza el papel de las contradicciones internas como fuerza
impulsora del movimiento. En consecuencia, los partidarios de este método
consideran el equilibrio como la característica principal de la materia,
cuando, de hecho, es más bien movimiento. Por eso, el método bujarinista
subestima las tendencias de ruptura, crisis y explosiones en la situación
mundial y sobreestima su estabilidad y equilibrio. El concepto de imperialismo
como “cooperación antagónica” adolece de tales deficiencias
metodológicas.
4. Desde el punto de vista de la
dialéctica materialista, las contradicciones internas, causadas por la unidad y
la lucha de los contrarios, son la fuerza impulsora del movimiento. El método
mecanicista es incapaz de responder correctamente a la pregunta: ¿cuál es la
característica determinante de la materia: un estado de equilibrio o
contradicción, movimiento como resultado de la lucha de los contrarios? Desde
el punto de vista de la dialéctica materialista, la respuesta correcta es que
la lucha de los contrarios, la contradicción es la característica determinante,
ya que causa movimiento, transformación, progreso. En cambio, el estado de
equilibrio es sólo un momento temporal.
5. Existe una clara conexión
entre la teoría mecanicista del equilibrio de Bujarin y el concepto de
imperialismo como “cooperación antagónica”. La filosofía de restar
importancia a la lucha de contrarios y a las contradicciones internas que
provocan el movimiento conduce a una comprensión de la realidad como un estado
de equilibrio (en movimiento). Sobre una base metodológica de este tipo, uno
acaba fácilmente por considerar la situación mundial como una situación
caracterizada principalmente por una relativa estabilidad y cooperación entre
los imperialistas. Como resultado, uno se confunde y no puede reconocer la
dirección del movimiento de la política y la economía mundiales.
6. En consecuencia, Promise Li no
toma suficientemente en cuenta el carácter de crisis y la decadencia del
sistema imperialista mundial, tanto económica como políticamente. La economía
capitalista mundial está atrapada en un estancamiento y declive a largo plazo,
el cambio climático amenaza la supervivencia de la humanidad y la miseria
social y las guerras se están extendiendo.
7. La crítica de Promise Li de
que sobrestimamos el ascenso del imperialismo chino y ruso ignora los cambios
cualitativos en la relación de fuerzas entre las grandes potencias en las
últimas dos décadas. Los imperialistas orientales están desafiando seriamente
la hegemonía occidental de larga data, económica, política y militarmente. De
hecho, la crítica de Li está relacionada con su subestimación de la rivalidad
interimperialista y su opinión de que la “cooperación antagónica” sería
la característica principal de la situación mundial.
8. Promise Li afirma que la “interdependencia
económica” es una característica clave del capitalismo moderno y que esto “socavaría
la posibilidad de una guerra interimperialista abierta”. Sin embargo, la
historia ha demostrado que esto no es cierto. A largo plazo, la creciente
interdependencia económica entre las potencias imperialistas no da como
resultado un sistema capitalista mundial más estable. No crea un tipo de
imperialismo caracterizado por la “cooperación antagónica”; el
imperialismo sigue siendo, más bien, un sistema lleno de contradicciones
antagónicas.
[1] Michael
Pröbsting: ¿Vivimos en la era del “Imperio” o del Imperialismo? Otra respuesta
a Claudio Katz sobre la actualidad de la teoría marxista del imperialismo, 16
de noviembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/are-we-living-in-the-age-of-empire-or-of-imperialism-3rd-reply-to-claudio-katz/#anker_1
[2] Promise
Li: Imperialism as Antagonistic Cooperation, 15 de octubre de 2024, https://spectrejournal.com/imperialism-as-antagonistic-cooperation/;
https://links.org.au/imperialism-antagonistic-cooperation.
Todas las citas son de este ensayo a menos que se indique lo contrario.
[3] Mis
trabajos más detallados sobre la teoría marxista del imperialismo son dos
libros: Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes potencias.
Los factores detrás de la Rivalidad acelerada entre los E.U, China, Rusia, la
U.E y Japón. Una crítica del análisis de la izquierda y una semblanza de la
Perspectiva Marxista, RCIT Books, Vienna 2019, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/libro-anti-imperialismo-en-la-era-de-la-rivalidad-de-las-grandes-potencias/;
The Great Robbery of the South. Continuity
and Changes in the Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly
Capital Consequences for the Marxist Theory of Imperialism, RCIT Books, 2013, https://www.thecommunists.net/theory/great-robbery-of-the-south/
[4] Promise Li: US-China rivalry,
‘antagonistic cooperation’ and anti-imperialism in the 21st century, 14
September, 2023, https://links.org.au/us-china-rivalry-antagonistic-cooperation-and-anti-imperialism-21st-century
[5] Para
una crítica de la teoría del “subimperialismo”, véase, por ejemplo, mi ensayo:
Semi-Colonial Intermediate Powers and the Theory of Sub-Imperialism. A
contribution to an ongoing debate amongst Marxists and a proposal to tackle a
theoretical problem, 1 August 2019, https://www.thecommunists.net/theory/semi-colonial-intermediate-powers-and-the-theory-of-sub-imperialism/;
ver también el Capítulo IV ("Los criterios marxistas para una gran
potencia imperialista" de nuestro libro ya mencionado
"Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes
potencias")
[6] Biografías
útiles de Bujarin son, por ejemplo, las de Stephen Cohen: Bujarin y la
Revolución Bolchevique. Una Biografía Política, 1888-1938. Editores Siglo XXI;
Wladislaw Hedeler: Nikolai Bucharin. Stalins tragischer Opponent. Eine
politische Biographie. Matthes & Seitz, Berlin 2015; Adolf G. Löwy: El
Comunismo de Bujarin. La Historia Universal es el Juicio Final, Ed. Grijalbo,
1972; Ana Lárina: Lo que no puedo olvidar, Ed. Galaxia Gutenberg, 2007.
[7] Sobre
la historia de la Oposición de Derecha en lengua inglesa, véase, por ejemplo:
Robert J. Alexander: The Right Opposition. The Lovestoneites and the International Communist Opposition of the
1930s, Greenwood Press, London 1981
[8] August Thalheimer: Grundlinien
und Grundbegriffe der Weltpolitik nach dem 2. Weltkrieg, Gruppe
Arbeiterpolitik, 1946, p. 11 and 9 (traducción hecha por nosotros)
[9] Nicolai
Bujarin: El imperialismo y la economía mundial (195), ed. Cuadernos de Pasado y Presente, Buenos Aires
1971, p. 131
[10] Nikolai Bukharin: The
Politics and Economics of the Transition Period (1920), Routledge, Abingdon
2003, pp. 63-64
[11] Nicolai
Bujarin: El imperialismo y la economía mundial (195), ed. Cuadernos de Pasado y Presente, Buenos Aires
1971, p. 185
[12] Ibid, 182
[13] Sobre Alexander Bogdanov ver
por ejemplo James D. White: Red Hamlet: The Life and Ideas of Alexander
Bogdanov, Brill, Leiden 2018; Dietrich Grille: Lenins Rivale: Bogdanov und
seine Philosophie, Verlag Wissenschaft und Politik, Cologne 1966; see also the
foreword of Bogdanov's Tektology Vol. 1 by Vadim N. Sadovsky and Vladimir V.
Kelle, Centre for Systems Studies, University of Hull, 1996, pp. iii-xxii; V.A.
Bazarov: Bogdanov as a Thinker, en: Alexander Bogdanov: Empiriomonism. Essays
in Philosophy, Books 1–3, Brill, Leiden 2020, pp. xvii-xli.
[14] Nikolai
Bujarin: Teoría del Materialismo Histórico: Ensayo popular de sociología
(1921), ed. Siglo XXI, Madrid 1974, p. 167
[15] V.
I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm
[16] Nicolai
Bujarin: Materialismo Histórico, p. 171
[17] Ibid, p. 166
[18] George
Friedrich Wilhelm Hegel: La Ciencia de la Lógica vol. 1, ed. Abada, Universidad
Autónoma de Madrid 2021, p. 491 (también citado en V. I. Lenin: Resumen del
libro de Hegel "La ciencia de la lógica", en Lenin Obras Completas
ed. Progreso, p. 121
[19] Federico
Engels: Anti-Dühring. La revolución de la ciencia por el señor Eugen Dühring,
ed. Fundación Federico Engels, Madrid 2014, p 112 y 113
[20] V.
I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica (1915), https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm
[21] Federico
Engels: Dialéctica de la naturaleza, ed. Grijalbo, México 1961, p. 210
[22] Abram Deborin: Lenin als
revolutionärer Dialektiker (1925); in: Nikolai Bucharin, Abram Deborin:
Kontroversen über dialektischen und mechanistischen Materialismus, Frankfurt
a.M. 1974, p. 54 (traducción hecha por nosotros)
[23] N.A. Karew: Die Theorie des Gleichgewichts
und der Marxismus; in: Wilhelm Goerdt (Hrsg.): Die Sowjetphilosophie. Wendigkeit
und Bestimmtheit. Dokumente, Darmstadt 1967, p. 139 (traducción hecha
por nosotros)
[24] Ibid., pp. 140-141
[25] Abram Deborin: Lenin als revolutionärer
Dialektiker (1925); in: Unter dem Banner des Marxismus, 1. Jahrgang (1925-26), p. 224 (traducción
hecha por nosotros)
[26] George
Friedrich Wilhelm Hegel: La Ciencia de la Lógica vol. 2, ed. Digital
Titivillus, p. 508
[27] León
Trotsky: La Curva del Desarrollo Capitalista (1923), https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1923/junio/21.htm
[28] Para
nuestro análisis del período histórico actual, véase, por ejemplo, el capítulo
14 del libro mencionado anteriormente “The
Great Robbery of the South” así como los capítulos I y II del libro mencionado
anteriormente “Anti-imperialismo en la era de la rivalidad de las grandes
potencias”.
[29] Ver,
por ej., CCRI: Tesis sobre Agricultura y Ecología, septiembre de 2023, https://www.thecommunists.net/theory/theses-on-agriculture-and-ecology/#anker_1,
Almedina Gunić: The Deadly Breath of Imperialism, 23.10.2017, https://www.thecommunists.net/theory/pollution-caused-the-death-of-9-million-people-in-2015/
[30] Murray E.G. Smith, Josh
Watterton: Valorization, Financialization & Crisis: A Temporal
Value-Theoretic Approach, 2021, p. 5
[31] M. Ayhan Kose, Franziska
Ohnsorge (Eds.): A Decade since the Global Recession, Lessons and Challenges
for Emerging and Developing Economies, World Bank, 2019, p. 9
[32] Karl Marx: Economic
Manuscripts of 1861-63. Capital and Profit. 7) General Law of the Fall in the
Rate of Profit with the Progress of Capitalist Production; in: MECW, Volume 33,
pp. 104-145; http://www.marxists.org/archive/marx/works/1861/economic/ch57.htm
[33] Michael Roberts: Has
globalisation ended? (2022), https://thenextrecession.wordpress.com/2022/04/27/has-globalisation-ended/
[34] He
publicado varios trabajos sobre el capitalismo en China y su ascenso a potencia
imperialista. Los más importantes son los siguientes: Chinese Imperialism and
the World Economy, Un ensayo publicado en la segunda edición de “The Palgrave
Encyclopedia of Imperialism and Anti-Imperialism” editado por Immanuel Ness y
Zak Cope), Palgrave Macmillan, Cham, 2020, https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007%2F978-3-319-91206-6_179-1;
China: sobre la relación entre el Partido “comunista” y los capitalistas. Notas
sobre el carácter de clase específico de la burocracia gobernante de China y su
transformación en las últimas décadas, 8 de septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-on-the-relationship-between-communist-party-and-capitalists/#anker_1;
China: sobre el estalinismo, la Restauración capitalista y la teoría marxista
del Estado. Notas sobre la transformación de las relaciones sociales de
propiedad bajo el régimen de un solo partido, 15 de septiembre de 2024, https://www.thecommunists.net/theory/china-on-stalinism-capitalist-restoration-and-marxist-state-theory/#anker_1;
China: una potencia imperialista… ¿o todavía no? ¡Una cuestión teórica con
consecuencias muy prácticas! Continuando el Debate con Esteban Mercatante y el
PTS/FT sobre el carácter de clase de China y sus consecuencias para la
estrategia revolucionaria, 22 de eenero de 2022, https://www.thecommunists.net/theory/china-imperialist-power-or-not-yet/#anker_1;
China‘s transformation into an imperialist power. A study of the economic,
political and military aspects of China as a Great Power (2012), in:
Revolutionary Communism No. 4, https://www.thecommunists.net/publications/revcom-1-10/#anker_4;
¿Cómo es posible que algunos marxistas sigan dudando de que China se ha vuelto
capitalista? (Una crítica del PTS/FT), 18 de septiembre de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino-2/;
Incapaces de ver el bosque por ver los árboles. El empirismo ecléctico y la
falla del PTS/FT en reconocer el carácter imperialista de China, 13 de agosto
de 2020, https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/pts-ft-y-imperialismo-chino/;
China’s Emergence as an Imperialist Power (Article in the US journal 'New
Politics'), in: “New Politics”, Summer 2014 (Vol:XV-1, Whole #: 57). Vea muchos
más documentos del RCIT en una subpágina especial en el sitio web de la CCRI: https://www.thecommunists.net/theory/china-russia-as-imperialist-powers/
[35] Cifras
del año 2000: APEC: Regional Trends Analysis, May 2021, p. 2; las cifras de
Alemania y la India en la primera columna son del año 2005 (UNIDO: Industrial
Development Report 2011, p. 194); cifras del año 2022: UNIDO: International
Yearbook of Industrial Statistics Edition 2023, pp. 36-37
[36] Fortune
Global 500, August 2023, https://fortune.com/ranking/global500/2023/ (las
cifras en porcentaje son cálculos nuestros)
[37] Forbes: Forbes Billionaires 2023, https://www.forbes.com/sites/chasewithorn/2023/04/04/forbes-37th-annual-worlds-billionaires-list-facts-and-figures-2023/?sh=23927e7477d7
[38] Hurun Global Rich List 2024,
26.03.2024, https://www.hurun.net/en-US/Info/Detail?num=K851WM942LBU
[39] Ver por ej. Michael
Pröbsting: Russia Overtakes Japan to Become Fourth Largest Economy in the
World, 5 de julio de 2024, https://www.thecommunists.net/worldwide/global/russia-overtakes-japan-to-become-fourth-largest-economy-in-the-world/
[40] He
publicado varias obras sobre el capitalismo en Rusia y su ascenso a potencia
imperialista. Las más importantes son los siguientes folletos: Las
características peculiares del imperialismo ruso. Un estudio de los monopolios,
la exportación de capital y la superexplotación de Rusia a la luz de la teoría
marxista, 10 de agosto de 2021, https://www.thecommunists.net/theory/the-peculiar-features-of-russian-imperialism/#anker_7;
Lenin’s Theory of Imperialism and the Rise of Russia as a Great Power. On the Understanding and
Misunderstanding of Today’s Inter-Imperialist Rivalry in the Light of Lenin’s
Theory of Imperialism. Another Reply to Our Critics Who Deny Russia’s
Imperialist Character, August 2014, http://www.thecommunists.net/theory/imperialism-theory-and-russia/; Russia as a Great Imperialist
Power. The formation of Russian Monopoly Capital and its Empire, 18 March 2014,
http://www.thecommunists.net/theory/imperialist-russia/.
[41] SIPRI Yearbook 2024:
Armaments, Disarmament and International Security, p. 272
[42] Nan Tian, Diego Lopes Da
Silva, Xiao Liang and Lorenzo Scarazzato: Trends in World Military Expenditure,
SIPRI, 2023, p. 2
[43] Ver sobre esto: Henry Meyer,
S'thembile Cele, and Simone Iglesias: Putin Hosts BRICS Leaders, Showing He Is
Far From Isolated, Bloomberg, 22 de octubre de 2024, https://www.bloomberg.com/news/articles/2024-10-22/putin-hosts-brics-leaders-in-russia-defying-attempts-from-west-to-isolate-him; Dr Kalim Siddiqui: The BRICS
Expansion and the End of Western Economic and Geopolitical Dominance, 30 de
octubre de 2024, https://worldfinancialreview.com/the-brics-expansion-and-the-end-of-western-economic-and-geopolitical-dominance/; Walid Abuhelal: Can the Brics end
US hegemony in the Middle East? Middle East Eye, 22 de octubre de 2024 https://www.middleeasteye.net/opinion/can-brics-end-us-hegemony-middle-east; Anthoni van Nieuwkerk: BRICS+
wants new world order sans shared values or identity, 30 de octubre de 2024 https://asiatimes.com/2024/10/brics-wants-new-world-order-sans-shared-values-or-identity/
[44] Ben Aris: Can the BRICS beat
the G7? Intellinews, 19 de octubre de 2024, https://www.intellinews.com/can-the-brics-beat-the-g7-348632/?source=south-africa
[45] Nan Tian et al: Trends in
World Military Expenditure, p. 2
[46] World Bank: Merchandise trade
(% of GDP), accessed on 21 de novieembre de 2024, https://data.worldbank.org/indicator/TG.VAL.TOTL.GD.ZS?view=chart
[47] Ver por ejemplo. Helga Nussbaum: Der europäische
Wirtschaftsraum. Verflechtung, Angleichung, Diskrepanz, in: Fritz Klein, Karl
Otmar von Aretin (Eds): Europea um 1900, Akademie-Verlag, Berlin 1989,
p. 49
[48] Stefano Battilossi: The Determinants of
Multinational Banking during the First Globalization, 1870-1914, Working Papers
114, Oesterreichische Nationalbank (Banco Central Austriaco), 2006, p. 40
Comentarios
Publicar un comentario