Corea del Sur: El fallido intento de golpe de Estado de Yoon Suk Yeol

Corea del Sur: El fallido intento de golpe de Estado de Yoon Suk Yeol 

¡Huelga general indefinida para derrocar a Yoon! ¡Abolición de la institución de la presidencia! ¡Por una Asamblea Constituyente controlada por las masas!   

Declaración de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) publicada conjuntamente por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (Grupo de Preparación) [Sección de la CCRI en Corea del Sur] y el Buró Internacional de la CCRI, 04.12.2024, https://blog.wrpkorea.org/ y www.thecommunists.net


1.           Anoche, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, pronunció un discurso televisado en el que impuso la ley marcial. “Para salvaguardar a una Corea del Sur liberal de las amenazas que plantean las fuerzas comunistas de Corea del Norte y eliminar a los elementos antiestatales que saquean la libertad y la felicidad del pueblo, declaro por la presente la ley marcial de emergencia”. Por supuesto, era pura fantasía afirmar que “las fuerzas comunistas de Corea del Norte” representan una amenaza seria, la verdadera razón es que el presidente conservador de derecha es extremadamente impopular (su índice de aprobación ha caído al 19%) y se enfrenta a un parlamento en el que el Partido Demócrata, de la oposición liberal, tiene la mayoría de los escaños. Con la ley marcial y la supresión de los derechos democráticos, Yoon esperaba fortalecerse. 

2.           Esto se hizo evidente, cuando, tras la declaración de Yoon, los militares anunciaron la suspensión de las actividades parlamentarias y desplegaron tropas para tratar de impedir que los legisladores entraran en la Asamblea Nacional. Esto provocó la indignación de la oposición, los sindicatos y las masas populares, que acudieron en masa a la misma para protestar por la imposición de la ley marcial, la primera vez que esto sucedía en 44 años. Al final, los diputados parlamentarios lograron celebrar una reunión, en la que votaron por unanimidad a favor del levantamiento de la ley marcial. Después de seis horas, Yoon se vio obligado a retirarse y poner fin al estado de emergencia. 

3.           El presidente, derrotado, se enfrenta ahora al ridículo de todos los sectores de la opinión pública, incluso del periódico conservador, Chosun Ilbo, que rechazó la declaración de la ley marcial de Yoon y la calificó de “vergüenza nacional”. Los partidos de la oposición y amplios sectores de la sociedad reclaman la destitución del presidente, mientras que la KCTU, el mayor sindicato de trabajadores, convocó una huelga general indefinida hasta que Yoon dimitiera. 

4.           Desde la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) y nuestra sección surcoreana –el Partido Revolucionario de los Trabajadores (Grupo de Preparación) – denunciamos enérgicamente el intento de golpe de Estado de Yoon. En una primera reacción, publicada inmediatamente después del discurso televisado de Yoon, nuestros camaradas coreanos se unieron a otras organizaciones progresistas y obreras para llamar a movilizaciones masivas en las calles para detener el golpe. (Véase el apéndice más abajo) 

5.           No cabe duda de que la indignación popular espontánea –combinada con la posición débil del desacreditado presidente, que se enfrenta también a la oposición de un sector significativo de la clase dirigente– obligó a Yoon a levantar la ley marcial pocas horas después de su declaración. Es evidente que subestimó el fuerte sentimiento democrático existente entre la clase trabajadora e incluso entre la clase media. Consideramos el fracaso del golpe de Youn como una importante victoria democrática de las masas populares y una derrota para las fuerzas de derecha y bonapartistas en Corea del Sur y también en el mundo. 

6.           Es poco probable que Yoon sobreviva políticamente a esta debacle. Su acción fue totalmente inesperada para todos los sectores de la sociedad y evocó recuerdos del pasado vergonzoso del país, que estuvo dominado por sangrientas dictaduras militares desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1987. Sin embargo, el principal peligro ahora es que la clase dominante organice una transición ordenada hacia un sucesor burgués de Yoon, ya sea una figura independiente o un representante del Partido Demócrata, en base a nuevas elecciones, ya que ña burguesía quiere estabilizar la situación y pacificar a las masas lo más rápido posible. La tarea de los socialistas es exactamente la opuesta: las masas han hecho una importante experiencia con el carácter vacío e impopular de las instituciones de la democracia burguesa. Por lo tanto, queremos alentar su movilización para promover acciones de lucha de clases independientes en torno a reivindicaciones democráticas revolucionarias y una salida independiente. 

7.           Las organizaciones progresistas y obreras no deben esperar a que el parlamento destituya al presidente (algo que de todos modos no está garantizado, ya que se requiere una mayoría de dos tercios). Para lograrlo necesitamos una huelga general indefinida, como pide la KCTU. Sin embargo, esa huelga no debe ser organizada burocráticamente por los líderes sindicales, sino impulsada y controlada por comités de base de los trabajadores y el pueblo, desde sus barrios y lugares de trabajo. La vida pública debe paralizarse para derrocar al dictador en potencia. 

8.           El golpe de Estado fallido demuestra una vez más el carácter antidemocrático de la democracia burguesa. Los socialistas nos oponemos en principio a la institución de la presidencia, que es, por su propia naturaleza, una herramienta de carácter bonapartista que sirve “de punto oculto de concentración de las fuerzas del militarismo y de la reacción” (Trotsky). Por ello, proponemos a las organizaciones progresistas y obreras que lleven adelante una campaña por la abolición de esta institución reaccionaria.

9.           Es evidente que los acontecimientos actuales provocan un debate en amplios sectores de la sociedad sobre la constitución. Los socialistas deben intervenir en este debate, volcándonos a los sectores políticamente avanzados de la clase obrera y la juventud, para agitar un programa democrático revolucionario. Allí explicaremos que la democracia burguesa, por su propia naturaleza, es antidemocrática, ya que excluye de hecho a las masas de la toma de decisiones clave en la sociedad. Este régimen significa que el pueblo debe subordinarse a los jefes en sus lugares de trabajo, universidades y escuelas, y que lo único que le garantizan es poner una cruz en una papeleta electoral y expresar públicamente sus opiniones. Incluso esto último, a menudo está restringido en la democracia burguesa, como lo está experimentando actualmente el movimiento mundial pro-Palestina). Basándonos en esa experiencia, señalamos la superioridad de la democracia directa en una sociedad socialista donde la economía y las instituciones políticas sirven a todas las personas. 

10.         Esto no significa que, como socialistas, tengamos una actitud indiferente hacia la democracia burguesa y los derechos democráticos. Aunque consideramos que la democracia socialista es superior a la democracia de los capitalistas, también sabemos que este régimen, por más limitado que sea, es preferible a una dictadura lisa y llana, por lo tanto, defendemos los derechos democráticos -cuando estos son atacados- como una conquista de las masas. En la situación actual, la lucha contra el bonapartismo y por los derechos democráticos es sin duda una tarea clave para las organizaciones progresistas y obreras. En ese sentido, consideramos que los socialistas tendrían que hacer campaña, no solo por la abolición de la institución presidencial, sino a favor de la convocatoria de una Asamblea Constituyente Revolucionaria, para discutir la posibilidad de crear una nueva constitución. Para garantizar la participación de las masas, los diputados de esta nueva institución, deben ser elegidos en cientos de asambleas populares locales, ser revocables por sus electores y recibir el salario de un trabajador calificado. Para evitar que dicha asamblea sea controlada por la clase dominante, tiene que ser convocada y controlada por las masas en lucha, organizadas en consejos de acción y milicias armadas. Naturalmente, los diputados revolucionarios en el seno de una Asamblea Constituyente plantearían un programa socialista. Desde el Partido Revolucionario de los Trabajadores (Grupo de Preparación) convocamos a los luchadores que comparten este programa a sumarse a nuestra organización para luchar por el programa de la revolución socialista. 

Remitimos a los lectores a nuestro ensayo “La nueva ola global de luchas de clases y el eslogan de la Asamblea Constituyente”, 26 de noviembre de 2019, https://www.thecommunists.net/theory/nueva-ola-mundial-de-luchas-de-clases-y-lema-de-la-asamblea-constituyente/   

Apéndice: ¡Aplastemos la ley marcial! ¡Castiguemos a Yoon Seok-Yeol! por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (Grupo de Preparación), 4 de diciembre de 2024, https://blog.wrpkorea.org/2024/12/blog-post.html   

¡Aplastar la ley marcial! ¡Castigo a Yoon Seok-Yeol! ¡La resolución de la Asamblea Nacional no cambiará nada! ¡Trabajadores y pueblos, salgan a las plazas frente a la Asamblea Nacional y a las calles del centro y griten juntos! ¡No esperemos una “huelga general” y actuemos ahora mismo!

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